Lance Armstrong lleva un tiempo metido en asuntos del doping (a los que no he prestado mucha atención, lo reconozco, esto del doping ya es cansino), pero a lo que sí he prestado atención es a una noticia en concreto: el de Texas ha decidido tirar la toalla y se le pueden quitar todas las victorias que consiguió desde agosto de 1998, entre ellas las siete del Tour de Francia. "Llega un momento en la vida de un hombre en el que uno dice que ya está bien" ha comentado el corredor que siempre estuvo a las órdenes de Johan Bruyneel durante todas sus rondas galas.
"He estado soportando estas acusaciones de que hice trampas y competí con ventaja cuando gané mis siete Tours desde 1999 y el peaje que esto ha supuesto para mi familia y para el trabajo de mi fundación me lleva ahora donde estoy hoy: a terminar con esta tontería", añade.
Evidentemente, la idea de que se le quieran quitar los Tours de Francia no le ha sentado bien y lo ha llegado a considerar como una caza de brujas inconstitucional. "La agencia antidopaje no puede controlar un " class="skwTip">deporte profesional e intentar quitarme siete Tours de Francia. Yo sé cómo gané esos siete Tours, mis compañeros saben cómo lo hice y todos con los ciclistas con los que competí también lo saben", agregó.
A Lance se le podrían quitar las siete victorias en la ronda gala, el bronce de los Juegos Olímpicos de Sidney y todos los demás títulos que ganó desde agosto de 1998, llegando, incluso, a apartarlo de la competición. Así, no podría ejercer de entrenador, y tampoco representar a otros deportes que sean olímpicos.