La Iglesia de Saint Séverin es una de las iglesias más antiguas de París. Hacia el año 1230 es construida y, a medida que el barrio en que se inserta se va haciendo más importante, son numerosas las ampliaciones que experimenta hasta ya entrado el siglo XV. Estas múltiples adiciones explican su mezcla de estilos arquitectónicos, gótico del siglo XIII y gótico flamígero del XV.
En lo alto de su torre de cuatro paños se encuentra uno de los relojes más viejos de París. La aguja cubierta de pizarra alberga la campana del reloj, cuyo tañido marca las horas en esta zona de la ciudad desde su creación en 1412. Es decir, que estamos ante las campanas más viejas de la ciudad.
Por otra parte, habíamos comentado que esta iglesia presentaba el estilo flamígero. No es moco de pavo lo que alberga de este estilo artístico, puesto que podemos contemplar en esta iglesia el máximo esplendor de este momento arquitectónico. Riqueza de motivos vegetales, doble columnata en el coro y en el deambulatorio (señal de una vida intensa y atareada dentro de este templo), las nervaduras de columnas y bóvedas en forma de palmera, un ábside de cinco paños… hacen de esta iglesia un buen ejemplo de lo que es el gótico flamígero. (Es una pena que sólo encuentre foto de la parte posterior y encima desde fuera, porque recuerdo haber entrado dos veces en ella y no encuentro ninguna foto de esos momentos)
Lo que más llama la atención es que no tiene crucero y que su pilar principal es como un ramillete de nervaduras en forma de palmera que irradian de un tronco cuyo anillo asciende en espiral. No menciono sus vidrieras a pesar de la importancia de estas en el gótico porque las de la iglesia de Saint Séverin fueron guardadas durante la Primera Guerra Mundial y las que hay ahora son modernas.
Cambiando de tercio, el nombre de Saint Séverin le viene porque allá por el siglo VI existió un hombre que destacó por su devoción y su fe a la hora de orar. Más tarde, se une a este singular peregrino el príncipe merovingio Clotaldo. El lugar a donde acudía este hombre a rezar es donde manda erigir un pequeño templo el susodicho Clotaldo. Y, como es sabido por todos, Séverin significa “el Solitario”, al igual que este curioso peregrino.
Durante las invasiones vikingas acaecidas en París entre los siglos IX y X, Saint Séverin fue destruida. Sin embargo, entre el XI y el XV fueron reconstruyéndola poco a poco.
Una de las tradiciones que encontramos ligadas a esta iglesia es que, al principio y al final de un viaje, ha de visitarse este templo y hay que encomendarse a Saint Martin.
Os recuerdo que tengo varias entradas dedicadas a los más viejos de París o a los primeros y últimos de París como:
La primera catedral de París
La iglesia más vieja de París: Saint Julien le Pauvre
El árbol más viejo de París
Último claustro medieval de París: Cloître des Billettes