Convendría que empecemos a llamarlo como es, creo que le facilitaría a nuestra mente el ejercicio por convencernos de que tenemos que luchar entre todos.
Tras esa arma, el parapeto de democracia, esta todo el poder con el que la dictadura mueve sus entuertos. La asamblea que simplemente es una fachada para que el ejecutivo haga las leyes a su antojo y no para el bien del país, un poder judicial que solo ataca con mano dura a todo lo que se llame oposición o los saltadores de talanquera pero de aquí para allá. El poder moral es un chiste y en general todas las instituciones son guaridas donde los que ejercen el poder y control de dicha institución están construyendo fortunas de las que Ali Baba saldría mal parado.

El parapeto de democracia, la doble moral y la tercera arma: El control, más allá de los guisos, del sistema económico. El dinero que mantiene la economía de este país viene del petróleo y el desastre es por la desmedida emisión de moneda local y el uso sin controles que se le da a los ingresos del país. Con esta economía bajo control absoluto de la dictadura, todas las empresas están a merced de las decisiones del gobierno. Antes fueron los periódicos que están en las ultimas impresiones en papel, ahora son los vehículos, Toyota y GM están cesando actividades. Las deudas de la dictadura con el sector privado, nacional e internacional, son de pronóstico reservado.
La siguiente arma es el miedo y todos los medios que tiene para ejercerlo. El primero es el discurso, del que el gigante siempre fue un maestro y que el actual ha ido intentando manejar con poco éxito. El discurso nos invita a creer que hay un país que funciona, que sirve, que va marchando pero tenemos claro, hasta los chavista, que el país está parado y en vilo, como esperando quien lanza la piedra para destrabar el desastre que se viene. El asunto del discurso es que viene acompañado de amenazas, improperios, insultos y cualquier intento por reducir a unos pocos, la evidente mayoría que se opone al régimen. Lo vemos todos los días, que sino colaboran los expropiamos, que los medios van a caer, que los violentos aquello y un blablablá que por costumbre se nos hace normal pero siempre ha sido peligroso y grave.
Otro medio, la fuerza pública. Probablemente una de las más tristes manchas en la historia de este país. Desde siempre los gobiernos han intentado usar la fuerza pública para su propio beneficio, pero lo de la dictadura chavista es más que descarado. El objetivo de las fuerzas públicas del dictador son los estudiantes y cuanto proteste por un país que habiendo sido malo antes de la dictadura, ahora es definitivamente peor. Los militares venezolanos y los cuerpos de policía del estado son la mayor desgracia que ha dado la historia de Venezuela, no hay más.

Los venezolanos tenemos que usar nuestras armas: Somos mayoría los que nos duele el país y oponemos a esta dictadura que gobierna para su pequeño grupo, somos muchos los que queremos un mejor país, los que podemos aportar algo, hay muchas ideas en la calle y si la oposición se anima a seguir a su pueblo podríamos convertir esas ideas en verdadero cambio.

Vamos Venezuela, cuando ya no queda nada, al miedo se le rompe con un patadón, la ira acumulada por ver un país en la miseria de una cola tras otra para conseguir lo que antes abundaba. Seguid el ejemplo que el Táchira dio.
