Una de las cosas que mas atravesadas tengo en mi casa (en casa de herrero cuchillo de palo) son las lamparas. No lo voy a negar. Y es que miro, remiro, busco, selecciono y dudo si en uno u otro modelo. Y en concreto, con la lampara que colocar en la zona del sofá. Tengo un punto de luz, y quiero colocar una lampara llena de estilo,pero dudo de si brazos, si un plafón tensado. Una lampara de fibras, u olvidarme de ella y colocar puntos de LED encastrados.
Así que cada vez que veo o descubro un interior con una lampara de techo, la miro, me inspiro y veo las opciones que tengo en mi casa.
Esto es lo que me ha pasado cuando he visto este hometour. Que dentro de un lienzo casi blanco de repente, las lamparas cobran color e importancia.
Ya sea en brazos, o tipo chandelier, las lamparas de este espacio cobran protagonismo sobre un espacio en el que la ausencia de color, o los tonos empolvados se combinan magistralemente.
Y es que dejar un interior en blanco, y que parezca acogedor, no es tarea fácil. Puede caer en el minimalismo y ser un espacio demasiado impersonal, pero aquí, siendo en su mayoría ausente de color, los toques justos naturales, se hacen valer y apreciar el confort convirtiéndolo en espacios agradables.
Elegir una u otra pieza en el espacio, como puede ser una lampara, no es algo aleatorio ni que debamos dejar al azar, ya que puede ser concluyente en la decoración, o restarle importancia a lo realmente principal.
¿El truco? Los complementos que lo aderezan y lo hacen un espacio vivido. Unos cojines, una manta casi tirada sin querer o las flores y complementos que hacen ver que la casa tiene vida.
Es lo que se denomina estilismo decorativo, y con el que algunas empresas como IKEA, hacen inspirarnos y querer todo tal cual en nuestra casa.
Así que si un día me aclaro con la lampara, y vosotros queréis emprender una reforma o decoración, dejar una parte del presupuesto para atrezzo, pues con él, conseguiréis espacios de revista. Os lo aseguro!