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Las 5 excusas favoritas de la gente que no lee

Publicado el 15 noviembre 2013 por Rusta @RustaDevoradora

Las 5 excusas favoritas de la gente que no lee1. No tengo tiempo. Ya, ya, pero para escribir en las redes sociales a diario, pasarte cuatro horas delante del televisor o bajar al bar a tomarte una cerveza sí que tienes tiempo, ¿verdad? Comprendo que en la vida uno pasa por diversas etapas y hasta un gran amante de los libros puede tener una racha no lectora; no obstante, no me creo a los que dicen que nunca han encontrado el momento para leer. Es cuestión de organizarse; en la blogosfera he conocido a unas cuantas madres, trabajadoras, lectoras y blogueras que demuestran que, si se quiere, se puede con todo.
2. Los libros son caros. Leer y comprar libros son dos actividades diferentes que se confunden demasiado a menudo. ¿Qué hay de las bibliotecas? ¿Y de los libros de bolsillo, de los e-books? El año pasado escribí una lista de propuestas para leer de forma gratuita o por un coste muy bajo (¡y sin piratear!). A todo esto, no considero que los libros sean caros en comparación con otras formas de entretenimiento (pensemos en la cantidad de horas que dedicamos a una novela con respecto a lo que dura una película en el cine, por ejemplo), aunque me temo que hace falta ser un gran amante de la lectura para ser consciente de ello. Sea como sea, nunca he ido sobrada de dinero y aun así siempre he tenido libros en la mesilla (la mayoría de ellos, nuevos).
3. Si han hecho una película, ¿para qué voy a leer el libro?Cuando escucho esta excusa me acuerdo de la genial idea de una profesora que tuve en el instituto: en un examen preguntó por un tema que se trataba en la novela pero no en su correspondiente adaptación cinematográfica (la cara de los tramposos era un poema). El fondo de la excusa cae, una vez más, en el error de creer que leer es aburrido, que la película será un camino más rápido para llegar al mismo destino. Sin embargo, las historias no son solo ese destino, sino que también viven de lo que ocurre hasta alcanzarlo, de las particularidades de la escritura y de las tramas que se dejan de lado en el filme (y lo mismo se puede aplicar a los que se niegan a leer un clásico porque conocen de antemano el desenlace). Por mucho que la película sea muy buena y fiel, merece la pena disfrutar de ambas versiones.
4. No tengo ganas de pensar. Bueno, es cierto que leer requiere un esfuerzo mayor que ver un programa de televisión o una película (aunque también depende del programa y la película, todo hay que decirlo). De todas formas, de ahí a creer que todos los libros son sesudos y complicados va un trecho. Las personas que defienden esta opinión porque en el colegio tuvieron que leer novelas poco adecuadas para su nivel de comprensión —de ahí viene en parte el prejuicio— deberían empezar desde cero con lecturas facilitas y divertidas, que las hay, y son capaces de competir de forma muy digna con otros entretenimientos.
5. Los libros que se publican actualmente no tienen calidad.Típica excusa de las personas que en algún momento de su vida han leído cuatro clásicos y ahora miran con desprecio a los que leemos mucho, en especial narrativa actual. No negaré que ni la cuarta parte de lo que se publica hoy será un clásico mañana; no obstante, menospreciarlo todo por sistema me parece un error, porque, aparte de que opinan sin saber, no debemos olvidar que los libros que ahora consideramos clásicos en algún momento también fueron obras poco conocidas que tuvieron que ganarse un hueco. Grandes autores los ha habido siempre, ayer y hoy. Además, creo que los lectores leemos sobre todo por el placer de leer, sin pensar en la trascendencia de la obra (preocuparse del prestigio y de lo que pasará en el futuro con cada novela me parece una pérdida de tiempo).
Sería mejor que dijeran que no leen porque no quieren, ¿no os parece?

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