Internet se ha hecho imprescindible para cualquier sector del mercado y sus estrategías, entre las que también cuentan los "clanes organizados de estudios, inventos y tenderetes de lavados financieros", dirigidos por aprovechados expertos geo-estratégicos cautivadores en redes sociales, que utilizan el éter y los espacios publicitarios sin más control que la virtualidad que puedas creer y sin garantías a destacar para dar a conocer sus fatídicas, perversas y deshonestas ofertas, que darán al traste con algunos ahorros impresos en la auténtica casa de la moneda, por quienes confiados creyeron saberlo todo, dejándose querer y acceder a las invitaciones de esos grandes negocios qué si fuesen tales, quedarían en provecho y a merced de unos pocos socios, y no de una inmensa globalidad que hace temer lo peor, y que no es más ni menos que acceder al estúpido juego del "come-cocos".



Y a todo ésto la banca tradicional, como siempre, cuando algo no le interesa, echando balones fuera por el simple hecho de que no juegan en la misma liga, y muchos menos lo harán aunque los más avezados en difundir falsas noticias digan que una paralización en las cotizaciones de las nuevas monedas significaría un serio disgusto para la economía. Menuda memez, sería como que el mes entrante le viniese a cobrar el recibo de la electricidad consumida el panadero de la esquina, o que el Monopoly se conviertiese en la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores).


Señores, cuando la banca que siempre gana no juega, se produce una seria advertencia, todo lo demás es fruto de un sueño que puede convertirse de la noche a la mañana en una pesadilla, y de una dependencia estimulada por una ganancia limitada, oscura, desaconsejabe y pasajera.
El Bitcoin o lo que después aparezca es una "moneda" intangible, virtual que no respalda el oro, lo que hace que no se halle controlada por ningún país o Estado, y muchos menos por instituciones financieras, lo que hace difícil creer en la existencia de las hadas madrinas cuando no han sido por nadie vistas, salvo por Internet si así se las desea ver, ya que es el único medio por el que se puede comerciar y contagiarse con dicha "divisa" ficticia.


Los riesgos que implican la tramitación, compra y venta de estas criptomonedas, especialmente el Bitcoin, son claramente desglosados por la Dirección General de Operaciones, Mercados y Sistemas de Pago del Banco de España, que resumiremos a continuación en pleno apoyo a nuestra opinión sobre todo lo que en este sentido es cuestionable.
Financiación de actividades ilícitas y/o blanqueo de capitales.
Debido al carácter descentralizado del esquema, las transferencias se producen directamente entre el ordenante y el beneficiario, sin que se necesite un intermediario o administrador con nombre, apellidos e identificación como responsable directo. Ello implica una dificultad ante la identificación y alerta temprana ante posibles comportamientos sospechosos de actividades ilícitas.

A pesar de qué, en principio, cualquier ordenador puede participar activamente del proceso de creación de nuevas unidades de bitcoins, la elevada capacidad procesal en el tratamiento de la información requerida implica que en la práctica, esta actividad esté dominada por un reducido grupo de anónimos interventores del extraño fenómeno que desfiguraría cualquier serio proyecto.
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En la medida en que los protocolos sobre los que se asienta el bitcoin son desarrollos de software abierto, la implementación de sus diferentes versiones no tiene por qué producirse de manera uniforme entre todos los usuarios. Sin duda pueden alterarse los valores en distintas zonas geográficas, a través de programas combinados que aparenten ser "bolsas de contratación".
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* Importantísima aclaración a nuestras contínuas llamadas de atención en las operaciones que puedan estudiarse por inexpertos que todavía dudan en nuestras aseveraciones:

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Impacto sobre la estabilidad de los precios y sobre la confianza financiera, Dado que las plataformas de negociación privadas donde se pueden canjear Bitcoins por monedas de curso legal están marcadas por la elevada volatilidad de las cotizaciones debido a movimientos especulativos, se sugiere no dar pasos en ningún sentido para no encontrarse primero sin calcetines, después sin zapatos y quien sabe si con los pies descalzos para salir corriendo del barrizal en el que económicamente han quedado atrapados los incautos.
Desde el punto de vista del fraude, las criptomonedas que no tienen ningún respaldo bajo ningún parámetro básico de solidez financiera, representa una importante sombra de autenticidad en comparación a la emisión y uso de tarjetas de débito y crédito emitidas por las reconocidas entidades bancarias, que también tienen su asegurado papel en el comercio on-line, jugando a su favor la transparencia de una operación que se refleja en una cuenta nominal y numerada, que de ser injustificado el cargo puede devolverse a sabiendas que su gestor, hará lo indecible para autentificar o no la validez de una transanción comercial, en el supuesto de ser rechazada o puesta en duda por el cliente.
