Eloy Fernández Porta.
De nuevo al ruedo. Cinco días lejos de la convulsa internet. Lejos del blog, lejos de Facebook, de Bogotá, de los e-mails, etc. Luis Diego Fernández, en la Revista Ñ, entrevista al gran ensayista Eloy fernández Porta, Premio Anagrama de ensayo por su extraordinario EROS:
¿Cuál es la hipótesis de la superproducción del mercado de los afectos que está presente en "ER0$"?
Yo parto de una premisa en el marco de la biopolítica que plantea que el capitalismo, a diferencia de otros sistemas políticos, más que reprimir la subjetividad, la produce a través de la dinámica de la compra-venta, en la moda, en las tendencias. Esta premisa puede llevar a conclusiones muy distintas, como la de sociedad de control, que señala Guattari. En este caso, mi punto de partida es distinto, pasa por la sociología de las emociones y otros elementos críticos que incluyen textualidades de fanzines, humor, sátiras. A mí me interesaba hablar de la dimensión reglamentista del mercado afectivo. Cuáles son las reglas del juego y quién las pone. Las nuevas normas presentes en la comedia romántica, la autoayuda, el consejismo. El espacio normativo, por un lado y, por otro, el espacio expresivo, que se puede consignar en el letrismo amoroso, las canciones, las subculturas afectivas, como la novela Snuff de Chuck Palahniuk.
¿Cuál es la lógica de ciertos dispositivos de Internet como Facebook o Craiglist? Un ejemplo puntual sería la idea del amigo de Facebook. ¿Esto implica una lógica relacional distinta a la que conocemos hasta el momento?
La amistad es incontable, decía Aristóteles. La base de la ética y de las relaciones personales es el prestigio desinteresado. Nosotros seguimos siendo hijos de la Etica a Nicómaco, porque decimos, no, esto no es la amistad. Yo optaría por una lectura menos humanista del asunto; lo que hace Facebook es objetivar una dinámica de la relación que antes no tenía esa logística o registro. La contabilidad de amigos en Facebook, la lista de hipervínculos en un blog y de seguidores constituye la estructura manifiesta y económicamente eficiente de las relaciones personales. ¿Estamos en un momento más economicista y materialista que los anteriores? Sí. Pero lo más instintivo es el carácter racionalista y logístico. La aplicación del carácter administrativo a la hora de elaborar criterios de amistad. Para mí la idea que mejor resume esto es: "Todo lo etéreo se consolida en la Red". Yo creo que el principio "todo lo sólido se desvanece en el aire" ya no vale para nuestra época. Aunque la vayamos de cínicos creemos muy firmemente en algunos valores como el número de amigos de Facebook o los seguidores de un blog. De modo que todos los elementos etéreos de una relación personal como los amigos de la infancia o las relaciones de una noche adquieren ese carácter contable.
¿Qué es exactamente el sentimiento Fox que aparece desarrollado en "ER0$"?
Una experiencia emocional distintiva de nuestra época es el conflicto entre materialismo y idealismo, un conflicto que se puede ver en cualquier periódico. Noticias que hablan de los problemas económicos, por un lado, y noticias que hablan de la caridad, de las donaciones, por el otro; son los sentimientos y actitudes extremas las que articulan el código sentimental de nuestra era. Para mí, las series de la cadena FOX constituyen en efecto la estructura del sentimiento de hoy, en la medida que articulan esos sentimientos extremos y hacen que el interior de la misantropía de House acabe brotando desde la emergencia de los pacientes. Lo que saca a la luz el sentimiento Fox, en última instancia, es que si existe una actitud benévola, angélica, esta no puede ocurrir por oposición al mundo capitalista, como el santo o el anacoreta, sino precisamente internándose hasta el extremo en ese mundo de interés impío, de modo que al final del descenso a los infiernos surge la benevolencia.
Otro tema interesante de "ER0$" es la lógica de los reality shows y pienso en figuras como Paris Hilton. ¿Hay una lógica especial en los reality shows, como sería la estructura del mercado sentimental ahí?
Los reality shows presentan una doble visión, una dimensión jerárquica y otra liberadora. La dimensión jerárquica del mercado afectivo consiste en poner en registro el carácter clasista y económico de las subjetividades, eso se ve en Paris Hilton pero también en el reality show de Tila Tequila para encontrar a su pareja. En ese sentido hay un elemento sintomático que las relaciones personales no son como nos hace creer el pensamiento socialdemócrata, un espacio de libertad sino que están tan jerarquizadas desde un punto de vista económico como otro tipo de relaciones. La otra parte, la liberadora, es muy interesante. Yo creo que el capitalismo no sólo vende latas de sopa sino que puede vender actitudes contraculturales. Esa es la dimensión liberadora y punk del capitalismo que me interesa. Y en efecto en esos reality shows cobran protagonismo y adquieren respetabilidad algunas figuras que ni en la cultura mainstream pop, ni en la alta cultura tienen legitimidad ni son consignados. Eso me parece un elemento decisivo. Los reality shows como un espacio de la cultura basura son espacios donde aparecen por vez primera figuras que en otros lugares no son considerados.
