Revista Viajes

Las bicicletas de Amsterdam

Por Isidro Lopez Arcos @1Sorokin
Las bicicletas de Amsterdam
Amsterdam, queridos amigos, es la ciudad de las bicicletas. Bueno, no solo de las bicis, como ya os contaré si tenéis la extraordinaria paciencia de aguantar mis sinsorgadas, como dicen en Bilbao (NOTA: una sinsorgada es una sosería, propia de un sinsorgo, o sea, un soso. Es que servidor también ha vivido en Bilbao, como decía mi amigo Joan Benlloch: ¿y tú, dónde no has vivido?).
Bueno, sigo, que se me va la olla. Pues decía, que Amsterdam es la ciudad de las bicicletas. Se me ocurren varias razones, como que no tiene una jodía sola calle en cuesta (a ver si te controlas, Sorokin). Pero en fin, ese es el caso. El problema para los peatones es sobrevivir, porque, si bien los pocos automovilistas que circulan son extremadamente respetuosos con los pasos de peatones, los ciclistas no miran, ni frenan, ni intentan evitar al sufrido paseante.
Vuestro bloguero se fue a pasar un fin de semana largo a esquivar bicicletas. Reservé un hotel al ladito de la estación (porque me fui en tren). El Ibis, que como veis aquí, está en pleno centro de Amsterdam, enfrente justo de donde salen los barquitos que dan paseos por los canales:
Las bicicletas de Amsterdam
El problema, es que si por un lado da al canal, por otro da a la estación:
Las bicicletas de Amsterdam
Pero bueno, las ventanas estaban bastante bien aisladas y los trenes no molestaron mucho. Si vais en tren, os lo recomiendo.
La primera impresión de Amsterdam (aunque para mí no es la primera, que ya he estado más veces), son las bicicletas y los canales.
Las bicicletas de Amsterdam
Bicicletas, bicicletas, bicicletas:
Las bicicletas de Amsterdam
Justamente, enfrente de la estación central, hay un aparcamiento de bicicletas impresionante:
Las bicicletas de Amsterdam
En las calles más recónditas, bicicletas:
Las bicicletas de Amsterdam
Otra cosa que resalta en Amsterdam, es el pestazo que hay a Hashish por las calles, vamos, que si no estás acostumbrado, te puede poner viendo chirivitas saltando por los prados, mientras Heidi canta "abuelito donde estás, etc".
El hashish se vende en los coffee shops, como este:
Las bicicletas de Amsterdam
Cuidado, colegas, se supone que lo tienes que consumir en el mismo café, aunque de hecho todo el mundo lo fuma por las calles, vayan o no vayan en bicicleta.
Pero no solo de hashish vive el amsterdamense (¿se dice así?), el olor a queso está tambien por todas partes. Las tiendas que venden queso tienen todas las variedades, incluídas las modernotas, como Gouda (pronunciad, "juda", please) con pesto, con cominos, etc etc:
Las bicicletas de Amsterdam
Pero bueno, lo suyo es pasearse por los bordes de los canales (sobre todo si tienes la suerte de que te haga un tiempo fantástico, como me pasó a mí) y tomar algo en las terrazas de los baretos:
Las bicicletas de Amsterdam
Mientras la gente del lugar se pasea con sus barcos:
Las bicicletas de Amsterdam
No os sorprendáis si veis algo así:
Las bicicletas de Amsterdam
Pues sí, es un pisódromo, como los que había en París hace mil años. La verdad es que es un pisódromo machista. A las mesdames (Mevrouwen, en holandés), es obvio que no les vale, vamos, digo yo.
Por la noche, todo se anima, más incluso que a la luz del sol:
Las bicicletas de Amsterdam
Como supongo que ya sabéis, otro de los atractivos típicos de Amsterdam es el llamado "Red Light District", que en castellano de toda la vida se diría "el barrio de las putas" (otra vez, Sorokin, habla con corrección. Va: el "barrio de las señoritas prostitutas"). Como podéis ver, Oh amigotes, la afluencia es masiva. Hasta avisa la señal de tráfico que se lleve a los niños de la mano. Debe ser para que no se escapen a uno de los escaparates donde exhiben su encanto voluminosas (en general) mujeres. Se te encoge el corazón un poco cuando ves que no hay ni una rubia, con pinta de holandesa: morenas, latinas, orientales. Pero, en fin, es su manera de salir para adelante. (Vamos, Sorokin, que esto no es un rollo sociológico, sigue con tus aventuras)
Las bicicletas de Amsterdam
Si tenéis tiempo, os aconsejo hacer un recorrido en barco por los canales. Los barcos salen de donde os he puesto en la primera foto, enfrente del Hotel Ibis. Lo bueno es que te llevan a ras de agua, con lo que la perspectiva es muy agradable:
Las bicicletas de Amsterdam
Bueno, y antes de cerrar el tenderete, os voy a recomendar un par de sitios (o tres, qué rayos), donde podéis beber y si se tercia, comer.
El primero es "De Haven van Texel", muy cerquita de la estación:
Las bicicletas de Amsterdam
Tienen una magnífica cerveza holandesa, nada que ver con la insípida Heineken;
Las bicicletas de Amsterdam
Desde su ventana se ve el canal, mientras pasan los barquitos:
Las bicicletas de Amsterdam
Se puede comer algo. Como era el mes de Mayo, los espárragos estaban en sazón, así que un servidor comió espárragos. La foto salió mal, rayos. así que no la pongo.
El segundo está algo más lejos, está en la calle Spuis. Se llama Haesje Claes:
Las bicicletas de Amsterdam
Como veis en el mapa, está al lado del Hotel NH, o sea que tiene una variada clientela internacional
Las bicicletas de Amsterdam
Y donde hay japoneses, podéis asegurar que hay buen pescado:
Las bicicletas de Amsterdam
Aunque, una vez más, vuestro bloguero que es un vicioso, comió espárragos. Es que estaban deliciosos.
Y para terminar, el sitio definitivo: el Café Karspershoek, el más antiguo de Amsterdam, donde vuestro bloguero recalaba todas las noches antes de sumergirse en el Hotel:
Las bicicletas de Amsterdam
Un café (se llama "café", pero es más bien una taberna, aunque hay de todo). es de 1606:
Las bicicletas de Amsterdam
Y nada más, amigotes, me voy a cenar. Os envío un saludo desde la plaza del Dam:
Las bicicletas de Amsterdam
Y os dejo con Jacques Brel, el gran Jacques Brel, Cantando "Dans le port d'Amsterdam"


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