No me extraña que el actor egipcio Omar Shariff se quedara prendado de esta casa cuando la vió. Estaba rodando la película "La isla misteriosa" de Juan Antonio Bardem en Lanzarote.
La vegetación, los rincones, las dimensiones, todo en ella transporta a un paraíso exótico, a una isla misteriosa.
Omar Shariff compró inmediatamente la casa. Cuenta la leyenda que el agente inmobiliario, conociendo la afición del actor por el bridge lo reta a una partida para celebrar la compra. Las apuestas fueron subiendo vertiginosamente, tanto que Shariff decide apostar la casa, desconociendo que su rival era campeón de Europa en ese juego. Pierde la partida y la casa recién comprada.
Dicen que Shariff, desolado y abatido, y propietario por un día, marchó de la isla para nunca volver y desde entonces la finca pasó a llamarse "La Casa de Omar Shariff".
La construcción se eleva por la roca volcánica entre caminitos y escaleras.
Desde arriba pueden verse los distintos rincones.
Y un largo pasillo recorre los metros de terraza,
desde donde se puede admirar el hermoso paisaje, del pueblo de Nazaret y el mar al fondo.