Revista Insólito

Las bodas de oro de Patty

Publicado el 17 marzo 2012 por Monpalentina @FFroi

Las bodas de oro de Patty Cincuenta años se han cumplido desde que Adelina Patty debutó como cantante de ópera, con Lucía, en el teatro de New-York. Sin embargo, no era esta la primera vez que el ilustre artista se presentaba en público. Hija de artista, deslizados los años de su existencia en el teatro, oyendo a su madre interpretar las más famosas óperas de los tiempos aquellos, desde muy niña nació en ella una irresistible afición al canto, que sus padres con acertada intuición, alimentaron, por descubrir en su hija cualidades de cantante que eran una esperanza para el porvenir. Cuando Adelina sólo contaba siete años de edad, sus padres se vieron en una de esas angustiosas situaciones bastante frecuentes en cantantes de no muy alto rango, producidas por inesperada quiebra del empresario, o por un paro interminable, y entonces fue cuando la futura estrella del bell canto se hizo concertista.
El autor de sus días vio en las facultades de Adelina el supremo recurso para sacar a los suyos de la miseria en que vivían, y no le faltó un empresario que contratara en excelentes condiciones a la pequeña cantante, que era presentada al público sobre una mesa colocada junto al pianista que había de acompañarla en sus canciones, a causa de su pequeñísima estatura. Después de algunos años de ausencia, transcurridos de triunfo en triunfo en diversas poblaciones de América, la Patty regresó con sus padres a New York. Entonces ya era una cantante famosa; sin embargo, no tenía nada más que trece años; dos años después Adelina realizaba su sueño dorado. Pero dejemos a la soberana artista la palabra, para que nuestros lectores saboreen la ingenuidad y sencillez con que ella misma relata este interesante periodo de su vida artística: "Mi talento de cantante se había desenvuelto y mi pasión por el teatro tocaba en el frenesí. Aunque aún era chiquilla, no quería retardar más tiempo el dar mis primeros pasos en la escena. Ulman, el socio de mi cuñado Mauricio Stratroch negóse al principio a satisfacer mi deseo. No quería dejarme debutar en un teatro de primer orden, como el de New York, y menos en un papel importante, mientras yo no me resignaba a interpretar un personaje secundario... Apenas tenía quince años, mi cara aniñada y pequeña figura, me hacían parecer más joven aún. Pero ya poseía un repertorio muy extenso y la idea de pisar el escenario no me causaba el menor temor." Desde que se retiró definitivamente de la escena, la Patty vive consagrada por entero a la vida del hogar, en su magnífico castillo de Graig y Nos (Inglaterra). En estos últimos tiempos sólo ha dejado oir su voz en algunos conciertos organizados a beneficio de los pobres, e inútil nos parece decir que los billetes para asistir a esas fiestas benéficas se cotizaron siempre a elevadísimos precios, y no porque la famosa artista cobrara cinco o seis mil duros por su concurso ó millón y medio de francos por sesenta conciertos, como llegó a cobrar.
Diana
10 de diciembre de 1909


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