Se está estudiando reformar el Reglamento General de Circulación que especialmente apunta a las bicicletas. El lobby ciclista pone el grito en el cielo en el tema de la obligatoriedad del casco en la vía urbana, medida que no existe en ningún país europeo, y que no tiene base empírica para ser implantada.
No entraré demasiado en detalle en este punto, que de por si es negativo para potenciar el uso de la bicicleta en la vía urbana, al expulsar a los usuarios de estas vías. Hay dos posts que entran en mucho más detalle, el de “Fons a l’esquerra” y el de Jorge Barraza. Al parecer solo se ha demostrado necesarios para los menores.
Me centraré en una parte de la reforma curiosa, el artículo 176.2
2. En vías con límite de velocidad igual o inferior a 50 km/h, que dispongan de al menos dos carriles de circulación por sentido, los ciclistas circularán por la calzada y por el carril derecho, favoreciendo el tránsito del resto de vehículos que
circulen a mayor velocidad. Podrán circular por los otros carriles cuando vayan a cambiar de dirección, o cuando lo precisen.En las que dispongan de un carril de circulación por sentido, los ciclistas circularán preferentemente por la parte derecha del carril en la medida en que su seguridad y la de los otros usuarios lo permitan, favoreciendo el paso a otros vehículos.
La primera parte la considero razonable, la segunda es una bomba con patas. La interpretación de este 176.2 puede suponer mayor riesgo para las bicicletas.
Si alguien le interesa saber algo sobre el comportamiento de los conductores, que son los causantes de 7 de cada 10 accidentes de bicicleta (2 de cada 10 la causa está en el mal estado o la mala visibilidad de la vía, y solo 1 de cada 10 accidentes en los que hay implicada una bicicleta, el causante es el ciclista), debería seguir el blog “How we drive“, hecho desde la óptica de los conductores.
El autor Tom Vanderbilt en su libro Traffic:Why We Drive the Way We Do (and What It Says About Us), dedica unas pocas páginas a los riesgos que asumen los ciclistas y como estos son percibidos por los conductores. El principal riesgo de un ciclista es ser percibido no como un vehículo sino como una persona, o peor no ser percibido.
Incrementa el riesgo de que la bicicleta no se identifique como un vehículo.
Para un conductor no hay nada peor que algo que no sea un vehículo en mitad de la calzada, una peatón o un animal tiene una zona de incertidumbre muy alta. Cuando un ciclista ocupa el centro de su carril en la calzada, respeta las señales, marca los giros y atiende al resto de conductores, está dando un mensaje al resto de usuarios de la vía de que ES un vehículo y se comporta como tal.
En cambio si en lugar de eso le relegas a un lateral del carril, se percibe no como un vehículo, sino como un elemento extraño a la circulación, como un peatón con pretensiones que se ha colado de soslayo en la calzada. Otros usuarios de la vía, si es que lo ven, percibirán una zona de incertidumbre mucho mayor, independientemente de lo que haga el ciclista, ya que inconscientemente lo incluirán en el grupo de “peatones y usuarios de la acera” más que en un vehículo. Y ya sabemos lo que eso significa.
Incrementa el riesgo de invisibilidad de la bicicleta en la calzada
Ocupar la zona central del carril en el que se circula es la mejor manera de que te vean. El gran problema de las motos es que aparecen “de la nada” y los conductores no las terminan viendo. Ese problema que en una moto que tiene más nivel de agilidad, velocidad y maniobra, el ciclista no se lo puede permitir. Además, una moto o un ciclomotor no tiene el problema de no ser percibido como un vehículo, cosa que la bicicleta sí que tiene. Por tanto el dejar al lado derecho de los carriles a las bicicletas les expone a un riesgo doble.
Como primer elemento de riesgo potencia el adelantamiento en un único carril por sentido de circulación en vía urbana, lo que hace que no se respete ni la distancia lateral necesaria para hacer el adelantamiento con seguridad. Lo cuál llevará a incrementar los impactos laterales y a las caídas de ciclistas por esquivar un adelantamiento realizado muy al límite, algo que no pasaría con una bici bien aposentada en el carril de circulación.
Como segundo elemento de riesgo llevará a muchas colisiones laterales y frontolaterales por giros a la derecha de vehículos que se ponen a la altura o justo por delante del ciclista y realizan el giro a la derecha, tal y como se puede ver en el siguiente gráfico.
Con la actual normativa, una bicicleta en el centro del carril ocupa su espacio y en los giros de derecha en las travesías el coche no puede rebasarla antes de realizar el giro.
Con la nueva normativa un vehículo puede dejar de ver al ciclista y realizar un giro a la derecha sin tener en cuenta la bicicleta que está circulando en la misma dirección, sin que además, el ciclista tenga mucho margen para poder esquivar el impacto. Esto potenciará las colisiones laterales (el turismo arrolla al ciclista) y frontolaterales (la bicicleta golpea el turismo).
Esto también se producirá en giros a la izquierda de turismos y otros vehículos que colisionarán con bicicletas que circulen en sentido contrario, donde la menor visibilidad de la bicicleta incrementará este tipo de accidentes, o incrementará las posibilidades de accidentes al abrir puertas izquierdas de los vehículos estacionados a la derecha sin ver una bicicleta que circula pegada a la derecha.
Si no me creen a mi, crean al ayuntamiento de Madrid (gobernado por el PP, los mismos que impulsan la reforma del reglamento de circulación).
Circula por el centro de tu carril, y hazte respetar. Una bicicleta arrimada al borde de la carretera despierta la tentación de adelantar en los coches, aunque no se pueda mantener una distancia prudencial durante el adelantamiento. Y un coche aparcado puede abrir sus puertas sin mirar y derribar al ciclista.
(…)Utiliza un casco si te hace sentirte más seguro. Pero recuerda que el uso del casco NO evita los accidentes. Una verdadera seguridad se basa en la utilización de medidas de protección activa: moderación de la velocidad, atención al conducir, prevenir los movimientos propios y de los demás, señalizar las maniobras, conducción defensiva…
(…)
Pon especial cuidado al circular por tu carril cuando pases a la altura de una desviación a la derecha. Muchos conductores no señalizan su maniobra de giro a la derecha, te cortan el paso y crean situaciones de riesgo.
(…)
No circules demasiado pegado a los coches aparcados. Los coches que circulan a tu izquierda no prevén si vas a necesitar espacio porque un coche que esté parado a tu derecha abra su puerta. Es una más de las razones por las que te pedimos que circules por el centro del carril.
Conclusión, no es seguridad sino dejar claro que la bicicleta estorba
Como vemos las medidas que con la excusa de incrementar la seguridad de los ciclistas, introducen medidas estéticas (casco) que no contempla la capacidad real de reducción de accidentes de tráfico o la gravedad de estos, o coloca al ciclista en situaciones de más riesgo.
El objetivo es expulsar la bicicleta de las vías urbanas, considerándolas un estorbo, a pesar que la bicicleta allí donde ha incrementado su uso ha facilitado la movilidad general (incluso la de los turismos). Utilizan un problema objetivo de civismo que no se arregla a pura normativa para expulsar la bicicleta de la calzada.
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