Para muy jóvenes a partir de 7 años.
Contiene dos aventuras de Pisco: Pisco pasea por la ciudad y Pisco sueña con el Capitán Caimán.
Cubierta: de Las aventuras de Pisco
Estas dos relatos no son nuevos, la editorial Anaya los publicó en el año 1996 y 1997 respectivamente, pero si son los primeros libros que Martín Casariego escribió para niños, pues antes solo escribía para adultos, pero hay gente mayor que opina los niños son tontos, o mejor dicho, que no os enteráis de muchas cosas. Como yo tengo algunos sobrinos, me he dado cuenta de que no es así. Por eso he intentado escribir no para gente que no se entera de las cosas, sino para niños. En realidad, aparte del tamaño, la mayor diferencia entre los mayores y los pequeños -bueno, no tan pequeños: ¡ya sabéis leer!- es que los pequeños sois más libres y más fantasiosos. Como yo ya soy mayor (tengo la misma edad, por ejemplo, que el Capitán Caimán y, aunque soy más joven que el Capitán Diente Negro, y no digamos que el Almirante Mar de Fondo, que ya tiene el pelo blanco, soy más viejo que Marisa del Cerro), os diré que opino que eso no siempre es mejor.
También os digo que esta nueva edición es fantástica, pues aparte de venir encuadernada en tapa dura, viene con unos dibujos muy chulos de Chema García.
En el primer cuento Pisco pasea por la ciudad sucede que los padres de Pisco se preparan para asistir a una boda. Su hermana, la pequeña Anita, juega en casa de una vecina, y Pisco queda al cuidado de Margarita, su canguro, con la que sale a dar un paseo. Al pasar por delante de un bar llamado “La cueva del caimán”, Pisco siente curiosidad por conocer la historia de ese nombre, y Margarita le cuenta entonces la historia del valeroso Capitán Caimán, un fugitivo acusado de un crimen que no cometió, de su amada Marisa del Cerro y de su archienemigo el Capitán Diente Negro. Estas aventuras dejarán huella en Pisco, que a partir de entonces se convertirá en el Lugarteniente Nadie, el ayudante de su admirado Capitán Caimán.
Pero no adelantemos acontecimientos, porque cuando salen a pasear seguro que se toman algún helado, porque ya empieza el calor… Yo les diría que tuvieran cuidado con las cacurcias y con los ladrones, pero me parece que ya no pueden oírme…
Del segundo cuento Pisco sueña con el Capitán Caimán os tengo que contar un secreto. Cuando yo era pequeño, comía bastante mal (bueno, quiero decir que comía poco, no que enseñara la comida masticada y se me cayera y pusiera todo perdido). Ahora me gusta más comer, aunque procuro no pasarme, no vaya a ser que me salga un barrigón y cuando eche a andar parezca un tonel con patas. Recuerdo que en el colegio, un día, como nos obligaban a comer todo, mis amigos y yo tiramos la mitad de la comida debajo de la mesa, cuando no nos miraban. Y en mi casa cuentan que un hermano mío se acostaba con una bola de comida en la boca, y cuando se levantaba para desayunar, todavía la tenía… Éramos, claro, muy pequeños…
No entendíamos por qué nos obligaban a comer. ¡Era como una pequeña tortura! ¡Que nos dejaran en paz! Pero claro, las madres siempre se preocupan y se creen que los niños se van a quedar enanos y debiluchos si no comen.
Os cuento esto porque es la hora de cenar, y de un momento a otro van a llamar a Pisco y a Anita para que cenen… ¿Y qué les pondrán? ¿Algo rico o algo que no les guste nada? Y si no les gusta, ¿se escapará Pisco? Y si se esconde…. ¿se dormirá? Y si se duerme…, ¿soñará con su héroe, el Capitán Caimán? ¡Pronto lo sabréis! pues a Pisco no le gustan las espinacas; y huyendo de la cena se queda dormido bajo la mesa. Allí sueña con el Capitán Caimán, que lucha contra el Capitán Diente Negro. Pisco y el Capitán caen al agua y llegan a una isla donde se harán amigos…
Ahora os voy a escribir como comienza el primer relato:
«Pisco cambió el agua de su hámster y le echó comida. Sus padres se iban a una boda. Su hermana, Anita, se había ido a casa de su vecina, a jugar con su amiga Diana. Él se quedaba solo y sus padres habían llamado a una chica para que le cuidara. Qué tontería, como si él no fuera lo bastante mayor para quedarse solo… Pero sus padres se habían empeñado, y cuando sus padres se ponían más tercos que mulas, había que darles la razón, porque si no, se enfadaban».
Martin Casariego
El autor:
Martín Casariego Córdoba nació en Madrid en 1962. Debutó como novelista con “Qué te voy a contar”, que obtuvo el Premio Tigre Juan de Novela a la mejor opera prima publicada en España en 1989. En 1992 publicó “Algunas chicas son como todas”. Ha escrito guiones para cine y televisión. Ha publicado cuentos y artículos en periódicos y revistas. Recibió el Premio Ateneo de Sevilla por “La hija del coronel”. En Anaya ha publicado numerosos libros infantiles y juveniles, entre ellos la serie protagonizada por Pisco, y novelas de gran éxito en la colección Espacio Abierto: “Y decirte una estupidez, por ejemplo, te quiero”, “Qué poca prisa se da el amor”, “Dos en una”, etc.
Chema García
El ilustrador:
Chema García nació en Granada en 1973; deja la Escuela de Artes y Oficios de Granada en 1995 para instalarse en Madrid como dibujante. Sus comienzos son en publicidad realizando tareas de diseñador, creativo y dibujante de storyboards. Trabajó para varias agencias de publicidad y realiza todo tipo de trabajos creativos como spots o diseños de campañas.
Como ilustrador ha realizado varios libros para la editorial Anaya así como para la editorial SM, didácticos y de literatura juvenil dentro de la colección El Barco de Vapor, así como para otras editoriales, de humor y misterio.
El libro:
La aventuras de Pisco ha sido publicado por la Editorial Anaya en su Colección Libros Singulares. Cuenta con los dibujos de Chema García. Encuadernado en tapa dura, tiene 120 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Para saber más:
http://www.martin-casariego.com/
http://neochema.blogspot.com.es/
Ilustración de Las aventuras de Pisco