Revista África
El 16 de diciembre pasado, uno de los bubisheros, Gonzalo, estuvo dando unas charlas en el CEIP Caro Baroja, de Guadalmar, Málaga. Fue una preciosa mañana, de esas mágicas que surgen de vez en cuándo, no se sabe muy bien de dónde, de qué extrañas fuentes subterráneas.Se habló mucho del Bubi, en esa reunión, y eso que alguno de los libros de los que se trataba no tenía nada que ver con el Sáhara. Daba igual, porque había uno que sí, y porque la maestra, Yolanda, había tejido ya antes por debajo de la mesa, y los niños estaban abiertos a todo, llenos de curiosidad y de deseo de solidaridad.Después, la relación ha sido intensa y rica. Mails, cartas, cuentos que viajaban de aquí para allá, u de allá para acá. Y de allí vino la propuesta de colaborar con el Bubi. A alguien se le ocurrió lo de las camisetas: allí estaban, en Vigo, esperando. La maestra lo planteó al claustro y la cifra actual está por las... ¡260 camisetas!Es verdad, apetece ver Guadalmar en esta primavera, con el Bubisher volando desde el pecho de los niños. Niños ibcreíbles de un colegio poco común, que en la Semana Blanca ya ingresaron 100 euros en la cuenta del Bubi.Un colegio que no para. Gonzalo mandó para allá un relato sobre Miguel Hernández y el Sáhara, y su respuesta ha sido la convocatoria de Certamen Literario dedicado al poeta de Orihuela y al Bubisher. "Sólo quien ama vuela".Muchas veces lo hemos dicho: en el Sáhara no solo damos desde el Bubisher, también recibimos (más, seguramente), y aprendemos. Pero en colegios como el de Guadalmar también se aprende. Toda esa sensibilidad, esas ganas de ser solidarios, de ser mejores acercándose unos a otros, por ejemplo.El Caro Baroja de Guadalmar, por muchas razones, ya es uno más del Bubisher.Y marcan un camino para quien quiera acompañarnos en este vuelo.Gracias, emocionadas y plenas.