Los alergólogos insisten en que los problemas alérgicos de la población occidental son cada vez más frecuentes. Cualquier pediatra que lleve unos años de práctica reconoce que las alergias, en especial las respiratorias, ocupan un espacio creciente en sus agendas. Cuando se evaluan las causas la respuesta habitual es atribuirlo a factores múltiples: cambios en la respuesta inmunitaria, la disminución de la lactancia materna que tiene un efecto protector, la exposición a múltiples substancias químicas en el medio ambiente y en los alimentos.
Unos de los responsables de las alergias respiratorias y del asma en particular son los ácaros domésticos que, que sepamos, llevan con nosotros desde hace siglos. Sin embargo, supresencia en los hogares parece que han crecido y con ello el asma de niños. Una parte se debe a los cambios sociales que han hecho de nuestras vivienda un hábitat confortable para los ácaros. Basta volver la vista atrás 30 años y preguntarnos cuantos muebles tapizados había en nuestras casas entonces y cuantos hay ahora. Muy probablemente quienes tenían ese tipo de muebles también tenían alguien que los limpiase, ya fueran criados o las sufridas amas de casa que no tenian empleo fuera del hogar.
El instrumento de la foto probablemente sea algo extraño para muchos pero, producto de la artesanía popular del mimbre, servía para apalear colchones, almohadones y muebles tapizados para desprender el polvo acumulado: sacudidor. Ya es rarísimo escuchar el palmoteo de las sacudidas en cualquier patio interior. Claro que hoy día tenemos modernos aspiradores para esa tarea. Pero ¿de verdad se usan en los muebles tapizados?
No vamos desde aquí a promocionar la higiene doméstica más allá de los que las familias están dispuestas a comprometerse. Sólo es aportar algunas explicaciones. Y recomendar a las familias de niños asmáticos que se desprendan de los muebles y enseres que acumulan polvo, o elijan aquellos que sean faciles de limpiar, con fundas lavables o material a prueba de ácaros.
X. Allué (Editor)