Son muchos católicos los que nunca han oído hablar de Garabandal, otros apenas de oídas y sin saber muy bien qué es. El estreno éste año de la película ‘Garabandal, sólo Dios lo sabe‘ volvió a poner en el mapa las supuestas apariciones de la Virgen en esta pequeña aldea cántabra, más conocidas en el extranjero que en la propia España..
Hay que resaltar que las fechas de las Apariciones de Garabandal, sus enseñanzas y profecías guardan relación directa con los acontecimientos de la Iglesia. El papa Juan XXIII estaba muy impresionado cuando leyó la tercera parte del Mensaje de Fátima que Lucia pidió de parte de la Virgen se diese a conocer al mundo después de su muerte o como mas tardar en 1960.
Los graves sucesos anunciados y en especial los que se refieren a la propia Iglesia impulsaron al Papa a convocar en 1962 el Concilio Vaticano II. Sin embargo hay quienes consideran que esta tercera parte del Mensaje de Fátima no se dio a conocer, ni se cumplió estrictamente lo que allá se pedía. Y se cayó en el error de seguir así un camino distinto al que era la Voluntad de Dios, manifestado esta vez por su propia Madre. Y por esta causa se desató después del Concilio una gran tempestad sobre la Iglesia, en especial en lo referente a la FE y las costumbres. El futuro y las consecuencias están descritas en las visiones y profecías de las Apariciones de la Virgen María en Garabandal.
Las apariciones
La tarde de domingo del 18 de junio de 1961, las niñas Conchita, Mari Loli, Mari Cruz y Jacinta de la pequeña aldea de San Sebastián de Garabandal estaban jugando a la salida del pueblo, al comienzo de un empinado y pedregoso camino conocido como La Calleja. De pronto, ante ellas supuestamente se apareció el Arcángel San Miguel, visitas que se fueron sucediendo durante los días siguientes. Finalmente, el 1 de julio de 1961, el Ángel habló a las niñas y les dijo: “¿Sabéis por qué he venido? Debo anunciaros que la Virgen Santísima se os aparecerá mañana como Nuestra Señora del Monte Carmelo”.
Fue entonces el 2 de julio, fiesta de la Visitación en aquel entonces, cuando vieron por primera vez a la Virgen. Antes de desaparecer, María les prometió volver al día siguiente. Así sucedió, y no solo al día siguiente, sino en centenares de encuentros, hasta el 13 de noviembre de 1965 que terminaron los éxtasis.
A partir de aquel momento se empezaron a multiplicar los visitantes, provenientes cada vez de más lejos, miles de personas se sintieron atraídas hasta este lugar desde el principio. Y no solo llegadas de la zona sino de toda España y de otros países. Estos hechos trastocaban la tranquilidad de la aldea pero también alertaba a las autoridades ante un fenómeno inexplicable, lo que en plena dictadura franquista hizo que se estuviera alerta desde el principio.
Durante cerca de 2.000 sesiones, que concitaron a grandes multitudes, las muchachas entraron en estado de profundo éxtasis y se registraron aparentes fenómenos paranormales registrados por cámaras fotográficas o filmaciones, tales como levitaciones, demostraciones de fuerza.. ante la presencia de cientos o miles de testigos (según las fuentes) que intentaron sustraer a las videntes del trance mediante pinchazos de aguja, quemaduras o golpes. Entre las personas que tuvieron relación con el pueblo destacan el jesuita Padre Luis Andreu, quien falleció después de asegurar que había contemplado la visión de las niñas, y el conocido y estigmatizado Padre Pío de Pietrelcina.
La narración de los hechos tuvo eco entre algunos fieles católicos tanto dentro del territorio como en el extranjero. Como consecuencia se construyó en lo alto del pueblo -lugar señalado como enclave de la aparición junto a los pinos- un pequeño santuario al cual acuden en peregrinación devotos católicos de todo el mundo, en particular llegados desde Norteamérica. La capilla de la Virgen tiene una imagen elaborada por el escultor Jesús Otero.
El pueblo se convirtió en un punto de peregrinaje para muchos creyentes católicos y miembros de otras confesiones, aunque la posición oficial de la Iglesia respecto de los acontecimientos ha determinado que las apariciones no tienen validez en cuanto a su condición sobrenatural. Debido a la remota localización de la aldea y las dificultades de acceso, Garabandal mantiene casi el mismo aspecto que tenía en los años sesenta y no ha sufrido las transformaciones producto del interés turístico como en otros lugares.
Curaciones, conversiones y milagros
Muchos sacerdotes, médicos, y testigos en general, querían comprobar in situ los asombrosos fenómenos físicos de los que se decía que acompañaban a los éxtasis de las cuatro niñas. Curaciones, conversiones y hasta milagros como el de la comunión visible de Conchita, a quien San Miguel depositó en su lengua la sagrada forma, apareciendo de repente en ella. Las apariciones de Garabandal provocaron reacciones diversas, desde personas que creyeron a las niñas, otras que se fueron sumando y detractores que consideraban todo un fraude y que acusaban a las niñas de querer llamar la atención.
