Hay quien piensa que las entidades privadas son más objetivas y que demuestran esa objetividad más que las públicas, que se encuentran contaminadas por el gobierno de turno. Parecería, según los neoliberales, que sólo las entidades privadas pueden ofrecer --en sus discursos, controles o actividades-- ecuanimidad y neutralidad
Bueno, pues miren ustedes. Las agencias de raiting Standard and Poor’s, y Moody’s –que son privadas y tienen como misión calificar la deuda de los países-- tienen fondos de inversión entre los accionistas. Y están controladas por tres grandes fondos de inversión: Capital Group, Blackrock y Vanguard. Justo los fondos que compran la deuda de los países, por lo que si ponen mala calificación a un país, sube el interés que estos tienen que pagar para colocar su deuda, así es que stos fondos generan beneficios a espuertas a estas agencias, gracias a esa operación conocida de antemano.
Las agencias de rating, que son las que dan las calificaciones a los países, están jugando al palé. Suben y bajan calificaciones con total impunidad y conociendo la realidad que ellos imponen, hacen negocios con los intereses y compran y venden a su antojo y conveniencia.
Vamos, como se puede ver, una maravillosa operación, donde la ética está sepultada por cuantiosos beneficios. Y a vivir, que para eso están. Es como si un árbitro fuera el dueño de un club de fútbol y arbitrara los partidos que juega su equipo. Es lo que tiene el sistema, el árbitro modifica las condiciones del partido para que él mismo sea el beneficiario.
Sin duda en el deporte esto sería hacer trampas, en las finanzas es simplemente la forma de trabajar. La ética no es una cualidad que haya que practicar. El beneficio es el rey, aunque éste provenga de operaciones tramposas.
Estas agencias son las mismas que mantuvieron la máxima calificación a Lehman Brothers, y otras empresas cotizadas, hasta el día antes de que quebraran y provocaran la crisis que nos afecta desde hace tres años.
Este sistema que está podrido puede hacer que una agencia de rating se hinche a ganar dólares, a costa, por ejemplo, de hundir un país. ¿Alguien puede explicar por qué está en manos privadas este poder que nadie controla? Todo esto avalado por todas las entidades financieras y políticas internacionales y por los gobiernos de los países. Vamos, de los más edificante.
Salud y República