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Lamentaciones de un prepucio- Shalom Auslander

Publicado el 25 marzo 2011 por Vero
Lamentaciones de un prepucio- Shalom Auslander

Tuve que cambiar uno de los libros que había escogido para el monográfico, Happiness, ya que no sé dónde lo habré metido (¡cuánto me fastidia!). No obstante lo reemplacé en seguida por una de mis últimas adquisiciones: Lamentaciones de un prepucio de la editorial Blackie Books que tanto me agrada. Para empezar, lo primero que ya me hizo gracia fue el título, que como poco es chocante, y lo segundo fue la cubierta, que es simplemente genial. Jaja cada vez que veo a los dos judíos dibujados de esa forma me parto.

Estas son las memorias de juventud del autor, Shalom Auslander, contadas en clave de ¿humor?. Eso espero porque si de verdad vivió esa tortura de infancia debido a las creencias religiosas de su familia, su entorno e incluso él mismo, es para pegarse un tiro. Para que os hagáis una idea, desde su nacimiento Shalom vivió en sus carnes lo que es judaísmo ortodoxo; extremo. Al leer cosas como que de pequeño uno de sus exámenes era detallar las bendiciones que se tenían que hacer antes de, por ejemplo, comer cereales con leche, y que se rompía la cabeza para saber qué se tenía que bendecir primero, si la leche o los cereales... bueno, este hecho ya me hizo partirme de risa.

Era un niño privado de todo y pronto se desvió de su destino pecando a mansalva: leía revistas pornográficas, comía todo tipo de comida -cuanto menos kosher, mejor- y maldecía a Dios a cada minuto. Pero lo más divertido no es que se salte las reglas, si no que Shalom seguía creyendo en Dios y sobre todo le tenía mucho miedo por aquello de que: "¿y si existe de verdad? ¿si realmente está viéndome y nos castiga? ¿y si nos mata a todos?". Cada vez que se saltaba los mandamientos iba a comprobar corriendo que ningún miembro de su familia hubiera sido asesinado. ¡Qué locura!

El autor ha ido intercalando capítulos de su infancia y juventud con la actualidad en la que está casado con Orli y están esperando un hijo. Shalom duda sobre si su hijo debería seguir la tradición judía o si deben pasar del Dios vengativo y no circuncidarle. ¿Qué podrá más su rebelión a la religión o su miedo a ésta y su máximo exponente: Dios?

El libro me ha hecho reír, asustarme de lo que tiene ser seguidor profundo de cualquier religión, aprender cosas sobre el judaísmo e incluso sonrojarme de las barbaridades que llega a pensar Auslander. No recomiendo el libro a gente con convicciones religiosas (diría que de cualquier tipo) porque aunque carga contra el judaísmo ortodoxo, yo creo que cualquier religión al extremo se refleja en el libro. Por eso mismo he sentido pena ya que con las desgracias que hay en el mundo y lo difícil que es "vivir", solo me faltaba tener que supeditar mis decisiones a "alguien" que no sé si existe y temer las posibles consecuencias.

Hay frases dignas de mención como:

“No puedo evitar darme cuenta de que cada vez que empiezo a avanzar en mis relatos sobre Dios, aumentan los ataques en Israel, y me siento culpable y me interrumpo. ¿Estoy causando yo esos ataques? ¿Es Dios que me está enseñando qué pasará si le cabreo?”

Cuando llaman a su mujer, Orli, para contarle que hay más probabilidades de las normales de que su hijo nazca con síndrome de Down, Shalom dice:

"No lo entiendo. ¿Es posible que alguien se dedique a eso? ¿Que alguien se despierte, se cepille los dientes, se tome un café y se pase el día haciendo llamadas y diciéndole a la gente que sus hijos no nacidos tienen síndrome de Down? ¿Por teléfono? ¿Qué clase de trabajo de mierda es ése? ¿Cómo consigues ese trabajo? ¿Le arrancas todas las patas a una araña y la arrojas dentro de una taza?"

Ya me encantó Cosas que los nietos deberían saber y este me ha gustado. Ojalá me hubiera llegado el de los Simpsons del Círculo de Lectores, porque tenía buena pinta, pero los de Círculo desaparecieron... En fin, Blackie Books me gusta mucho.

Nota: 7'5

Lo mejor: Lo que me ha hecho pensar acerca de las religiones y que me he reído en diversas ocasiones, que era lo que buscaba.

Lo peor: Quizá lo fuerte que me parecen sus declaraciones. Me quedaba anonadada con sus "Jódete, Dios". Y eso que yo no soy creyente... En definitiva: nada muy negativo, es un libro original.


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