Es indiscutible que Apple se ha esforzado en los últimos años para aumentar el precio de sus acciones que llegaron a conseguir auténticos récords históricos, pero que después comenzaron a experimentar un descenso continuo del que le ha costado trabajo recuperarse. Éste ha sido un tema muy discutido durante los últimos 24 meses en las conferencias de resultados financieros de Apple, ya que la compañía ha llevado a cabo varias operaciones bursátiles que finalmente han dado buen resultado.
Ha sido Peter Oppenheimer el cabecilla que se esconde detrás de estas operaciones, como CFO de Apple (vicepresidente de asuntos financieros). Oppenheimer ha dejado el listón bien alto y se está preparando para su jubilación. En la conferencia de resultados financieros de la semana pasada pudimos apreciar los primeros pasos en el relevo de Oppenheimer, ya que Luca Maestri, el futuro CFO de la compañía, dirigió parte del evento.
Las acciones de Apple en estos momentos se sitúan por encima de los 600 dólares, una cifra que solo consiguió en el año 2012 y que cada vez se acerca más al récord establecido en septiembre de 2012, tras la presentación del iPhone 5, momento en el que las acciones en Apple superaban los 700 dólares.
¿Por qué ha conseguido Apple llegar hasta tal cifra de nuevo? Hay dos motivos inmediatos: el hecho de que sorprendiera con sus últimos resultados financieros (que se situaron por encima de las expectativas de los analistas) y por la expectación que Tim Cook ha generado al asegurar que “Apple se encuentra más cerca que nunca de lanzar un nuevo producto al mercado”.
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