Lararalarita limpio mi casita

Con la vida que casi todos llevamos hoy en día, no hay nada más reconfortante que llegar a tu casa y sentirte a gusto en ella.

No tiene que ser un palacio, ni una mansión de las de Joaquín Torres (personaje que no entiendo, pero este es otro tema). Hasta una chabola es el lugar más feliz del mundo cuando es tu hogar.

Desde mi punto de vista, lo más importante de una casa es que sea acogedora, para los que vivimos en ella y para todo el que entre por la puerta. Una casa es un hogar cuando estás deseando volver y en ella te sientes arropada y feliz, aunque vivas sola.

Pero hay otra cosa que es importante en una casa: aparte de ser acogedora tiene que estar limpia.

Ese es el tema de hoy: la limpieza.

No me gusta estar obsesionada por la limpieza, pero también reconozco que me encanta limpiar. No tiene sentido salir de tu casa hecha un pincel, elegante y sofisticada, y dejar la casa mugrienta. Pero claro hay que trabajar, salir, entrar, la familia, las cosas de la vida. Y ahí es donde limpiar deja de ser relajante (para mi lo es) para convertirse en un suplicio.

Tengo dos principios básicos:

Todo lo que decora mi casa ha de ser de limpieza fácil (nada de plata, ni con recovecos, ni abundancia de cositas encima).
No compro ropa que haya que planchar exhaustivamente (odio planchar y punto).

Y así me va bien.

Gracias a los avances se puede limpiar mejor: las toallitas para cristales, muebles, cocina, baño, zapatos, etc son mis mejores amigas (del mercadona o del chino de la esquina, da igual).

De las mopas de usar y tirar sólo puedo decir cosas buenas: es que cuando las tiro y veo toda la pelusa que llevan me da un subidón que no veas.

Hace algún tiempo descubría gracias a mi prima Conchi (que sabe de todo y nunca falla) un producto fantástico: el Volvone.

La primera vez que lo usé casi me cuesta la vida por intoxicación, ya he aprendido que un chorreoncito en agua vale para todo: muebles, cristales, todo tipo de porquería. Y en la lavadora deja la ropa de color como nueva.

Ya os contaré más cosas sobre este tema. Lo importante es saber que una casa acogedora y limpia es el fiel espejo de la paz y la felicidad de sus habitantes.

Home sweet Home.