Revista Series

Las 50 mejores series de la historia (Parte X y final)

Publicado el 28 julio 2011 por Lapalomitamecanica
y Pablo de los Ríos
Última entrega del ranking de series
Las 50 mejores series de la historia (Parte X y final)
Hemos recorrido un largo camino hasta llegar al codiciado top-5, en el que hemos hablado sobre decenas series y escuchado muchas de vuestras sugerencias. Evidentemente, lo difícil de hacer una lista es tener que elegir cuales entran y cuales se quedan fuera y en base a qué criterios. A estas alturas no es ningún secreto que Juego de Tronos no estará entre esta selección puesto que aún solo contamos con una temporada para valorar. Pero al igual que no olvidamos a Ned Stark y compañía, tampoco queremos dejar de lado otras muchas series que aunque no han logrado colarse en la clasificación si merecen su hueco en la historia catódica.
Quizás algún día ampliemos la lista hasta las 100 mejores series de la historia, pero de momento os dejamos con la última entrega de este ranking y con la promesa de una entrada recopilatoria para todas aquellas que casi entran como Friends, Twin Peaks, Alias o Malcolm. También queríamos agradecer a nuestra lectora y en esta ocasión colaboradora Maitane Hermosa su ayuda a la hora de elaborar las fantásticas fotos que han encabezado cada una de nuestras entradas de la sección que se ha convertido en una de las más leídas de La Palomita Mecánica. Sin más dilación, tras el salto la última entrega de Las 50 mejores series de la historia.
5. The Shield
Las 50 mejores series de la historia (Parte X y final)
The Shield es la obra maestra de Shawn Ryan, guionista también de la reciente serie cancelada The Chicago Code que desgraciadamente nunca llegó a arrancar. La genialidad de esta serie es que pisa el acelerador desde el primer minuto con un piloto brutal que convierte a The Shield en la serie aditiva por excelencia. Entre el cine negro y el clásico género policíaco, la serie protagonizada por Michael Chiklis puede que siempre haya estado a la sombra de la contemporánea obra de la HBO The Wire, aunque una vez visionadas ambas son lo suficientemente diferentes como para cobrar identidad propia y huir sin problemas de las comparaciones. Ambas son excepcionales y es tremendamente difícil decantarse por una u otra.
La clave que convierte a The Shield en una mayor adicción radica en lo genialmente que están estructuradas todas las tramas en cada uno de sus episodios y temporada. La serie de Shawn Ryan mantiene siempre en cada una de sus entregas un argumento continuado protagonizado por Vic Mackey y sus chicos que se intercalan con las demás subtramas generalmente protagonizadas por los detectives Wagenbach y Claudette Wyms y los patrulleros que recorren las peligrosas calles de Farmington. Este dinamismo provoca en cada episodio un ritmo frenético mezclando el clásico episodio auto-conclusivo policíaco con las peripecias del Strike Team (grupo de asalto).
Evidentemente The Shield es sinónimo de Vic Mackey, y es que la serie de Michael Chiklis no se entiende sin este personaje. Victor Samuel Mackey es quizás el mejor personaje de la historia de la televisión junto con otros titanes como Tony Soprano o Al Swearenguen, cuyas vidas al final de días son tan humanas como las de cualquiera de nosotros. En definitiva, The Shield nos ha regalado siete temporadas redondas, donde la presión sobre Vic Mackey y sus chicos va aumentando poquito a poco hasta llegar a un final apoteósico, quizás el mejor final de serie de la historia, o por lo menos uno de los más realistas y descorazonadores.
Como momento para recordar, quisiera regalaros el impactante final del piloto:

