Por sus métodos insustentables, prácticas dudosas y su explotación del mercado global, estas 5 compañías se merecen un lugar en el top de las más nocivas del planeta.
Estas compañías han hecho de todo: desde privatizar el agua, llevar especies al borde de la extinción para rematarlas después y hasta han contratado a mercenarios para infiltrarse en grupos opositores, han sobornado a gobiernos corruptos, y han obligado a campesinos a comprar productos transgénicos. Su único propósito es acumular más riqueza, sus estrategias no tienen escrúpulos y se aprovechan de un paradigma que asegura la inequidad social en el mundo. Estas son algunas de las peores compañías del mundo:
5. Nestlé
Sector: Alimentación y salud.
La página oficial de Nestlé describe a la compañía como “líder en alimentación, salud y bienestar en el mundo”.
Acto de injusticia: privatización y comercialización del agua del planeta.
De acuerdo a un estudio de Hang The Bankers, Nestlé busca establecer un dominio sobre el recurso más preciado del mundo: el agua. Sus tácticas son tan despreciables como su fin: buscan comprar o invertir en regiones económicamente débiles, cuyos gobiernos dan la bienvenida a inversiones extranjeras, y luego explotan los recursos acuíferos de la región para después venderlos a precios exorbitantes, en comparación al menos, al costo de extraer el precioso líquido.
4. Mitsubishi
Sector: Electrónica, pesca, sistemas industrializados, y combustibles.
La compañía se estableció al final del siglo XIX como una firma de transportes, y ahora es una marca que representa más de 200 negocios en diferentes campos.
Acto de injusticia: pesca y congelamiento de atunes para venderlos después de que se extingan.
Es bien sabido que la sobrepesca del atún, en especial el Cola Azul, está llevando a la especie directamente hacia la extinción, al grado que en las próximas décadas esta dejará de existir. En vez de contrarrestar esta sobrepesca, o invertir en métodos sustentables de pesca, Mitsubishi hace todo lo contrario: continúa explotando los mares con la esperanza de que se acaben los atunes y así ellos puedan venderlos a precios altísimos. Actualmente pescan el 40% del atún mediterráneo que se vende en Japón.
3. Walmart
Sector: Cadena de supermercados más grande del mundo.
La compañía actualmente emplea a 2.2 millones de trabajadores alrededor del mundo. En México se les involucró en un escándalo por haber sobornado a las autoridades del INAH y del gobierno para construir ilegalmente un supermercado cerca de Teotihuacán.
Acto de injusticia: venta de transgénicos, explotación de empleados, arrasa con pequeños negocios.
El 85% de los productos que esta enorme trasnacional vende vienen de China, y es por esto que son tan baratos. Sus trabajadores, que llaman “asociados” perciben el salario mínimo, mientras que el CEO de la compañía gana muchas veces más de lo que estos ganan en un año en tan solo una hora. Si un Walmart abre en la zona, los pequeños comercios y sus dueños quebrarán en cuestión de meses.
2. Academi (Blackwater)
Sector: Mercenarios.
Fundada en 1997, Academi entrena a ex-soldados y los renta como “agentes de seguridad especializados”. Participan en guerras y también trabajan para Monsanto, infiltrandose en grupos que se oponen al rey de los transgénicos.
Actos de injusticia: Se estima que cada año Academi (que antes se conocía como Blackwater) entrena a 40 mil mercenarios. El gobierno estadounidense los contrató para participar en Irak, y actualmente el 90% de los ingresos de grupo provienen del Pentágono.
1. Monsanto
Sector: Alimentación.
Actos de injusticia: Venta de OGMs, obligan a campesinos de todo el mundo a comprar sus semillas, control del gobierno de EUA.
Monsanto es una de las compañías más poderosas del mundo ya que controlan una enorme sección del mercado alimentario global. La venta de sus transgénicos y herbicidas, pesticidas y fertilizantes han sido apoyados por Bono y hasta Bill Gates. Para Monsanto la alimentación del mundo no es más que un negocio, pero afortunadamente hay pueblos y gobiernos que se oponen al gigante. Actos inspiradores como el de los campesinos de Colombia y la prohibición de OGMs en Europa demuestran que sí podemos oponernos a Monsanto y a otras trasnacionales.
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