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Las 5 mejores clases de quarterbacks de todos los tiempos – Parte 3

Publicado el 16 mayo 2018 por Primeroydiez @Primeroydiez

Parte 3 de 4

Si parece complicado superar en nombres y logros a las camadas de 2004 (nuestro tercer lugar) 2012 y 1957 (quinto y cuarto lugar respectivamente), la que hoy presentamos tuvo que aparecer también en solitario debido a la enorme lista de leyendas que la componen. Ahora es turno de revelar la segunda de las 5 mejores clases de quarterbacks de todos los tiempos:

2.- Clase del Draft NFL 1971

Miembros destacados: Ken Anderson, Lynn Dickey, Archie Manning, Dan Pastorini, Jim Plunkett, Joe Theismann.

Quizá hoy en día es más fácil resaltar y dar eco a cualquier historia de éxito, pero en 1971 la prensa especializada de la NFL no tenía un gran auge. Sin embargo, ese año se dio un hecho histórico cuando tres quarterbacks fueron seleccionados con los primeros tres picks globales; esta camada fue conocida entonces como The Year of the Quarterback y generó una expectativa comparable con la del Draft 2018. Guardando distancias, aquella camada fue en la NFL lo que los Beatles para el rock.

Una luz en los años oscuros

Lynn Dickey es el menos reconocido. Incluso para los Packers vive a la sombra de otros ganadores como Bart Starr, Brett Favre y Aaron Rodgers. Elegido por los Houston Oilers en la tercera ronda con el pick 56, tuvo que vivir a la sombra de Dan Pastorini. En 1976 fue enviado a Green Bay para iniciar una historia digna de recordar.

Si bien los Packers fueron la dinastía de los años sesenta, las décadas de los setenta y ochenta fueron los años más oscuros de la franquicia. En mancuerna con el exquarterback y head coach del equipo, Bart Starr, los Packers apenas pudieron calificar a los Playoffs en 1982, en el año de la huelga. Dickey sufrió numerosas lesiones que lo alejaron del campo, pero se encargó de escribir su nombre en la  historia de los Packers. También ganó una nominación al segundo equipo All-Pro en 1983 y al momento de su retiro solamente Bart Starr (superaba su record de yardas lanzadas para la franquicia (24 718 contra 21 369). Finalmente en 1992 fue inducido al Packers Hall of Fame.

Los nombres que añora toda una ciudad

Ken Anderson siguió a Lynn Dickey con el pick 67 de aquella tercera ronda del Draft. Elegido por el legendario Paul Brown, Anderson apenas necesitó de una temporada para tomar las riendas del equipo de manera permanente y destacar gracias a la a la gran mancuerna Paul Brown y Bill Walsh en las laterales. Al momento de su retiro en 1986, sus 32 838 yardas eran la séptima mejor cantidad en la historia para un pasador.

Anderson fue parte fundamental para la construcción de unos Bengals que tendrían una época de oro en los ochenta. De hecho fue su QB en el Super Bowl XVI, misma temporada en que consiguió el MVP y su única nominación del primer equipo All-Pro. Además, Anderson tuvo cuatro nominaciones al Pro Bowl, dos nominaciones al segundo equipo All Pro en 1974 y 1975, Offensive Player of the Year 1981, Comeback of the Year 1981, y también fue campeón de yardas por pase en 1974 y 1975. Lamentablemente se ha quedado en la frontera del Hall of Fame pero probablemente veamos su nombre en letras de oro algún día.

El underdog entre los peces gordos

En 1971 ese fue Dan Pastorini, proveniente de la Universidad de Santa Clara. Al igual que la mayoría de la lista tuvo que sufrir por bastante tiempo debido a la falta de competitividad de su equipo, pero en 1975 el coach Bum Phillips tomó las riendas y cambió la cultura perdedora en los Houston Oilers.

En 1978 los Houston por fin alcanzó el juego de campeonato de la AFC frente a los Pittsburgh Steelers, siendo La Cortina de Acero mucha pieza para los jóvenes Oilers. En 1979 la venganza frente a los Steelers se quedó corta, esta vez cayendo 13-27 con una de las llamadas más controversiales y recordas, cuando no se marcó un TD de Mike Renfro que pudo haber cambiado el rumbo del juego.

En 1980 los Raiders y los Oilers intercambiaron quarterbacks, llegando Ken Stabler a Houston mientras que Pastorini se embarco rumbó a Oakland, donde le ganó la titularidad a Jim Plunkett. Tras un inicio de 2-2 Pastorini se lesionó y Plunkett entró al relevo para no volver a soltar el puesto. Pastorini ganó el Super Bowl XV como miembro de los Raiders pero terminó como agente libre y en plena temporada de 1981 firmó con Los Angeles Rams, donde vio sus últimos juegos como titular.