4. Breaking Bad
Las 50 mejores series de la historia (Parte X y final)
Muchos dirán que es un riesgo incluir en el codiciado top-5 a una serie que acaba de comenzar la andadura de su cuarto año. Pero al igual que hemos hecho con las excepciones de Fringe y Dexter, consideramos que el legado que nos ha dejado Breaking Bad ya es más que suficiente para ocupar nada más y nada menos que el cuarto puesto de nuestro ranking. 
Y es que nos podríamos pasar horas enumerando las virtudes de la serie que ha devuelto la diversión a las clases de química, pero preferimos resumir la esencia del éxito de Breaking Bad en dos máximas que han convertido a la historia de un profesor calzonazos en la serie mejor valorada de la recién inaugurada segunda década del siglo XXI: su brillante planificación y un reparto en estado de gracia.
Ha quedado claro que Breaking Bad no es una serie de grandes presupuestos, pero desde un principio nos quedamos maravillados ante la inteligentísima utilización de los escasos recursos de los que se puede disponer con poco más de 1 millón de espectadores de audiencia. La planificación de las escenas, el uso de la música y del simbolismo mediante prendas u objetos son unas señas de calidad innegables que covierten a cada entrega en un perfecto engranaje técnico. Y luego están Bryan Cranston y Aaron Paul. Dos actores que han sorprendido a propios y a extraños. Uno desencasillándose tras su paso por Malcom y otro dándose a conocer con un trabajo que ya le ha deparado un Emmy en 2010. 
Pero quizás hay otro elemento que hace tan especial a Breaking Bad. Y ese es que a pesar de su ritmo lento y metódico la evolución de la trama centralizada en su personaje principal es palpable en todo momento. Y no solo eso, se trata de una evolución acompañada de un aumento de calidad que explota las virtudes del medio televisivo aprovechando los lapsos de tiempo entre temporadas para enriquecer la trama y expandirla. Quién sabe hasta dónde llegará Breaking Bad. De momento y con solo 3 temporadas completas ya ha escalado hasta el cuarto puesto de nuestro ranking. ¿Merecerá el primer puesto en unos años?
El vídeo que os dejamos es aquel en el que Walter advierte a un camello de poca monta que salga de su territorio. Se me ponen los pelos de punta, oiga:

3. A dos metros bajo tierra
Las 50 mejores series de la historia (Parte X y final)
Curiosamente, la primera entrada que realicé en esta página  fue sobre la serie de la prestigiosa HBO. Justo acababa de terminar sus cinco temporadas y quería compartir las sensaciones e impresiones que Six Feet Under había conseguido transmitirme. Evidentemente, por aquel entonces estaba un poco pez en esto de redactar, pero creo que la idea quedó más o menos clara, y esa era la capacidad de A dos metros bajo tierra para marcar un antes y un después en la forma de ver el drama en televisión.
La muerte nunca fue un tema tan abierto hasta que Alan Ball creó esta obra maestra. Y que mejor forma de tratarla que desde la perspectiva de una familia dedicada al negocio de las pompas fúnebres. Cada episodio es una auténtica joya en el que siempre podemos encontrar una nueva perspectiva de la muerte y de cómo está nos puede llegar a afectar, no sólo en lo personal sino también respecto a tu futuro. Una muerte temprana, la soledad una vez tu ser querido se ha ido, el miedo a desaparecer, al cielo o el infierno o quizás a la incertidumbre sobre lo que hay más allá de la vida.
Pero no solo eso, A Dos Metros Bajo Tierra también tiene la capacidad de tirar por tierra argumentos como el de que Perdidos es una serie de personajes. Esto es una serie de personajes. La producción de Alan Ball tiene posiblemente los roles mejor definidos de la historia de la televisión; Nate y su obsesión por encontrar sentido a su vida, Brenda y su contantes vicios víctima de su mente privilegiada, David y su constante búsqueda de la perfección, Claire y su miedo por un futuro incierto y la señora Fisher (lo que me podido llegar a reír con este personaje) y su descubrimiento personal tras la muerte de su marido.
Es complicado trasmitiros todo lo que puede llegar a evocar esta obra maestra de la televisión, cada uno posiblemente podemos percibir mensajes distintos o llegar a distintas conclusiones, es por ello que instamos a todos nuestros lectores a que no dejen pasar la oportunidad de ver esta serie y abrir la mente a un asunto que quizás sin llegar a ser tabú, siempre ha sido un tema difícil de tratar desde todos sus prismas. Six Feet Under es una serie bella, es una serie trágica, es una serie emotiva, pero sobre todo es una serie que marca a todo aquel que la disfrute al completo.
De los grandes momentos que nos ha podido regalar la serie de la familia Fisher, destacamos su apoteósico final:
2. Los Soprano
Las 50 mejores series de la historia (Parte X y final)
Junto con la serie que encabeza nuestro ranking, Los Soprano completa la moneda de la doble cara del crimen y la justicia con la que HBO sentó las bases narrativas de la fiebre de series que hemos vivido en los últimos años. A través de un análisis del crimen organizado moderno, el creador Henry Chase dibuja a uno de los personajes más complejos y grandes de la pequeña pantalla, Tony Soprano. Un Padrino del siglo XXI con ataques de ansiedad y debilidad por los patos que tendrá que hacer malabares para compaginar su vida criminal con la  familiar.
Como ya hiciera Scorsese en Uno de los Nuestros, Los Soprano se fundamenta en humanizar al mafioso mostrando no solo sus fechorías, sino las consecuencias de sus malas acciones tanto en sí mismo como en su entorno. El resultado es el retrato psicológico de una generación dedicada al crímen que vive el día a día del siglo XXI. Una sensación reforzada por las escenas en la consulta de la Doctora Melfi (Lorraine Bracco) cargadas de simbolismo y que ayudan a conocer mejor a ese animal primitivo que es el patriarca de Los Soprano, y que temporada tras temporada vemos evolucionar hasta decantarse por su lado más despiadado.
Pero más allá de ese retrato y de muchos otros igual de brillantes como los de Christopher, Adriana, Carmela o Ralphie. A lo largo de los 8 años y 6 temporadas que Los Soprano estuvo en antena nos regaló momentos de suspense impagables en los que no sabías quién iba a terminar vivo al concluir la escena y que nos obligaron a contener el aliento hasta límites insospechados. Por no hablar del humor negro siempre presente en personajes como el de Paulie, y que demostraba que la televisión es capaz de mezclar géneros ganando en profundidad con más eficiencia que el propio cine.
Como vídeo os dejo una conversación cualquiera entre Bobby y Tony, mezcla de negocios, familia y algo de humor negro:

