"A quien ganando no guarda, media albarca, y a quien ni ganar espera, albarca entera"
Todos conocemos las cholas como el calzado característico de invierno en Aliste, con las calles llenas de barro y piedras se podía ir a cualquier lugar y a cualquier labor ya que eran impermeables al agua y al frío.
Hasta que aparecieron las famosas "albarcas" o abarcas, en principio de material o cuero, muchos las utilizaban en pleno verano, incluso hasta para ir a segar.
Es el momento de cambiar las cholas por las albarcas, ya comienza "la calor" y hay que ventilar los pies. Pues a darle sebo o tocino y guardarlas para el próximo "iviernu".
Pero cuando comenzó el tráfico a motor, ya bien entrados los años 60 por nuestra comarca, comenzaron a aparecer las ruedas de caucho y los alistanos acostumbrados siempre a usar, reutilizar, más bien hasta el fin, cualquier material, ya sabéis guarda eso que "no jará valer pa algo", convirtieron pronto esas toscas gomas en un calzado que solo cubría la planta de los pies, tenían el piso "abarquillado", a los que le añadieron unos correones sobre el empeine, ajustándose a un lado con una hebilla, en un "cómodo" calzado, "las albarcas", que vinieron a sustituir en el buen tiempo a las pesadas cholas.
Así llegaron las albarcas que llamaban de goma, las hacían en casa los abuelos y padres de familia, después también las fabricaban artesanalmente los zapateros y que más adelante se compraban ya en el comercio. Aunque ya no se fabricaran en casa, los alistanos siguieron reparando este calzado de caucho que, claro está, duraba mucho más, pero si se rompían les echaban un "rumiendu" agujereando el duro material con una "lesna" o lezna, poniéndole "alañas" o grapas de alambre y hasta atando una cuerda, porque no había para estar comprando unas cada vez que se rompían.
En definitiva, calzado duro, rústico donde los haya, e imposible más barato, bueno, a veces en épocas de mucho calor en ellas se "cocían" los pies. Resistentes al polvo, al agua, muy buenas para ir a regar huertos y linares. Pero no el calzado más adecuado en días de lluvia o mucho frío, a pesar de los gruesos calcetines de lana, hechos a mano por madres y abuelas que, a veces, acompañaban al que las portaba evitando así "las mataduras" o heridas que a veces producían en los pies. Calcetines estos, que también se ponían con las albarcas para ir a segar, primero porque al ir tan temprano, el rocío de la noche enfriaba las madrugadas y después porque defendían los pies de las "agatinas" o gatuñas con sus afilados pinchos.
El quitarse las albarcas y los calcetines... menudo alivio. los zapateros y que más adelante se compraban ya en el comercio. Aunque ya no se fabricaran en casa, los alistanos siguieron reparando este calzado de caucho que, claro está, duraba mucho más, pero si se rompían les echaban un "rumiendu" agujereando el duro material con una "lesna" o lezna, poniéndole "alañas" o grapas de alambre y hasta atando una cuerda, porque no había para estar comprando unas cada vez que se rompían.
En definitiva, calzado duro, rústico donde los haya, e imposible más barato, bueno, a veces en épocas de mucho calor en ellas se "cocían" los pies. Resistentes al polvo, al agua, muy buenas para ir a regar huertos y linares. Pero no el calzado más adecuado en días de lluvia o mucho frío, a pesar de los gruesos calcetines de lana, hechos a mano por madres y abuelas que, a veces, acompañaban al que las portaba evitando así "las mataduras" o heridas que a veces producían en los pies. Calcetines estos, que también se ponían con las albarcas para ir a segar, primero porque al ir tan temprano, el rocío de la noche enfriaba las madrugadas y después porque defendían los pies de las "agatinas" o gatuñas con sus afilados pinchos.
El quitarse las albarcas y los calcetines... menudo alivio.
Extraido de Página · Comunidad Facebook Riofrio de Aliste
Mi agradecimiento a la pagina ( Facebook) de Riofrio de Aliste, por permitirme poder plasmar algunos de sus artículos en este blog sobre Zamora, mi mas sincero agradecimiento.