A lo largo de los cuatro años que duraron los hechos de Garabandal, la Virgen comunicó dos mensajes muy concretos que las niñas debían hacer públicos. Los mensajes se centraron en la importancia de hacer sacrificios y en la advertencia de que si no hay una conversión del mundo, vendrá un castigo muy grande. También con gran preocupación por la corrupción en la Iglesia y la falta de devoción eucarística, siempre enfatizaron la cercanía de un gran castigo si no se opera un cambio.
El primer mensaje fue el 18 de octubre de 1961: “Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia, visitar al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y si no cambiamos nos vendrá un castigo muy grande“. El segundo fue años más tarde, el 18 de junio de 1965, y fue mucho más polémico debido a que el contenido hacía referencia a los sacerdotes y a la propia jerarquía.
Cuestión de fé
Uno de los mayores expertos en el tema de las ‘apariciones marianas’, el sacerdote y teólogo René Laurentin, ubicó el fenómeno de Garabandal entre los casos conflictivos, de difícil solución.
En 1967 el entonces obispo de Santander, Monseñor Puchol, respaldado por la Santa Sede, afirmó que “todos los hechos ocurridos en esta localidad tienen una explicación natural”. A su vez el teólogo citó textos donde en una entrevista de 1971, Conchita reconoce que la evidencia la abandonó y tuvo una retractación: “Yo fui a decir a un sacerdote que no había visto a la Virgen, que le quería decir al obispo que fue todo una ilusión, un sueño…”, y otros testimonios por el estilo que duraron casi una semana donde la vidente aparece sumergida en la confusión y la duda, esperando un milagro para confirmar si fue verdad o no. También Lauretin confesó la complejidad del caso, ya que Garabandal contó desde siempre con fervientes defensores con sus testimonios de conversiones auténticas, entre los que se incluyen varios sacerdotes y teólogos, así como también con fuertes cuestionamientos y críticas. Los argumentos más negativos fueron la falta de transparencia y el anuncio de prodigios que no se cumplieron, y a eso se agregan grupos fanáticos que embanderados con Garabandal generaron actitudes de resistencia y dificultades pastorales.
Don Valentín Marichalar Torres, párroco de San Sebastián de Garabandal, fue el primero en valorar lo que allí sucedía. Conocía a las niñas y las interrogaba tras los éxtasis. Al sacerdote le impresionaba que las pequeñas no se contradecían en sus respuestas. Tres días después de que todo comenzara, don Valentín tenía ya datos suficientes como para hacer una comunicación oficial al Obispado, donde comenzó a enviar regularmente crónicas en las que recogía con detalle todo lo que estaba sucediendo en su parroquia.
Desde el obispado se reaccionó creando una comisión de investigación, que fue encabezada por el psiquiatra Luis Morales. Apenas dos meses después de la primera aparición y cuando todavía se seguían produciendo, esta comisión concluyó que no había nada sobrenatural y se produjo así la primera nota del obispado: “Nada, hasta el presente, nos obliga a afirmar la sobrenaturalidad de los hechos allí ocurridos”. Pero los informes de la Comisión nunca se hicieron públicos, por lo que no pudo saberse en base a qué se hacía esta negativa valoración. En 1983, el presidente de la Comisión comunicaba públicamente que se retractaba de lo que dijo en 1961, que todo era falso y que creía en las apariciones de Garabandal.
La prudencia de la Iglesia
La Iglesia ha aprobado poquísimas apariciones y se ha manifestado con declaraciones de falsedad, pero sólo en los casos en que lo exigía el bien de los fieles. La mayoría de las veces no se llega a emitir un juicio, simplemente se deja al discernimiento y cuidado de los pastores. La competencia para discernir estos fenómenos la tiene primero el obispo del lugar y la Santa Sede pocas veces se involucra, salvo que la prudencia pastoral lo aconseje. Pero nunca el Vaticano se pronuncia antes de dar la voz al obispo como primera instancia de discernimiento. En este caso correspondía al obispo de Santander.
La Iglesia ha de examinar si el contenido del mensaje de una revelación privada no contradice la doctrina de la fe católica, porque caso de que así fuera, ya es suficiente para considerarla como falsa, independientemente de los fenómenos extraordinarios que manifieste. Es decir que para que la autoridad competente de la Iglesia se pronuncie sobre una revelación privada, en primer lugar no debe oponerse en contenido a la doctrina de la fe y en segundo lugar habrá que distinguir los fenómenos extraordinarios de la mano de la ciencia y de su respaldo para comprender su origen y de qué se tratan cosas que pueden parecer sobrenaturales y no serlo. Si así fuere se aprobaría su culto y se la declararía auténtica.
En el caso de Garabandal la evolución pastoral ha sido positiva y se ha tornado más pacífica con el paso del tiempo. La Santa Sede no ha dado una opinión propia, sino que respalda el discernimiento de los obispos locales.
