Por Pablo Roura.
De la exitosa película Forrest Gump, protagonizada por el actor Tom Hanks podemos extraer las 6 enseñanzas aplicables a los deportes de resistencia y la vida misma:
1.- Ser tu mejor versión: La madre de Forrest le decía que tenía que hacerlo lo mejor posible con lo que Dios le había dado… En el deporte no hay mejor consejo para ser feliz y mejorar tu rendimiento que siguiendo esa premisa. Cada uno de nosotros tenemos un talento que debemos identificar y utilizar. Es sencillo, debemos dar lo mejor de nosotros mismos…
2.- Lo que tu crees, lo puedes conseguir: La madre de Forrest le decía que tenía unos zapatillas mágicas que le podían llevar a donde él quisiera…. y Forrest consiguió todo lo que se propuso porque realmente creía en ello. Todos tenemos sueños y debemos creer en ellos, si no lo hacemos nosotros mismos difícilmente podremos conseguirlos o difícilmente lo podrá hacer nadie por nosotros…
3.- La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar. Predecir el futuro es imposible por ello este concepto es perfecto para aplicar no sólo a nuestros entrenamientos sino también a nuestras carreras. Nunca podremos saber el resultado que vamos a lograr en una prueba hasta que no la hagamos…
4.- Cada uno define su destino: Forrest le pregunta a su madre cuál será su destino y ella le responde que tendrá que ser él el que lo deba descubrir… Cada uno de nosotros seremos deportivamente lo que queramos ser… las descisiones las tomamos nosotros, por lo tanto, cada uno hace su futuro…
5.- Lo malo sucede (Shit happens): No te preocupes por aquello que no puedes controlar (contrincantes, accidentes, averías, clima, etc.) y céntrate en aquello que si puedes controlar: el descanso, tu entrenamiento, tu alimentación, tu esfuerzo, etc. Puedes estar preparado para afrontar determinados escenarios o imprevistos, pero no es posible tener todo 100% controlado. Sé positivo si algo malo sucede y tómatelo con naturalidad…
6.- Tus acciones siempre hablan más alto que tus palabras: Cada uno de nosotros somos deportivamente lo que somos por lo que hacemos durante el entrenamiento, el descanso y las comidas. Es así de sencillo. Importa lo que haces mediante tus acciones, no lo que dices que has hecho frente a tus amigos o compañeros de club.