El año pasado incorporé una tradición en nuestra casa: todos los viernes se cena pizza casera (salvo ocasiones contadas en las que la pedimos o la compramos porque nos es imposible hacerla). Este será el segundo año en el que continuemos con esta tradición y a mí me encanta :D
¿Y por qué hacemos esto? ¡Porque los viernes hay que celebrarlos! Y con una pizza hecha en casa es como que la semana te pesa menos. Nada tiene que ver con las pizzas congeladas o con las que pides por teléfono, no. Los viernes sobre las siete de tarde empiezo a hacer mi masa de pizza, de la que os hablé aquí. Simplemente el mezclar los ingredientes ya te hace sentir que estás de fin de semana.
Desde que empecé a hacer pizza cada viernes, he ido compartiendo fotos de ellas en Instagram, utilizando el hashtag #lapizzadelviernes. Sois muchas las que cada semana me preguntáis cómo las hago, cómo hago la masa, qué les pongo, etc. y por eso he escrito este post (por cierto, utilizando la etiqueta aparecen tres pizzas que no son mías, ¿quién me ha robado el hashtag? Jajaja, es broma, podéis usarlo vosotras también). Aunque intento siempre hacer foto de cada pizza, no siempre puedo, a veces es sacarla del horno y comerla, ¡lo siento!
La receta que sigo para la masa no ha cambiado, aunque se puede hacer sin amasar esos 15 minutos, haciendo reposos de 5 minutos y plegando la masa unas tres o cuatro veces pasado ese tiempo. Pero he encontrado un placer en amasar que es indescriptible. Me da paz y me relaja, como si fuera una especie de meditación. Así que disfruto muchísimo del proceso, ¡y sólo es un ratito de nada! Luego la dejo reposando y aprovecho para irme al parque con Romeo y Vader. Cuando llega la hora de cenar, sólo hay que extender la masa, ponerle los ingredientes y listo. Así cada viernes.
Y aunque no sigo unas reglas al respecto, me he dado cuenta de que sí sigo unos patrones muy marcados:
– La masa jamás se ha de extender con el rodillo. No importa si sale redonda, ovalada, amorfa… se extiende a mano con cuidado, procurando que quede bien fina, porque ése es el secreto de una pizza muy crujiente.
– Los ingredientes nunca se planean, fuera del tomate y la mozzarella, casi todo es bienvenido en la pizza. Se pone lo que hay en la nevera, punto. Porque aquí no se tira comida y el resultado puede ser muy sorprendente. Hasta ahora he probado añadiendo cosas “raras” como alcachofas, guisantes, aguacate, queso al cava rallado… y jamás hemos tenido un disgusto. Los guisantes están muy ricos sobre la pizza :P
En cada foto que subo os suelo contar lo que lleva la pizza, pero vamos, lo que quiero decir es que os animo a experimentar, porque a la pizza le va todo, o casi. Si tienes salchichas frescas, córtalas en trozos y añádelos. Si te han quedado unos guisantes de otra cosa que has cocinado, ponlos. Como ves, no necesitas planificar exactamente lo que le pondrás ni comprar nada. Incluso alguna vez me he visto sin queso rallado y la hemos hecho igualmente (y con éxito).
Aquí os dejo algunas de las pizzas que he ido haciendo:
Y como hoy es viernes, ¡no hay excusa! Coge los ingredientes para la masa y haz pizza esta noche. Verás como después de un par de semanas también se convierte en tradición para ti :D
Esta noche nos vemos en Instagram con una nueva pizza, feliz fin de semana.
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