El símbolo de los Redskins

Luego de una gran temporada en Notre Dame, Joe Theismann ganó la designación como jugador All-American e incluso compitió por el trofeo Heisman ante el mismo Lynn Dickey (6 votos),  Jack Tatum (173), Archie Manning (849) y el ganador Jim Plunkett (2 229). Theismann recolectó 1 410 votos, quedando en el segundo escalafón. Pese a ser reclutado por los Dolphins con el pick 99 de la cuarta ronda, no llegaron a un acuerdo y se fue a la CFL.

En 1974 regresó a la NFL, esta vez en calidad de “primera ronda” pues fue lo que pagaron los Washington a Miami por sus derechos. En 1982 los Redskins aprovecharon la huelga para levantar el Super Bowl XVII gracias a la memorable actuación de John Riggins. Theismann y Joe Gibbs querían demostrar que su campeonato no era una casualidad así que tuvieron una gran campaña para defender su corona. Con marca de 14-2 los Redskins vencieron en  playoffs a los Rams y a los Niners para medirse ante los Raiders en el Super Bowl XVIII. Theismann no tuvo un gran juego y esta vez fueron Jim Plunkett y Marcus Allen quienes pulverizaron las aspiraciones de los Redskins y recuperaron su corona.

Pese a perder el Super Bowl, Theismann puede presumir su primera nominación All-Pro,Ofensive Player of the Year y, por supuesto, el MVP de 1983. Lamentablemente su éxito no duró mucho porque en 1985 se dio quizá la lesión más desgarradora en la historia de la liga, cuando Lawrence Taylor y Harry Carson de manera accidental le rompieron la pierna en una jugada de sack. Theismann no volvió a pisar el campo en lo que pudo haber continuado como una gran carrera y después un lugar asegurado en Canton.

El primero de los Manning

Archie Manning fue el segundo quarterback tomado en aquel Draft. El chico maravilla de Ole Miss era todo un espectáculo en el campo, con un estilo de juego más parecido al de Johnny Manziel que al de sus robóticos hijos, Peyton y Eli. Lamentablemente, en el camino de Archie se cruzaron los Saints, o mejor dicho, los Aints, una ranquicia que apenas en 1967 se había incorporado a la liga e intentaba ganar relevancia con Manning en los controles.

Para Manning cosas fueron un desastre. Continuamente quedaba en el suelo debido a la incapacidad de los Saints para protegerlo; en sus doce temporadas ahí, apenas en una ocasión logró una temporada de .500. Su carrera fuera de New Orleans tampoco tuvo gran impacto para ayudar en su legado, sin embargo aquellos que tuvieron la fortuna de verlo saben que su talento fue desperdiciado por equipos muy malos. No es de extrañar que Archie haya propiciado activamente  el mejor escenario para su Eli y evitar que su historia se repitiese en San Diego.

El hombre adecuado en el momento adecuado

Llegamos al final de la segunda mejor clase de quarterbacks con Jim Plunkett, cuya historia no es perfecta pero sí un gran ejemplo de perseverancia. Con el primer pick global del Draft de 1971 los New England Patriots seleccionaron al californiano y las cosas no iniciaron tan mal. Plunkett se llevó el premio AFC Rookie of the Year, pero de inmediato se vio mermado por las lesiones y la mala protección de su equipo terminó por opacar al ganador del Heisman, el cual fue cambiado a San Francisco para 1976.

Con los Niners tuvo un efímero paso, en gran parte gracias a Edward DeBartolo Jr., quien tenía entre manos un proyecto del cual Plunkett no formaba parte. La carrera de Plunkett estaba por apagarse luego de pasar 1978 y 1979 en la banca de los Raiders. Finalmente en 1980 tuvo su oportunidad inesperada al suplir a Dan Pastorini, quien acababa de llegar a los Raiders y estaba listo para convertirse en el rostro de la franquicia. Sin embargo fue Plunkett quien cumplió con ese rol, ayudando a los Raiders a ganar el Super Bowl XV –incluyendo el MVP del juego- y el Comeback Player of the Year 1980. Nuevamente en 1983 cumplió con su parte para ganar el Super Bowl XVIII con los Raiders.

El final de su carrera estuvo lleno de lesiones y altibajos, nunca dominó la NFL y pese a ello se le recuerda con mucho cariño y es constante tema de controversia si pertenece al Hall of Fame pese a sus 198 intercepciones y 164 anotaciones, además de su récord como titular de 72-72.


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