Cuando alguien de fuera de Catalunya me pregunta por las razones del problema catalán contesto que no se trata de un problema de nacionalismo porque la mayor parte de los que votaríamos independencia en un referéndum lo haríamos porque ya estamos mucho más que hartos de España y la queremos perder de vista.
Al contrario de lo que afirma la pocilga mediática ningún político nacionalista cargado de mentiras y malas intenciones nos ha convencido para reclamar la independencia. Antes de que Rajoy y el PP iniciasen, a propósito y con el objeto de captar el máximo de los muchos votos de la catalanofobia, la campaña para cargarse el Estatut y causar el mayor perjuicio posible a Catalunya, todos los independentistas catalanes cabían en un autobús y quedaban asientos vacíos, pero después de la larga lista de barbaridades cometidas por el régimen del 78 y la constatación a diario de que en Madrid no hay absolutamente nadie dispuesto a solucionar el problema que no sea mediante brutalidad policial, judicial y eventualmente militar, que concluya con la absoluta rendición del independentismo el número de los que queremos largarnos ha aumentado de manera exponencial.
Algunos, probablemente cerca de la mitad de los no catalanes a los que he explicado el problema de esta forma han afirmado que a ellos también les gustaría dejar de ser administrados por Madrid y la desastrosa gestión pública española, lo que no es extraño porque la lista de inmensas barbaridades que el Estado español ha cometido, comete y desgraciadamente cometerá ocuparía varios volúmenes.
Para poner algunos ejemplos de estas animaladas públicas empiezo por una que me afecta a menudo: el Euromed, más bien llamado Euromierda.
Reto a que alguien localice en cualquier lugar del planeta, en país desarrollado o no, rico o pobre, que cometa la inmensa barbaridad de mantener en estado deplorable la línea férrea que no solo soporta más tráfico, además por ella circula una importante parte de la riqueza creada en el país como más del 60% de las exportaciones mientras el mismo país se gasta miles de millones en comunicar la capital mediante trenes de alta velocidad con todo tipo de capitales regionales incluidas las menos importantes cuando en la mayoría de esas líneas no solo no se amortizarán jamás, además cada vez que un tren circula por ellas les cuesta una montaña de € a los contribuyentes, y el desastroso país mantiene su criterio a pesar de llegar a acuerdos con organismos internacionales para construir y financiar la mejora de la mencionada línea que aporta más riqueza, y para concluir el manicomio el país haya usado parte de la financiación destinada a la mejora, para construir obras en la capital en las líneas de alta velocidad. Nadie ha encontrado ningún país capaz de cometer tan estúpida y profunda locura porque este tipo de animaladas antieconómicas son exclusiva española.
Por si el Euromierda fuese poco, la Justicia española está tan podrida, intervenida y corrupta que si la tirásemos a la basura el container nos la devolvería porque no soporta tanta podredumbre. El juicio al procés fue un buen ejemplo de lo que debe hacerse en una democracia plena y consolidada para mandar a la cárcel a quien no ha cometido delito alguno, y el juicio a la cúpula de los mossos es todavía peor porque ni tan solo queriendo y usando los trucos y estafas habituales han podido inculpar a los acusados, de tal forma que si se les condena aunque solo sea a media hora de prisión, sería una barbaridad. Encima al declarar el coronel Diego Pérez de los Cobos coordinador de las fuerza de seguridad el 1-O ha quedado más claro de lo que ya lo estaba que él ha cometido perjurio en el juicio a los mossos y junto con José Antonio Nieto que fue secretario de Estado de Seguridad cometieron perjurio en el juicio al procés, pero evidentemente no se ha tomado medida alguna ni va a afectar al fallo ya escrito contra los mossos mientras la pocilga mediática lo explica al revés. Como contrapartida a los presos políticos la Justicia española no ha condenado ni de lejos a la mitad de los corruptos que desde hace años se comen más del 8% del PIB del país, ni tan solo cuando en los documentos de uno de los pocos condenados a penas suaves se puede leer la anotación de un pago de varios millones a M. Rajoy.
Continuando con la larga lista, en ningún país mínimamente serio del planeta se podría cometer un delito como el que se ha denominado “las cloacas del Estado” que se cometió contra el independentismo catalán y contra Podemos, sin que cayese el gobierno y se convocasen nuevas elecciones, incluso en USA un presidente cayó por un delito similar, aunque infinitamente menos grave. En España no solo no ha ocurrido nada de nada, encima el “señor” Fernández Diaz se ofendió porque las difamaciones se habían hecho públicas.
Y todo esto y mucho más ocurre bajo la jefatura de una familia real cuya honestidad aún no ha sido localizada, y de la que no voy a hacer más que dos breves comentarios Primero, la socialista Adriana Lastra afirmó que el Rey es inviolable, pero incluso el hecho de que sea inviolable o aforado, tanto por decencia como por Ley no significa impunidad absoluta, y además cuando se trata de delito fiscal su aforamiento puede que le exima de la considerable multa que debería pagar, pero no le exime de pagar sus deudas fiscales aunque sea con retraso, aparte que el aforamiento del Rey no reduce en absolutamente nada el derecho de sus súbditos a conocer las chorizadas que comete, en especial cuando son a cargo del dinero de todos.
Segundo, el Rey Juan Carlos I ha demostrado hasta la saciedad que es mujeriego y deshonesto, pero también ha demostrado no ser nada inteligente porque cuando le regala 65 millones a su amante sea en las circunstancias que sean, presionado o incluso chantajeado, la receptora debería haber firmado un documento que impidiese que pudiese tomar acciones contra él, aunque por supuesto yo estaría encantado que Corinna ganase la demanda que ha presentado en Londres contra el emérito.
En Facebook en una noticia que se refería a que Corinna afirmaba haber sido amenazada por el CNI añadí un comentario recomendando a Corinna que vaya con muchísimo cuidado porque el CNI es capaz de organizar ataques terroristas con víctimas como quedó demostrado cuando los partidos franquistas impidieron que el Congreso investigara el atentado de 2017 en las ramblas de Barcelona y Cabrils.
Aparte la larga lista de barbaridades como las mencionadas, a las que pueden añadirse muchas más, puertas giratorias, regalos de millones a la banca, etc. etc. etc., que no producen otra sensación que las inmensas ganas de salir pitando de ese país, encima en el caso de los catalanes se une que a pesar de que somos los que más aportamos al país en el campo económico, en exportaciones, PIB, impuestos, etc. y que demostramos diariamente nuestra solidaridad dentro y fuera de España, somos los más odiados y considerados insolidarios por un número de ciudadanos españoles que muy probablemente sea mayoritario, que además está en aumento impulsado por los insultos y difamaciones de la pocilga mediática. Esta importante razón para justificar la independencia la vi perfectamente reflejada en una pancarta que apareció en la manifestación contra la aniquilación del Estatut por el Tribunal Constitucional en 2010. La pancarta rezaba “No nos vamos, nos echan”.
Por cierto, oír el sábado 7 por la noche en un debate en TV3 a Jessica Albiach presidenta del grupo parlamentario Catalunya en Comu-Podemos, explicando que cuando el feminismo, y el Si es Si, llegue al poder todos seremos felices y los problemas del mundo se habrán acabado, y ponerme a reír a carcajadas fue instantáneo, e inmediatamente me entraron unas ganas tremendas de ponerme a escribir un maravilloso cuento de hadas.