Revista Filosofía

Las apariencias engañan,

Por Andi

Los humanos somos seres complejos, polimorfos, conactitudes,emocionesy comportamientos poco coherentes entre sí, --- si no abiertamente contradictorios --- en muchas ocasiones --- lo que hacemos para lograr la supervivencia en un modo hostil.

Llegamos a estar enamorados de dos personas a la vez, a odiar y apreciar al mismotiempoa un mismoindividuo, a prodigarauténticasceremonias de hipocresía con nuestra pareja, amigos, compañeros detrabajoo familiares.

Cada día pensamos una cosa y hacemos otra bien distinta. Unas veces actuamos así por no hacerdañoa los demás, otras por pura conveniencia, por comodidad...

Vamos modelando nuestra manera de ser enfunciónde lo que los demás esperan de nosotros. Pero las cosas no suceden así por casualidad. Al cabo de los años, vivimos circunstancias en que es más sensato y conveniente "maquillar" nuestrocomportamiento, adecuarlo al contexto, ocultar nuestros verdaderos sentimientos, moderarnos en nuestras respuestas o amordazar nuestra espontaneidad en aras de una supuesta convivencia armoniosa --- en otras palabras; nos volvemos manipuladores e hipócritas. Puede decirse, que porque lo hacemos sin prestarle laatenciónmás mínima, que lamentiraes tan ubicua, que es habitual e irrefrenablemente inconsciente.

Las apariencias engañan,

Lo peligroso de este juego, el de las apariencias --- el de los secretos y mentiras --- es que muchos naufragan en él. Entonces, sobreviene el vacío: "¿quién soy yo en realidad?". Este fracaso, este desencuentro con uno mismo, puede deberse tanto a la pérdida de la propia identidad personal, como al desconcierto y el temor que nos asolan ante las situaciones difíciles. Lo que no debe de parecernos extraño, porque las reglas, muy sutiles, no están escritas, y las experiencias ajenas difícilmente nos sirven.

Estas representaciones actuadas, asumidas con naturalidad por casi todos, no serán perjudiciales si mantenemos la cabeza fría y sabemos distinguir lo que pensamos, lo que hacemos y lo que, en definitiva, somos de verdad. Conocer a fondo el juego de las apariencias puede resultar entretenido y muy instructivo, además de que aprenderemos mucho sobre el género humano, y sobre nosotros mismos.

Pero, no olvidemos que es juego sin reglas y que es también, juego peligroso.


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