1. The Wire
Las 50 mejores series de la historia (Parte X y final)
La obra maestra de Ed Burns y David Simon es una de las series más reconocidas por la crítica de medio mundo. ¿Qué ingredientes tiene The Wire para convertirse en la mejor serie de la historia? Sin duda es un tema que llenaría más minutos que los juicios de Nuremberg y Julián Muñoz juntos, pero si hacemos el esfuerzo descubriremos que se trata de la serie con los guiones más cuidados que se puede encontrar en la oferta televisiva americana, siendo capaz de enfocar con absoluta nitidez un problema que lastra toda una generación en la ciudad de Baltimore.
The Wire nos relata la triste historia de una ciudad en decadencia postindustrial. Una obra de cinco temporadas donde cada una de ellas nos da una distinta perspectiva del problema de Baltimore: el tráfico de drogas. La policía, la desindustrialización, los políticos, la educación y los medios de comunicación son parte de ese conflicto que entrama esta red de corrupción que asola la sombría ciudad. Quizás si tenemos que decantarnos por una temporada, la cuarta sea la más demoledora, donde vemos como la cultura popular de las esquinas atrae a los más pequeños fruto de una política de educación deficitaria, producto de políticas desafortunadas. El trapicheo de la calle se convierte en tradición familiar, en muchas calles el sustento familiar, un pilar básico del que solo hay dos salidas; la cárcel o la muerte.
Haciendo memoria de momentos capaces de dejar boquiabierta a Keira Knightley frente a un bocata de jamón quizás me decantaría por la desoladora muerte de Omar White. Y es que si decimos que Juego de Tronos no tiene miedo en cargarse a sus protagonistas para que la trama no pierda fuerza, en The Wire no es para menos. Omar, un Robin Hood del siglo XXI, duro pero a la vez con su sensibilidad a flor de piel, cuyo vengativo corazón le llevo a encontrar la muerte de la forma menos insospechada y a la vez tan trágica. Por otro lado, también destacar la muerte del gran Stringer Bell, capo de la droga que curiosamente usaba sus conocimientos de su licenciatura en económicas para dinamizar el mercado de la heroína. Evidentemente, Stringer era todo un villano, pero era uno de esos a los que no puedes dejar de idolatrar por muy cabronazo que fuera.
Quizás The Wire sea una serie compleja y en ocasiones difícil de ver sobre todo al principio. Sin embargo, desde La Palomita no nos cansaremos de fomentar su visionado porque a pesar de que los primeros capítulos pueden hacerse algo densos, después no puedes dejar de devorar capítulo a capítulo esta sombría historia que de una forma u otra al igual que los hacen Los Soprano o A Dos Metros Bajo Tierra, nos vuelven a describir la condición humana desde una perspectiva diferente.
Para terminar, después de tantos meses, os dejamos una vez más los instantes finales, que dejan una visión real y melancólica de la triste historia de Baltimore:

Por fin tenéis el ranking completo en este enlace.

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