Revista Coaching

Las 3 claves de la empresa viva.

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Las 3 claves de la empresa viva.

por David Criado Hace ahora más de veinte años, un hombre que había pasado treinta y ocho de su vida trabajando para Shell, recibió el encargo de dirigir la planificación corporativa de la compañía energética. Su experiencia fue clave para la posterior formulación de la teoría de LA EMPRESA VIVA.

En este artículo hablaré de las bases fundamentales de la teoría de gestión empresarial formulada por Arie de Geus y que es hoy el fundamento clave para comprender conceptos como la gestión del cambio, la resiliencia y el desarrollo organizacional en un entorno aparentemente adverso, cambiante y complicado. Todas sus tesis cumplen hoy 17 años. Continúan, a mi modo de entender, vigentes.

Estas son las 3 claves que he extraído acerca de LA EMPRESA VIVA y de la propia vida de Arie de Geus:

1) Tus empleados existen y tienes que partir de ellos

2) Tu organización es un ser vivo en busca de sentido

3) Tus líderes deben facilitar aprendizajes y modelar comunidades humanas adaptables

Vayamos al detalle de cada una de estas revolucionarias claves:

1. Tus empleados existen y tienes que partir de ellos

Tu empresa no es solo actividad económica o producción de bienes y servicios. Antes que eso, tu empresa es una comunidad de personas. Cuenta con ellas. Deja de imponerles cosas. No son tus hijos y quieren ser adultos. Pregunta a las personas para las que lideras. Hay gente que ha madrugado mucho para que tú hoy estés ahí. En épocas de cambio cultural -mucho antes de hacer nada- respeta su experiencia.

Hoy en día cualquier mesías del management que se precie suele presumir de conocer la realidad de diversas compañías y sectores, ostentado formaciones pomposas en universidades alejadas de su lugar natal y vanagloriándose de una dilatada carrera en grandes firmas.

Nada de esto tenía Arie de Geus cuando a finales de los años 80 alguien le propuso liderar la estrategia empresarial de su compañía. De Geus era un ser delgado con voz grave nacido durante el periodo de entreguerras (1930 en Alemania).

Se había formado como había podido y no gracias a su talento de superhéroe sino a su esfuerzo y persistencia durante más de 30 años de carrera en su organización, fue reconocido por la única empresa para la que trabajó durante todo su vida. Era lo que tradicionalmente conocemos como una persona de la casa: alguien con más de treinta años de experiencia disfrutando y sufriendo el día a día de su empresa.

Cuando accedió al puesto de Director de Estrategia Corporativa mundial, justo antes de crear 30 empresas dentro del grupo en diferentes continentes, De Geus quiso jugar un poco.

En sus últimos años en Shell, exploró y lideró las primeras tentativas de Scenario Planning conocidas en el mundo empresarial. Se trataba de una técnica de pensamiento sistémico extraída y adaptada de la Inteligencia Militar para la planificación estratégica a largo plazo que incorporaba los primeros esbozos de participación grupal.

Considero personalmente que estos primeros juegos son la base de lo que muchos agentes de cambio hoy en día conocemos como facilitación.

Un año antes de su jubilación escribió el artículo Planning as learning (Harvard Business Review, march 1988 issue) en el que explicaba cómo una gran corporación puede incorporar el aprendizaje en su estrategia para adaptarse a entornos de negocio cambiantes. Hoy es uno de los textos obligatorios que todo estratega y gestor empresarial tiene entre sus lecturas obligadas.

Ocho años después de su jubilación, publicó The Living Company: Habits for Survival in a Turbulent Business Environment (Harvard University Press, 1997) una obra pionera en lo que entonces ya se conocía como Aprendizaje organizacional.

La obra se enmarcaba dentro de una nueva corriente de gestión empresarial basada en el aprendizaje, la teoría sistémica y la comprensión de los entornos y equipos de trabajo como organismos vivos y cambiantes. Las tesis fundamentales están resumidas por el autor en The living company (Harvard Business Review, march 1907 issue).

Ninguno de todos estos hechos trascendentes para la gestión empresarial y para la propia supervivencia de la compañía, hubieran ocurrido si Shell hubiera optado por fichar a un joven licenciado con MBA e ideas nuevas para "renovar la estrategia de la organización" sin contar con las personas más experimentadas como si fuera un papel en blanco.

