Hace tres entradas vimos la composición de la producción eléctrica en España y los costes de cada tecnología en el año 2007. Veíamos que la energía eólica venía a costar unos 8,4 c€/kWh (céntimos por cada kilowatio hora), mientras que el ciclo combinado (gas, básicamente) costaba 6 c€/kWh.
Una subvención de más de 2,4 c€/kWh hará que las empresas quieran producir con eólica (a costa del consumidor) y no con ciclo combinado. (No se están dando nuevos permisos nuevos para producir con carbón.) Una alternativa que no necesita subvenciones es que las empresas paguen por las emisiones de C02, pero haría falta tener que pagar unos 56 €/Tm de emisión para que esto encarezca en más de 2,4 c€/kWh el coste del ciclo combinado.
El mercado de emisiones no existía en todo el periodo anterior a 2007, cuando fueron tomadas las decisiones de subvencionar las energías renovables. Cuando por fin se puso en marcha se concedieron demasiados derechos de emisiones, lo que supuso un precio muy bajo para las emisiones (llegó a ser cero durante varios meses).
A falta de un precio real de estas emisiones, las subvenciones han servido para desarrollar las tecnologías renovables. ¿Cómo calcular si cumplen su misión?
Hay varios aspectos que se podrían destacar. El de coordinar esfuerzos para desarrollar una tecnología, crear un mercado de dimensión adecuada y el de limitar las emisiones y la contaminación son los principales. Me centraré en el último. La pregunta que plantearé es la siguiente:
Si la emisión de una tonelada de CO2 causa un coste social de X euros, y la contaminación causa otros costes de Y euros ¿cuánto nos hemos ahorrado en emisiones por el hecho de subvencionar la energía renovable?
Para responder a la pregunta hace falta saber cómo hubiera sido la producción de energía si no se hubiera subvencionado.
El uso de estas energías supuso en 2007 que se emitieran 19 millones de toneladas menos de CO2 si la alternativa hubiera sido el ciclo combinado. Si la alternativa hubiera sido un mix 55,5% de ciclo combinado, 38,8% de carbón y 5,7% de fuel (según un análisis de la AEE) la reducción total en Tm de CO2 habría sido de 32,5 millones.
Una combinación más realista, permitiendo una modernización de la producción con más plantas de ciclo combinado puede ser el mix 75:20:5 para ciclo combinado, carbón y fuel, respectivamente.
Los costes de contaminación por compuestos del nitrógeno, del azufre, ozono,… los tomamos de informes de la Comisión Europea, que dan unos 3 c€/kWh para el carbón, 2 para el fuel, 0,36 para el ciclo combinado y 0,2 para la eólica. Estos valores parecen muy infravalorados según otros informes.
La siguiente tabla muestra el ahorro en cada escenario.
Podemos leer la tabla de la siguiente manera: Si el coste social de una tonelada de CO2 se cifra en 25 euros y el de contaminar es el indicado en el informe de la Comisión Europea, sustituir toda la producción de las renovables por ciclo combinado habría supuesto un ahorro de 50 millones de euros por ese concepto. Como las ayudas a las renovables fueron ese año de 1664 millones de euros, la reducción del coste justifica el 30% de las ayudas. Con un coste social de 50 euros por tonelada de CO2 y el mix calculado por la AEE, las ayudas estarían más que justificadas solo por este concepto.
Por supuesto, la justificación varía según la tecnología. Las ayudas a la energía eólica se justifican con un coste social de tonelada de CO2 a 50 euros y el mix 50:20:5, o con CO2 a 25 euros y el mix de la AEE. Las ayudas a las “minihidráulicas” se justifican más todavía, mientras que las disminución de las emisiones gracias a la tecnología solar apenas si justifican el 10% de las ayudas en el mejor de los escenarios. Tan cara es todavía.
Esto no significa que la parte no justificada sea una pérdida económica. En el caso de la eólica, por ejemplo, se dio una ayuda de 3,4 c€/kWh cuando una de 2,4 habría bastado, el céntimo de más no es una pérdida de la economía, es una pérdida de los consumidores y una ganancia de los productores. Así, el coste real de usar la eólica en lugar del ciclo combinado es el 70% de las ayudas, de manera que la disminución de las emisiones justifican (para la economía en su conjunto, no solo para los consumidores) una proporción todavía mayor.