Las aventuras de Alfred & Agatha: La caja mágica, una aventura cinematográfica

Portada del libro

Después de disfrutar de la primera aventura de estos peculiares detectives juveniles, y de su más que acertada secuela, llega su tercera entrega, siempre de la mano de Ana Campoy, escritora con la que comparto un extraño amigo: Roberto Martínez del Toro (gracias a la buena gente de Mos Eisly, con quienes también compartí unas sanas palabras).

Quizá sea en las continuaciones donde se demuestra el buen hacer y la destreza de un artista, en general, y de un escritor (o guionista) en particular, pues si la sucesión de títulos que continúen una franquicia mantienen el nivel solo puede significar que hay una muy buena mano detrás de ellos. Ejemplos realmente hay a patadas, desde las tres películas de Toy Story que nos ha dado Pixar hasta toda la novela río Canción de Hielo y Fuego que viene escribiendo George R. R. Martin desde el 96.

Esta tercera aventura tiene como eje central una misteriosa caja que será enviada a Agatha Miller (recordemos que no fue Christie hasta que se casó) por su tío, el intrépido aventurero que rescató a Morritos de una muerte segura por tener dos rabitos; y que despertará las grandes inquietudes de Alfred Hitchcock por estar íntimamente relacionada con el séptimo arte.

Acompañan a la trama secundarios de lujo, todos, como siempre, basados en personajes reales, aumentado el fetichismo de la historia, que hará engancharse a niños (por lo divertido) y a adultos (por reconocer estos detallitos), herramienta que puede servir a la perfección para afianzar la relación entre padres e hijos, o sobrinos, primos, y demás caterva de familiares benjamines a los que queramos convertir en potenciales futuros cinéfilos.

Así pues, aparece Thomas Alba Edison, el más que famoso inventor (y es que, reconozcámoslo, no eres realmente famoso hasta que apareces en un episodio de Los Simpson), quien jugará un papel crucial en el desarrollo de la trama. Conocemos por fin al misterioso tío aventurero de Agatha, una suerte de Indiana Jones torpón y simple que puede dar muchísimo juego en el futuro, y del que no sería descabellado ver un spin-off en el futuro (recuerden, amigos, lo leyeron primero aquí).

Y, como colofón, si hay un nuevo personaje que me enamoró, esa fue Alma Neville, la hija del propietario del cine de la ciudad, una niña humilde con verdadera flema británica y con mucha química potencial en su relación con Alfred (para quienes no lo sepan, y he de decir que yo tampoco lo supe hasta que leí las anotaciones sobre datos reales que se incluyen siempre al final de los libros, Alma Neville también existió y contrajo matrimonio con el mismísimo Alfred Hitchcock), es realmente un personaje que no debería perderse en futuras entregas.

Si la primera novela tocaba el tema de las novelas de misterio, y la segunda un poco el de las matemáticas, ésta está totalmente enfocada al de la cinematografía, un mundo muy rico y siempre interesante sobre el cual articular una historia, máxime si puede salpimentarse con curiosidades verídicas que enriquezcan la inmersión del lector.

Sin duda alguna, la lectura veraniega más recomendada para los (no tan) pequeños de la casa.

Carcayú

Hola, soy Borja Prieto, y soy una bellísima persona, como Ramón Langa.

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