Las bienaventuranzas de los ricos y de los imperialistas
Bienaventurado el que muerte y apacigua,
Porque nunca será hallado.
Bienaventurado es el hombre que prende la casa de otro
Y por la mañana le expresa su pesar,
Porque será llamado misericordioso.
Bienaventurado es el hombre que roba a otro cinco chelines
Y luego le devuelve medio para que se compre sal,
Porque será llamado espléndido,
Porque ¡ay del hombre que muerte y no sabe cómo apaciguar!
Y ¡ay del que roba a las masas
¡Y no intenta engañarlas con dulces palabras!
Las bienaventuranzas de los ricos y de los imperialistas
por Ngũgĩ Wa Thiong’o en su libro El diablo en la cruz