Las Bienaventuranzas de Jesús de Nazaret en poema.

Las Bienaventuranzas de Jesús de Nazaret en Poema

Jesús quería enseñar, le seguía una multitud,
entonces subió a un monte para ser escuchado con exactitud.
Y como los discípulos no querían perderse ningún punto,
empezaron a sentarse cerca de él con mucho gusto.

Y comenzó el maestro a hablar con mucho celo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Para los que reconocen su ruina espiritual y lamentan su condición:
Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación.

Para los que son apacibles y no le gusta la guerra:
Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra

Para los que no les gusta la injusticia y quieren un mundo mejorado:
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Para los que expresan amor, compasión y nunca odian
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Para los de mente pura y con buena intención
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

Jesús seguía enseñando,
sobre la paz de su pueblo, para ser uno y no ser dos.
Por eso dijo: Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Y Para los que sufren por hacer lo justo sin que los paralice el miedo
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Finalizando las bienaventuranzas Jesús dijo:
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan,
y digan toda clase de mal contra vosotros, con muchas mentiras.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos;
porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros con mucho esmero.

Hasta aquí, el mensaje sobre las felicidades  y
como alcanzarlas, aunque haya adversidades

Gracias amigo por toda su atención,
Seguiremos con Jesús en otra ocasión.