El calor es el gran enemigo de cualquier aspecto productivo. Lo que debería ser un gran día de trabajo al aire libre se convierte en una odisea y una lucha sin cuartel para evitar la luz del sol, conectamos el aire acondicionado hasta niveles realmente peligrosos y hacemos todo lo posible para asegurarnos que el agobiante calor del exterior no llegue hasta nuestro salón.