Conviene poner de manifiesto que el Papa Francisco distinguió a dos grandes mujeres que defendieron en su día las apariciones de Garabandal. De la primera de ellas, la mística francesa Marta Robin, el Romano Pontífice aprobó sus virtudes heroicas. Marta Robin animaba al sacerdote Combé, paisano suyo, a difundir el mensaje de Garabandal y rezaba a diario por las niñas videntes. A Robin se sumó en su defensa de Garabandal nada menos que la Madre Esperanza, murciana para más señas y fundadora de las Congregaciones de las Esclavas y los Hijos del Amor Misericordioso. Otros testimonios favorables a estas apariciones fueron Santa Teresa de Calcuta, que visitaba a la vidente Conchita en su casa de Estados Unidos cuando iba allí, y por supuesto el del Padre Pío, canonizado por San Juan Pablo II en junio de 2002
Enclave espiritual
San Sebastián de Garabandal es un pequeño pueblo rodeado de montañas a unos 25 kms. del mar. Situado en la región de Cantabria, en el norte de España y con unas cien casas construidas desde finales del siglo XVIII. Está enclavado en la cuenca hidrográfica del río Nansa en la subcuenca del río Vendal. La etimología del lugar ha sido objeto de numerosas teorías. De todas ellas parece más acertada la que resulta de la composición de las palabras gara/kara que significa ‘cima’ en vasco y ‘vendal’ procedente del nombre de la subcuenca fluvial a la que pertenece, toponímico más antiguo relativo al pueblo vándalo que habitó en la región. En resumen la unión significaría ‘elevación sobre el río Vendal’.
San Sebastián fue un militar romano a finales del siglo III que alcanzó la máxima graduación y mantuvo por ello relación cercana con el emperador Diocleciano que desencadenó la última persecución contra los cristianos del Imperio Romano. Desde su posición, convirtió a muchos paganos y ocultamente sostenía espiritualmente a los condenados a sufrir el martirio. Finalmente fue descubierto y martirizado dos veces. Una vez que sanó de sus heridas, desatendió los consejos de huir y de nuevo volvió a dar testimonio de su fe, ante el asombro del emperador, que mandó apalearle hasta la muerte en el año 288. Su devoción se extendió con el cristianismo hasta el punto de que muchas ciudades en España llevan su nombre y multitud de iglesias han dedicado un altar al santo. El ejemplo de la vida de este santo queda ligado a la etimología del lugar y con ello hace pensar que está insertado en el sentido profundo de los hechos que allí ocurrieron.
La geografía tiene con frecuencia asociado un significado espiritual, caracterizado por el conjunto de hechos históricos que han sucedido en cada lugar. Esto ocurre tanto desde el punto de vista de la pura morfología natural como del nombre toponímico. La Sagrada Escritura, utiliza con frecuencia accidentes geográficos y nombres de lugares con un sentido simbólico. Así las montañas suelen asociarse a lugares de elevación del espíritu, los ríos y los valles fértiles a la fecundidad de la vida espiritual, las cañadas en los valles o los desiertos a épocas de dificultades en la vida de los hombres.
También si hablamos de nombres de regiones, la tierra prometida tiene un simbolismo de alianza entre Dios y el hombre. Ciudades como Babilonia, Gomorra o Nínive son símbolo de lugares asociados a pecado o conversión interior y si habla de Jerusalén o Roma indica ciudades santas. Esto sigue ocurriendo en nuestra cultura actual cuando hablamos del Camino de Santiago e inmediatamente lo asociamos a la acción de peregrinar a la tumba del apóstol, más que a una ruta geográfica concreta. De acuerdo con éste principio, Garabandal está enclavado en una vieja nación cristiana del continente europeo que, aunque en los últimos siglos no había tenido apariciones marianas de mensaje universal, si tiene una larga historia de manifestaciones de la Virgen que comienzan en el siglo I en el Pilar de Zaragoza ante el propio apóstol Santiago y continúan a lo largo de los siglos, dejando una siembra de centenares de santuarios, monasterios, iglesias y ermitas dedicadas a honrarla y venerarla en toda la geografía de modo que la devoción a María está íntimamente ligada a la geografía e historia de España. Que la Virgen se apareciera en el norte de España no era histórico ni geográficamente novedoso. En aquella región, algunas de las apariciones marianas de mayor renombre son Covadonga (722), la Bien Aparecida (1605) o Ezquioga (1931).
Imagen de la comunión tomada por Conchita en pleno éxtasisA diferencia de la mayoría de «videntes», ninguna de las cuatro jóvenes llegó a profesar la vocación religiosa: Conchita González se casó con Patrick Keena en Long Island (Nueva York), llegando a tener cuatro hijos; Jacinta González se casó con Jeffrey Moynihan en Los Ángeles (California) y tiene una niña; Mari Loli Mazón se casó con Francis Lafleur en Brockton (Massachusetts), con quien tuvo tres hijos, pero falleció en 2009 debido a complicaciones por un lupus eritematoso en el aparato respiratorio; mientras que Mari Cruz González reside en Avilés (Asturias) y llegó a tener cuatro hijos.
Fuentes: Garabandal.com // Carifilii // Aleteia // EcosdeGarabandal