Las bandanas son mi accesorio favorito desde el inicio de los tiempos. Okay, tal vez no tanto, pero fácil diez años. Antes, cuando era una compulsiva de comprar pavadas, tenía un cajón lleno con bandanas de todos los colores. Hoy me mantengo con tres: una rosa, una roja y una con cerezas (estuve planeando ampliar la colección y adquirir una negra). Los usos que le doy son infinitos pero nunca esta de mas este recuento y explicación de por qué es uno de mis accesorios infalibles.
En el pelo
Porque a veces me siento una rockabilly. Todo lo que se es que cuando tenía 14 años empecé a usarlas de vincha y me decían que parecía una vendedora de empanadas, pero a mi siempre me gustó sentirme salida de un póster de los años 40. A veces es un poco complicado mantenerlas en su lugar pero un poco de fijador y algunos clips arreglan todo. Le dan un toque menos despreocupado a los rodetes del verano. ‘No, no salí de la pileta y vine sin peinarme. Ves? Me tome el trabajo de atarme un pañuelo!’
En la muñeca
Back in my days… Usábamos muñequeras. Que hermoso el año dos mil, ojala prendieran fuego todas las fotos que existen de esa época. Hoy es un fashion statement pero para mi era una forma de llevarla siempre encima (cuando no usaba carteras).
En el cuello
Soy fan de las bufandas y de convertir este accesorio en una de ellas cuando refresca en verano. Hay mil y un formas de anudarla, una mejor que otra, siempre depende de lo que tengas puesto.
En el bolsillo
Por que no? Alex también lo pone en práctica. Ya sea en el de la camisa o el Jean, es el toque de color que le da onda al outfit y nos sacude lo común de encima.