Siempre he odiado las orquestas de pachanga, toda esa impostura (hoy traspasada a "OT" y mentiras plastificadas por la industria más abyecta y perniciosa), de ahí que a las versiones les exija un mínimo de alma. Algun@s creen que la tienen, otr@s que les siguen serían incapaces de reconocer el talento aunque les pegaran una bofetada en los morros, pero... pero, pero... "Kicking against the pricks" de Nick Cave & The Bad Seeds en 1986 es uno de esos discos de versiones que delata dónde están los creadores y dónde palidece el intérprete. Su "Hey Joe", apocalíptico, avasallante, totalmente sacado de su contexto y aplicado al propio del australiano errante y sus malas semillas, es ejemplo preclaro de cómo uno puede apoderarse -con talento, esto hace falta, no deslizar los dedos por los trastes y repetir una partitura- de una canción hasta hacerla suya. A mí me vino de perlas para ambientar el climax del relato "Por las Calles Vacías"... No, no, no, no voy a hacer spoilers. Pueden leerlo en la revista "Al Otro Lado del Espejo", o en mi segundo libro de relatos "Viajes Al Fondo del Precipicio", o en el que está por llegar: "Rec-Capitulación".