
Terminamos aquí nuestra remisión a las averías más frecuentes y pesadas para el cicloturista, así como nuestra pequeña visión sobre cómo podemos hacerles frente en plena ruta. Eso sí, como siempre queremos incidir en que lo más importante es la seguridad en la carretera, por lo que si consideras que la avería que has sufrido puede llegar a resultar algo complicada de gestionar aunque hayas hecho un pequeño arreglo tendrás que optar por dar por concluida tu ruta. En otras palabras, que si crees que la avería puede poner en peligro tu integridad...entonces ya sabes, llama a casa o coge un tren...

- Rotura de llanta. El temido llantazo. Esto sí que es una gran avería. Las causas pueden ser variadas, pero todas tienen algo en común, y es que le has dado un golpe muy grane a la llanta, bien subiendo un bordillo o bien en un bache. Seguramente también lleves la rueda algo baja de presión, lo que ha hecho que el neumático no pudiera absorber todo el golpe. No importa, el caso es que nos encontramos ante una de esas averías irreparables en ruta, una de esas que te van a obligar a llamar a casa. Para prevenirla intenta llevar siempre los neumáticos con la presión adecuada y procura evitar saltos innecesarios con tu bicicleta. Mantén los ojos siempre bien abiertos para no comerte baches y deberías poder evitar una avería que no es demasiado frecuente, pero que siempre tiene un arreglo caro e imposible de realizar por ti mismo.
- Una cubierta rajada. Esto también es bastante habitual y puede llegar a ser una causa de repetidos pinchazos. Piensa que cuando la cubierta se raja la cámara queda al aire y sin nada que la proteja de las piedrecitas y demás irregularidades de la ruta. Por eso estamos ante una de las averías más antipáticas que existen en el cicloturismo. Puede venir provocada por muchas causas, entre ellas haber pasado por encima de algún elemento cortante, como vidrio o una piedra afilada, o tener las cubiertas muy gastadas. Por eso para prevenir esta avería nada mejor que hacer un buen mantenimiento de las cubiertas, cambiándolas cada poco tiempo y no llevándolas nunca al límite de su kilometraje total. Si nos ocurre esta avería en plena salida podemos hacer un pequeño apaño para poder llegar a casa de forma más o menos segura. Para ello tenemos que llevar siempre encima un trozo antiguo de cubierta, que podemos cortar de alguna cubierta que vayamos a tirar con unas tijeras. Pondremos el trozo de cubierta antigua entre la cámara y la parte de la otra cubierta que está rajada y con eso podremos conseguir que la cámara no vaya directamente sobre el suelo. Es una solución algo chusca pero que funciona, te lo prometemos.

Eso sí, te reiteramos lo que decimos siempre...en la bici estás para disfrutar y no para sufrir. Por eso lo más importante es que nunca, nunca, pongas en peligro tu integridad. Así que déjate de inventitos si ves que pueden no ser totalmente seguros....