Lo que nos enseña De Geus es que el documento siempre existe, solo necesita ser cambiado, reinventado o vivir nuevas anotaciones al margen. Ningún ser vivo realiza un cambio a partir de lo que quiere ser, todos los realizan a partir de lo que ya son. Lección aprendida: Renueva tus ideas a partir de lo que eres.

2. Tu organización es un ser vivo en busca de sentido

Necesita generar riqueza y para ello necesita tener capacidad de aprender de sus experiencias y de las experiencias de otros. No es una máquina, es un ser vivo. Y como tal necesita cuidados, enferma, a veces pasa malos momentos y otras los pasa buenos. Como todo ser humano la empresa se encuentra continuamente en busca de sentido.

El mayor factor de motivación colectiva siempre es la coherencia. Foméntala por medio de la participación activa y regulada de los empleados en las decisiones operativas que les afectan.

Encuentra a las personas con el talento, la cultura del esfuerzo y la actitud necesarias para revitalizar ese sentido. Ningún ser vivo soporta no participar sobre su realidad diaria durante mucho tiempo. Lección aprendida: Da voz a las personas para diseñar su propia coherencia

Seas una startup o una gran compañía, necesitas creerte lo que haces. Y nadie se cree lo que haces si tu discurso está lleno de goteras.

Analizando la antigüedad media de las empresas en el mundo moderno, De Geus encontró que la media de vida se situaba ente 10-15 años. Estudios recientes la sitúan en 12,5 años. Analizando a 40 compañías con más de 100 años de antigüedad, quiso detectar elementos comunes explicaran su supervivencia. Todos ellos hablaban de crear y mantener un carácter propio a partir de cuatro elementos:

  • Las empresas que sobreviven son sensibles a su entorno, se comportan y crecen a partir de él
  • Las empresas que sobreviven tiene cohesión interna. Y esta siempre está asociada al sentido de pertenencia y a una identidad compartida.
  • Las empresas que sobreviven son tolerantes. A los experimentos, a las personas excéntricas, a los proyectos nuevos, evitando una centralización excesiva del control de sus actividades.
  • Las empresas que sobreviven son conservadoras a nivel financiero. Saben arriesgar activos pero nunca levantan los pies de tierra. No juegan en la arena económica con todo lo que son sino con pequeñas partes de todo lo que fueron.

Toda empresa que sobrevive más de 100 años sobrevive en un mundo que no intenta controlar. Toda empresa que sobrevive más de 100 años sobrevive a sí misma a partir de su conocimiento propio. Lección aprendida: Adáptate adoptándote

Las empresas necesitan estabilidad. En nuestro mundo, solo hay un edificio que haya sobrevivido 4500 años. Y hoy, después de casi cinco mil años, sigue siendo el edificio de piedra más alto del mundo. Está construido por 2.300.000 bloques de piedra con un peso total de algo más de 6.000.000 de toneladas. A nadie se le escapa el secreto de su estabilidad. La disposición de las piedras es clave.

Para la construcción de la Gran Pirámide de Guiza, tumba del faraón Keops, a ningún arquitecto egipcio se le ocurrió proponer una estructura cuya base fuera más estrecha que su punto máximo de altura. Y esto, lector o lectora, ocurre por algo.

Del mismo modo que los edificios más longevos tienen sólidas bases, tú no debes olvidarte de las tuyas. No quemes a tus empleados. No les prendas diariamente fuego, dales luz. Lección aprendida: Nadie puede liderar un barco en llamas. No quemes la base de todo lo que eres.

3. Tus líderes deben facilitar aprendizajes y modelar comunidades humanas adaptables

Todo iría mejor en tu vida si en lugar de dedicarte a vender y comprar a otros, te dedicaras a vender y comprarte a ti mismo. Tus líderes tienen que cambiar. De hecho deben interiorizar que el cambio continuo es parte de su responsabilidad.

Estas son las características comunes que De Geus concluye para el nuevo liderazgo basado en el aprendizaje:

Valora a las personas más que a los recursos.

En la última gran compañía que sufrí recuerdo que me invitaron a participar en algunas mesas de innovación. De algún modo todo el mundo que quisiera esforzarse un poco, sabía que yo valía para algo más que lo que cada día hacía.

