Revista Cultura y Ocio
Título: Las 2 vidas de Lucía Autora: Astrid Gallardo Editorial: Tombooktu Año de publicación: 2013 Páginas: 201 ISBN: 9788415747284 El pasado 3 de marzo la escritora Astrid Gallardo se puso en contacto conmigo mediante un mensaje privado en Facebook en el que me presentaba su primera novela, Las 2 vidas de Lucía. En ese momento, por falta de tiempo, no le hice mucho caso al mensaje ni a la novela. Pero justo cuatro días después recibí un correo electrónico de la editorial Tombooktu en el que me presentaba la misma novela. Después de leer con calma la sinopsis y el dossier de prensa tuve claro que quería leer el libro, que me iba a gustar y por eso se lo pedí a la editorial. Muy amablemente me lo envió y me llegó a casa el 13 de marzo, por lo que desde aquí les doy las gracias. Comencé a leer la novela el pasado sábado 16 de marzo a la mañana, durante el puente de San José, y lo terminé al día siguiente por la noche. Me duró dos días, dos ratos, un suspiro. Pero me hizo disfrutar muchísimo. Sus 200 páginas me supieron a muy poco, me atraparon desde la primera línea y hasta el final. Un final que me dejó llorando de pena y de tristeza, pero también de emoción y de alegría.
La misma pena, tristeza, alegría y emoción que siente Lucía, la protagonista de esta historia. Lucía es una mujer de 44 años. Está casada con Manuel, con quien tiene tres hijos: Manu, Marina y Raquel. Es abogada, igual que su marido. Él trabaja en Carter and Robinson, uno de los bufetes internacionales más importantes y prestigiosos de Madrid, mientras que ella trabaja en Betancourt, un bufete con menos experiencia y fama. Sin embargo, tras pensárselo mucho y darle mil vueltas en la cabeza, por fin ha tomado la decisión de dejar de trabajar. Con el sueldo de su marido tienen más que de sobra para mantener su tren de vida y ella prefiere dedicar todo su tiempo a su hogar, su marido, sus hijos y, en definitiva, a su familia. Cree que se lo debe, que es lo que ellos se merecen, que será lo mejor para todos, que así les hará más felices. ¿Pero le hará realmente más feliz a ella? ¿Es lo que de verdad quiere, convertirse en una maruja? ¿Llenará eso suficientemente su vida o, por el contrario, se sentirá vacía e insatisfecha? Las dudas no dejan de asaltarle. Aun así ella decide hacer caso omiso a las opiniones de su marido o de su mejor amiga, Marina, a quien conoce desde la facultad y con quien ha compartido todo: trabajo, amigos, confidencias, secretos, complicidad y, por encima de todo, una sólida amistad a lo largo de muchos años. En su nueva vida Lucía dedica su tiempo a cosas que antes eran impensables, como crearse una cuenta en Facebook e intentar recuperar así el contacto con viejas amistades a las que perdió por su dedicación a su familia y a su trabajo como abogada. Y así Jaime Rivas, un antiguo novio, vuelve a su vida y poco a poco retoman el contacto. Lucía está deseando avivar su vida social, la que durante muchos años se ha limitado a cenar todos los viernes con Marina y con su novio, David, y a asistir a actos organizados por su bufete y el de su marido, compromisos de trabajo tan ineludibles como aburridos. Poco a poco, conforme pasamos las páginas conocemos cada vez más la actual situación de Lucía, pero también su pasado, sus sueños, sus deseos, sus anhelos, sus secretos más ocultos, esos que no se atreve a compartir con casi nadie excepto con Alberto Betancourt, el fundador del bufete Betancourt, un hombre por el que se siente atraída, especialmente por sus profundos e intensos ojos azules con los que es capaz de decirle todo y nada al mismo tiempo. Me he sentido totalmente identificada con Lucía. Le he cogido muchísimo cariño a este personaje que en todo momento me ha resultado tremendamente real, cercano, humano. Como si fuese una amiga a la que conozco desde hace muchos años, alguien que forma parte de mi vida y a quien he llegado a conocer intensamente. Lucía cree que al dejar su trabajo su vida ha cambiado pero cuando ya ha renunciado a la pasión, al deseo, al amor y, por encima de todo, a la felicidad, la auténtica, la de verdad, la que solo nosotros mismos podemos ofrecernos, se da cuenta de que su verdadera vida, su segunda vida, no ha hecho más que empezar y que si ella quiere, si se atreve, si es capaz de dejarse llevar por la voluntad y por el destino, su segunda vida estará llena de sorpresas agradables, intensas y, por encima de todo, felices. Atreverse a ser feliz, a tomar las decisiones correctas. Hacer las cosas que realmente queremos, las que nos gustan, las que nos apasionan, las que nos hacen vibrar y ser felices. No las políticamente correctas, las que nuestra familia, nuestros amigos o nuestros compañeros de trabajo esperan que hagamos. Aprender a pensar un poquito más en nosotros mismos, a ser más egoístas, a cuidarnos más y no únicamente a los demás. A valorarnos, a querernos, a arriesgarnos. A intentarlo. Aunque nos equivoquemos. A aprovechar la vida, a disfrutarla al máximo, porque nunca sabemos cuándo se va a terminar. Porque de eso trata precisamente esta historia escrita con un estilo ágil, sencillo, fluido, cercano, compuesta por siete capítulos y un epílogo que hacen que devoremos la novela casi sin darnos cuenta, que disfrutemos enormemente mientras el tiempo pasa volando, casi con la misma rapidez con la que pasa cuando compartimos una tranquila y agradable charla con una amiga mientras tomamos un café. Por la portada, por la sinopsis, por la editorial, por todo, creía que me iba a encontrar una historia más de chick-lit, más frívola, más superficial, pero nada de eso. Personalmente no encuadraría esta novela dentro de ese género. Me parece mucho más completa, más intensa, más profunda, más compleja. Lucía nos enseña que a todos, en un momento o en otro de la vida, de una forma u otra, nos va a llegar ese punto de inflexión en el que tendremos que cambiar de ciudad, de trabajo, de pareja o, simplemente, de vida. Para poder empezar así nuestra segunda vida, esa que todos tenemos y en la que, si nos atrevemos, lograremos por fin la felicidad. No sé si estoy viviendo mi primera o mi segunda vida pero, desde luego, sí sé que la dos vidas de Lucía me han fascinado y sin duda os animo a descubrirlas porque tiene mucho que enseñarnos.