Los que hayáis estado en los países nórdicos seguro que os ha llamado la atención lo largos de algunos cables de las lámparas colgantes y la colocación, en una esquina de la habitación, sobre una mesa de centro, sobre la encimera de la cocina, etc.
Son sitios poco habituales para lámparas colgantes en los hogares españoles, aunque la influencia del estilo nórdico ya se puede ir notando y es más habitual que estén ahí y sean así.
A mí era algo que me llamó mucho la atención cuando viví en Dinamarca, todo el mundo abusaba de cable con las lámparas colgantes y descubrí que la luz se transformaba considerablemente en función del largo de este.
Cuanto más cerca del techo está el cable, la luz está más dispersa y es básicamente funcional, para iluminar la habitación sin mucha potencia, cuanto más alejada la lámpara del techo es más potente y más concentrada sobre un punto concreto, lo que permite trabajar mejor en esa zona. Si la intensidad de las bombillas es regulable se puede convertir además con la elección más tenue, en luz de ambiente.
En este salón tenéis un par de ejemplos, sobre la mesa de centro y sobre la mesa de comedor, puede parecer raro tener dos lámparas colgantes a esa baja altura, pero creedme es algo muy habitual en los hogares nórdicos, nada de una lámpara en el centro del techo de la habitación y con cable cortito para iluminarlo todo, sino varias. ¿Tenéis las lámparas así en casa? ¡feliz lunes!
Vía: Bjurfors