Sobre todo por la cantidad de horas y esfuerzo que dedicaba a demostrarlo en mi trabajo diario más allá de mis obligaciones, las cuales sin lugar a dudas cubría y me aburrían por completo. De modo que algún iluminado decidió que contar con algunos cerebritos de la organización de forma gratuita no estaría mal.

De entre los miles de empleados de la compañía, seleccionaron a unos cuantos para dar su opinión. Participé activamente en varios foros para mejorar la cultura de mi organización, en ninguno de los cuales me sentí valorado. El problema era tan sencillo como insultante. Yo había sido contratado para X y nadie entendía que pudiera ser capaz de trabajar en X,Y y Z a la vez. Esto causaba gran recelo entre mis responsables.

Un ejemplo de esta falta de valoración se traduce en los llamados "códigos de imputación" al uso en la mayoría de grandes consultoras y cuya gestión ilógica y arbitraria aplasta por completo cualquier intento de mejora de las personas. Lección aprendida: Tus empleados no son recursos y si lo son, cuentan bastante más que una celda de una hoja Excel.

Atrévete a perder gobierno y control.

Si realmente quieres liderar, atrévete a confiar en otros. Da rienda suelta a sus capacidades si luego quieres recoger sus logros. Para ejemplificar esta estrategia de liderazgo, De Geus utiliza la metáfora del jardinero y las rosas. "Si usted es jardinero, cada primavera debe decidir cómo podará sus rosas: cortas o largas. La poda corta significa que usted selecciona tres de las plantas con tallos más fuertes y los corta a tres o cuatro yemas de crecimiento.

Esta técnica obliga a la planta a canalizar todos sus recursos en un número relativamente pequeño de brotes. ¿Por qué hacerlo así? Porque usted desea que las rosas sean más grandes en junio. Yo sin embargo no podo duro. ¿Por qué? Debido a que en mi caso es una estrategia de alto riesgo.

Donde yo vivo, las cosas más terribles le pueden suceder a mis rosas. Vivo en una colina donde las heladas nocturnas de abril o incluso principios de mayo no son infrecuentes. También, muchos ciervos deambulan libremente en la colina y les encanta comer capullos de rosa. Si podo corto, las noches son heladas y los ciervos tienen hambre, podría no tener rosas en junio en absoluto.

Organízate para el aprendizaje.

La mayor parte de empresas siguen cometiendo una y otra vez el mismo error. Organizan sus departamentos en torno a estructuras burocráticas o en torno a silos de mercado y de servicio. En realidad, lo más útil suele ser organizarse en función del aprendizaje que podamos adquirir para interiorizarlo y que sea útil para la consecución de los objetivos de la organización.

Para De Geus la esencia del aprendizaje es el descubrimiento a través del juego. Y la toma de decisiones en este sentido implica tres cosas: aceptar la lentitud del aprendizaje colectivo, descartar opciones inútiles, aprender a partir de la experiencia y no de la teoría, contar con el miedo al cambio.

Modela una comunidad humana.

"Los gerentes deben decidir cómo colocar el elemento humano en sus empresas. Pueden optar por producir riqueza para un círculo íntimo de gestores e inversores, o pueden desarrollar una organización que es una comunidad. La elección que hacen juega un papel importante en la determinación de si una empresa sobrevivirá a sus fundadores.

Los gerentes que quieren construir una organización que pueda sobrevivir muchas generaciones prestan atención al desarrollo de los empleados por encima de cualquier otra consideración. Le dan una alta prioridad a preguntas tales como: ¿Cómo podemos organizar la continuidad de una generación con la siguiente?.

En las organizaciones en las que los beneficios se acumulan sólo en unas pocas personas, todas las demás son outsiders, no miembros. De acuerdo con su contrato subyacente con la empresa, esos forasteros venden su tiempo y experiencia para el dinero de otros. Como las ciencias de comportamiento organizacional demuestran, este tipo de contrato no inspira a la gente a dar todo o sentir mucha lealtad a la empresa o a sus gestores.

Los reclutas entienden que deben trabajar con su eventual salida en mente. La sucesión en esas empresas es difícil y costoso. La continuidad de la empresa a través de generaciones, no se garantiza casi nunca en estos casos." Las comunidades humanas no están exentas de error, y precisamente por ello son humanas y están basadas en la realidad de lo que somos y aprendemos. Esta es la base de toda empresa viva.

Posted by David Criado on Dec 16, 2014

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