En su visión, los reality shows pueden operar como un espacio de crítica desde adentro.
Es una crítica que puede ser deliberada desde los directores de esos shows, pero en otros casos puede ser involuntaria. No intencionada. Indudablemente un director no quiere que los transexuales, las estrellas porno o los gays de un pueblo perdido sean reconocidos y aceptados pero resulta que eso ocurre porque en su búsqueda de esa audiencia, busca, con las peores intenciones, aquellas figuras que no han sido socialmente asimiladas. En ese sentido, incorpora figuras o actitudes que ni el humanismo, ni la alta cultura ni el pop de consumo están dispuestos a aceptar en primera instancia.
Uno puede ver al freak como un individuo que efectivamente genera rating pero por otra parte también como un elemento que genera una distorsión, ¿no?
Completamente. Aquí cuando se habla de reality shows, sea desde el humanismo o desde la sociología de Bauman, la crítica más usual es que es una expresión del yo narcisista, una critica moralista y estética. Se dice: "Eso no es un buen producto de consumo cultural". Yo propongo desplazar el asunto de la legitimidad estética a la legitimidad de las emociones. Qué personajes son legítimos y cuáles no. Por ejemplo, mis investigaciones me hacen ver que la primera vez que aparece en España un gay contando su mundo para heterosexuales es en la revista El víbora a mediados de los 90, de la mano del ilustrador alemán Ralph König, y esta surge en el contexto del auge de las llamadas cultura basura. Ahí se hablaba de las películas de Tarantino, de cine de serie Z, y de un gay que, en ese momento, era cultura basura porque eso no formaba parte del mainstream cultural. En segunda o tercera instancia eso aparece aceptado. La cultura basura no puede ser desdeñada estéticamente, porque siempre es un espacio de experimentación sociológica, un espacio que permite el surgimiento de figuras que luego empiezan a adquirir respetabilidad.
Si antes era el discurso de un homosexual algo distorsivo o experimental y hoy está incorporado como un discurso mainstream, cabría preguntarse ¿qué es lo trash hoy?
Yo diría que hay una parte del mundo gay que ha sido homogeneizada en el mercado como cualquier otra cosa, pero es sólo una parte. El trash en el sentido de lo que sale en ese tipo de programas estaría un grado más abajo, en ese caso sería el transgénero. Es una figura que sigue siendo problemática, incluso en esos programas.
¿Cómo entraría "ER0$" en el marco de su obra, teniendo en cuenta "Afterpop" y "Homo Sampler"? ¿Podemos hablar de un programa intelectual?
Las jerarquías, los elementos de respetabilidad y las legitimidades son elementos comunes a las tres obras, en Afterpop me interesó la jerarquía en el ambiente literario, la distinción entre literatura mainstream y underground. Así como en ese libro me había interesado la legitimidad de la expresión literaria, en los dos siguientes me he orientado a la cuestión de la legitimidad de las subjetividades de las emociones, de la jerarquía en el mundo afectivo y en la vida íntima. Creo que el paso de un punto a otro ya se puede ver en Homo Sampler, donde voy de una perspectiva más literaria y esteticista a una más sociológica, que es la que llevo ahora.
Sus libros delatan una especial atención en el cómo, además del qué. ¿Tiene en mente un formato en especial en función de cada enfoque?
Cuando un ensayista introduce elementos extraños a lo que se espera de un ensayo, lo que se dice es que es una mezcla que introduce elementos híbridos y rompe las barreas de los géneros. A mí me parece una lectura clásicamente posmoderna, que no me interesa. Yo creo que cada idea o cada ensayo requieren de una perspectiva y un estilo particular. Parte de la filosofía francesa para hablar de la cultura pop se refiere con conceptos como la banalidad o la fatuidad y me parecen términos inapropiados, porque en la inmensidad de lo banal se pierden diferencias entre las modalidades del pop, de los géneros. De tal modo que cada caso de estudio requiere de una aproximación estilística en particular. Esto también se puede ver en otra extensión de mi trabajo que es el spoken word donde incorporo videos y música. La manera en que presento mis libros es con este formato de evento audiovisual. He renunciado al formato de presentación clásica. Es algo así como un ensayo en acción donde la música y el video realzan el significado y la potencia literaria de las ideas.