Revista Solidaridad

'Las barreras mentales son mucho más difíciles de quitar que una rampa'

Por Aparcamientodiscapacitados

Brígida es la Defensora del Discapacitado del Ayuntamiento de León. Su papel es mediar ante cualquier contingencia que tenga que ver con la actividad municipal, antes de que pasen al Consejo del Discapacitado, al que también pertenece y donde hay representantes de las asociaciones de la ciudad.
Desde hace siete años vive al final de la avenida de Nocedo. Una calle en la que, según explica, hay una clara diferencia entre la parte más antigua, la que se abrió paso en los años 60 y 70, y la nueva donde está su casa, justo antes de la rotonda de acceso al campus de Vegazana y Mercadona. «Está mucho mejor, sobre todo para personas como yo», dice Brígida. «No hay barreras».
secundino pérez
De todas formas, León es una ciudad donde se ha avanzado mucho en los últimos años, según explica. Hay carencias todavía, más en algunos barrios, pero no tantas como antes. «En la primera zona de la avenida de Nocedo se ha hecho mucho, por ejemplo, pero hay rebajes que son imposibles». Y es que un bordillo puede llegar a ser una barrera infranqueable para una persona en silla de ruedas. ¿Y qué zona de León sería la peor? es la pregunta que surge a continuación. «Casi ninguna, pero por decir una, el acceso a los museos de San Isidoro y la Catedral», comenta Brígida.
«El gran problema -añade a modo de conclusión- no son tanto las barreras urbanas, que se pican y ya está, como las barreras mentales, que son mucho más difíciles de quitar. Hay gente que no entiende que una rampa con demasiada inclinación es imposible».
Brígida está encantada con su casa de protección oficial. El día que se la dieron, fue recorrida por políticos y periodistas como muestra de una vivienda adaptada a las necesidades de una persona discapacitada.
En la zona de la avenida de Nocedo Brígida pasa las tardes porque todas las mañana se desplaza con su silla de ruedas motorizada hasta su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Ordoño II. Brígida es también esa persona que muchos leoneses se encuentran en Atención al Ciudadano cuando preguntan por dónde está un servicio municipal o para hacer una gestión municipal. «A mí me gusta más que donde vivía antes, en la carretera de Zamora», enfatiza.
Brígida es una luchadora. Y a todo el mundo recibe con una sonrisa. De su casa en la avenida de Nocedo a su puesto de trabajo en Ordoño II, en la sede municipal, tarda unos 20 minutos. «Bueno, lo llevo haciendo tiempo; se me pasa volando la mañana».
Brígida es muy querida por sus compañeros de trabajo. Como Defensora del Discapacitado ha tenido que atender a personas de toda la ciudad, sin señalar a ningún barrio específico. «Hay de todos los sitios», comenta.
De su barrio, también, aunque de lo que ella está más orgullosa es de vivir en una zona donde se cumple lo que tenía que ser normal en una sociedad actual. «La verdad es que tenía que ser así toda la ciudad», comenta.
Brígida no tiene una mala palabra para nadie. Es su forma de ser, en defensa siempre que una ciudad más justa.
Y eso se demuestra en cada local que entra. En el café cerca de su casa, en la peluquería, en la farmacia o en el bar para tomar una caña a media tarde. En todas partes, Brígida abre la puerta con una sonrisa.
http://www.diariodeleon.es/noticias/leon/las-barreras-mentales-son-mucho-mas-dificiles-de-quitar-que-una-rampa-_789709.html


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