Fue la primera película dirigida por Hayao Miyazaki en 1979
1. ¡ACCIÓN! Es una de las pocas películas de Miyazaki que se centran en el entretenimiento y la acción: Persecuciones de coches, huídas increíbles y mucha aventura en un film que aunque obviamente es primerizo, destacaban menos sus otros grandes rasgos que mostraría en su cine posteriormente.
2. UN PROTAGONISTA CON CARISMA... Y HOMBRE El carisma de Lupin III es indiscutible. Miyazaki lo sabe y consigue llevarlo a su máxima expresión: Simpático, irónico e inteligente. De las pocas veces en las que el protagonismo absoluto de una de sus películas recae en un personaje masculino.
3. UNA CHICA DESGRACIADA En la película hay chica, y esa es Clarisse. No es protagonista ni destaca, pero se vislumbra esa inusual fuerza que imprime el director a los personajes femeninos.
4. UN MALO, MALÍSIMO Una de las cosas que denotan que Miyazaki empezaba con este film es que algunos rasgos muy habituales posteriormente, no estaban tan marcados aquí. Por ejemplo, el hecho de que haya un auténtico y clásico villano. El Conde de Cagliostro es un malo sin dobleces, tiene un objetivo muy concreto y no existen motivos más allá de ese objetivo. Es un malo de película en toda regla.
5. LA PERSECUCIÓN QUE DESLUMBRÓ A SPIELBERG Una de las anécdotas más comentadas sobre esta película (y que al parecer es totalmente cierta) es que Steven Spielberg quedó maravillado tras ver El castillo de Cagliostro, llegando a calificar la persecución en coche inicial como la mejor y más trepidante de la historia del cine (ni más ni menos). La verdad es que es un gran logro de la película.
6. UNA HISTORIA REDONDA Miyazaki no fue nada errático en este guión y se nota, de principio a fin, que todo está atado y bien atado. La trama es organizada, no se pierde en ningún instante y a golpe de buenos momentos llega hasta un final muy concreto. Es destacable porque si algo se le puede achacar en posteriores producciones es que muchas veces sus finales se han quedado demasiado abiertos o no del todo concretados. En El castillo de Cagliostro de puede decir que siguió los cánones cinematográficos de manera más correcta que cuando dirigió posteriormente con mayor libertad.
7. PARA TODOS LOS PÚBLICOS Parece una verdad de perogrullo, pero realmente esta es una película para todos los públicos. Si bien se puede decir que Mi vecino Totoro (1988) y Ponyo en el acantilado (2008) son claramente infantiles o Nausicaä (1984) y La princesa Mononoke (1997) tienen tintes más adultos, El castillo de Cagliostro es una perfecta combinación de géneros entre el entretenimiento activo y una trama que sin llegar a ser compleja, tiene su punto de entendimiento.
8. LA OTRA En esta película, como en toda la serie de Lupin III existe una chica habitual. Ella es Fujiko Mine y puede que sin duda defina uno de los conceptos más ambiguos del mundo de este personaje. Miyazaki la utiliza llevándola a su terreno, pero el eterno camino de Fujiko entre el bien y el mal, sus traiciones, es uno de los aspectos más interesantes de toda la historia relacionada con Lupin.
9. HISTÓRICA Probablemente sea una de las grandes desconocidas (o secundaria) y considerada película muy menor de un Hayao Miyazaki que ha deslumbrado desde la creación del Studio Ghibli en 1985, pero no hay que olvidar que en su día El castillo de Cagliostro fue considerada ampliamente como la mejor película de la historia del anime.
10. UN FINAL CON ESTILO PROPIO No voy a destripar nada, pero el final de El castillo de Cagliostro es de los que tienen más personalidad propia, y es todo un logro de la animación (hablo de toda la secuencia del reloj... y su apoteósico final). No todos los directores se hubieran atrevido a finalizarlo así, además con sutileza. Genial.