“No puedes estar siempre en la cima. Has de volver a bajar….
Ascendemos y miramos; descendemos y dejamos de Ver, pero hemos visto.
Existe un arte del comportamiento… por la memoria de lo que hemos visto arriba.
Cuando dejamos de ver, podemos seguir sabiendo.”
-René Daumal-
Que yo, en un momento dado (o varios), haya SENTIDO el AMOR INCONDICIONAL, el Silencio (que no la ausencia de ruido), la Conexión con todos los seres, con el universo, con la Vida…. ; que yo, en un momento dado (o varios), sienta que no soy una gota en el océano sino el océano entero (comúnmente llamado DIOS), que tú eres yo, que esto sólo es un sueño, que todo es Perfecto, que el tiempo no existe, que lo de fuera y lo de dentro es lo mismo, que hay infinitas realidades a mi alrededor y que mi verdad no es La Verdad, no quiere decir que a todas horas, a cada minuto, a cada segundo, me encuentre en ese estado de Consciencia Total (Iluminación).
Lo he ‘visto’ y lo he dejado de ‘ver’. Y lo seguiré viendo y dejando de ver ‘no sé cuándo’. Es un Recordar lo que ya sabes Instante a Instante. Pretender permanecer en ese estado constantemente no es real, como seres humanos que (también) somos. Es como querer estar siempre alegre sin experimentar nunca dolor, tristeza, rabia, vacío, soledad, miedo. No se puede, lo siento. Y ahí, creo…, que es donde nos perdemos (en todos los sentidos) ya que no es una meta alcanzable. Es un imposible de los que no son posibles (que haberlos, haylos).
Los ‘buscadores’ de la felicidad, de la Paz, de la plenitud, de la ‘iluminación’, creemos (creencia) que ése es nuestro destino, nuestro Hogar. Y lo único que conlleva esa creencia es frustración, impotencia y sentirnos cada vez más perdidos, más vacíos porque ‘algo estamos haciendo mal’, porque nunca llegamos, porque nunca nos Encontramos. Y no lo haremos si seguimos por ese camino. Aunque ese camino sea necesario para salir de él, para ‘darnos cuenta’ de que la ‘iluminación’ no es un Fin sino un continuo Principio.
El Cielo no es ‘arriba’. El Cielo es donde AHORA estás (ya sea arriba, abajo, en la derecha o en la izquierda). Y cada uno de nosotros tiene su propio Cielo, con sus específicas estrellas, sus constelaciones, sus Nortes, sus planetas, sus nubes, sus rayos, sus soles, sus lunas y sus tormentas. Ninguno mejor que otro. Por eso, no es cuestión de seguir a los que ‘saben más’. Ellos serán expertos en lo suyo, pero no en lo tuyo. Lo tuyo sólo puedes descubrirlo tú. Siguiéndote a TI. A tu intuición, a tu SENTIR, a tu Corazón. A tu Verdad.
Hay algo que siempre Recuerdo cuando me ‘caigo’ (que son unas cuantas veces) y es la Humildad. Supongo que porque la olvido con demasiada facilidad… Antes me molestaba la falta de consciencia (porque yo era muy ‘sabia’, no como los otros, y mis creencias eran las mejores del mundo mundial…) en los que ‘iban de conscientes’, de ‘despiertos’, de ‘espirituales’ (osea yo). Y alguna vez he CAÍDO en la trampa de decirle al otro cómo debía comportarse, pensar, ser y sentir (que era como yo creía, claro) y que no iba por buen camino (como si alguno fuera malo…). No ha sido hasta que mi misma actitud la he visto reflejada en otros (Ley del Espejo) que he sentido mi prepotencia, mi falta de respeto hacia esa persona y hacia su libertad (en el sentido más amplio de su ‘ser’) y mi ‘pues no te queda nada aún’. Y es cuando la HUMILDAD ha hecho acto de Presencia.
No todos tenemos por qué pensar lo mismo, sentir lo mismo, comer lo mismo, reaccionar del mismo modo, vestir lo mismo, tropezar con las misma piedras, ir a la misma velocidad, en la misma dirección, con las mismas personas, con las mismas técnicas o con ninguna. No todos tenemos que vivir y amar de la misma manera porque cada uno es ‘de su padre y de su madre’. Y ni la mía es LA correcta ni tampoco la tuya lo es. Hay infinitas posibilidades para llegar a NOSOTROS. Y Aceptar que cada uno es libre de elegir su dirección (aunque sea contraria a la tuya) es primordial para que podamos convivir en Paz, los unos con los otros y los otros con los unos.
Y no tengo por qué entenderlo ni que tú lo entiendas. Únicamente RESPETARLO. Sobretodo, respetarme. A mí. Hacia donde YO quiero ir. Aunque vaya sola. Aunque nadie esté de acuerdo y me acompañe.
Creía que mi verdad era La Verdad. Y aún lo sigo creyendo muchas veces aunque esas muchas veces ya (casi) no me crea lo que me creo… Lo que hace que no REACCIONE como antes lo hacía (recriminando al otro, sutil o no tan sutilmente, directa o indirectamente) porque en ese momento recuerdo lo que ‘HE DEJADO DE VER PERO SIGO SABIENDO’: que yo no soy los pensamientos que pienso, ni todo lo que siento, ni lo que creo que soy, ni lo que creo que tengo que llegar a ser.
Pero no pongo la mano en el fuego por ‘mí’ (alias Emma), ya que en cualquier momento me puedo olvidar de quién soy en realidad, como ya me ha ocurrido en múltiples ocasiones, y que la soberbia me nuble, de nuevo, la consciencia.
Aristóteles pensaba que estaba en la naturaleza de las cosas lo que Isaac Newton dijo con su Ley de la Gravedad: “todo lo que sube tiene que bajar”. Éxtasis incluido (esto lo digo yo).
“Por lo que se refiere a la naturaleza de Buda,
no existen distinciones entre santo y pecador.
Un pensamiento Iluminado y somos Budas.
Un pensamiento ignorante y volvemos a ser una persona ordinaria.”
– Maestro zen Hui Neng –
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