Revista Deportes
El tercio de banderillas siempre me pareció acrobático, elástico... Las banderillas se pueden colorcar "De Poder a Poder", "Al Cuarteo", "Al Violín", también se ponen "Cortas" -partidas por la mitad-, está el "Par de CAlafia", el "De Pamplona"... Colocarlas ahí apenas tras el morrillo, bien juntas, es toda una acrobacia con un derroche de facultades físicas de las que elasticidad y fuerza son las más importantes. La precisión, la emotividad, el arrojo, la alegría, la gallardía y la técnica harán que cada uno de los pares que pongan los matadores sea irrepetible, memorable para bien o para mal y llevara el reconocimiento de los aficionados que saben que ahora mismo son muy pocos los matadores que se ocupan de este tercio...
En la foto de arriba podemos ver al torero mexicano Jose Luis Angelino, uno de los toreros jóvenes que sí pone banderillas...
México ha contado con numerosos banderilleros y afortunadamente la mayoría de ellos, espectaculares siempre. Gaona, Amillita, El Soldado, Procuna, Arruza, Liceaga, Solórzano, Fermín Rivera, "Cañitas", entre otros de la época de oro. Ya más cercanos a nuestros tiempos (los míos) El Pana, Rafael Ortega, Mejía, Espínola, Angelino, los que se me vienen a la mente -claro-.
Las banderillas son palos de madera cilíndricos y adornados con papel china de colores (salvo los propios de la bandera mexicana en su mismo orden), llevan en un extremo un arponcillo que es el que se aferrará a la carne del toro (al morrillo primordialmente), sus dimensiones según los reglamentos mexicanos es de 78 cm, siendo el arponcillo de 14 pero sobresaliendo éste tan solo 6cm.
Antes de la primera configuración de la tauromaquia, las banderillas eran clavadas por los espectadores que aprovechaban la cercanía del toro a sus lugares, sin embargo a finales del siglo XVII los toreros y subalternos comienzan a hacerse cargo de su colocación, adquiriendo así un lugar durante la lidia del toro bravo.
Como suele pasar con todo, este nuevo momento taurino se consolida y evoluciona paulatinamente, pues con el paso del tiempo se va de una banderilla por vez hasta las actuales dos por viaje. Se implementa la polvora en las "de fuego" para señalar con osadía al toro mansurrón que luego fueron sustituidas por las "banderillas negras" que tienen el arponcillo de 12cm -expuestos-, aún anotadas en el reglamento, pero que no son usadas por temor de herir -como antes era- el ego y honor del ganadero que presentaba toros inlidiables, por mansos, abantos, huidizos, cobardes, etc.
Los de las fotos son: en la primera Rodolfo Rodríguez "El Pana" con su "Par de Calafia" del 7 de enero de 2007 y el "Par de Pamplona" de Rodolfo Gaona en la última.