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Las características de un coach (Parte 5).

Publicado el 09 junio 2017 por Daniel Costa Lerena @costalerena

En diferentes contenidos analicé las características y otros rasgos de un profesional del coaching, los cuales de un modo u otro determinarán un perfil, aunque no un estereotipo.

No es mi intención en modo alguno estereotipar ni tampoco etiquetar la figura del coach; simplemente pretendo esbozar ciertos elementos que pueden detectarse en los profesionales del coaching.

Cada coach, además de su formación y educación particulares, cuenta con la exposición a diferentes niveles de condicionamiento, los cuales indefectiblemente experimentó en las distintas fases de su desarrollo psicosexual.

Las diferentes estructuras de las personalidades en los coaches, como sus experiencias vitales y profesionales, se suman a lo anteriormente mencionado, para convertirlos en profesionales del coaching con una identidad propia.

Si bien la disciplina y la pasión pueden tomarse como actitudes, similares en esencia a lo que representa cualquier otra actitud como por ejemplo la proactiva, considero que son factores determinantes para un coach.

La disciplina como forma de vida enriquece y facilita el llegar al logro, mientras que la pasión impulsa al profesional del coaching hacia los tan necesarios procesos de desarrollo.

Mi modo de pensamiento, y el exponer tales características como la disciplina o la pasión, no surge desde ninguna corriente filosófica; al contrario, tiene un sentido puramente práctico y experiencial.

Desde otra perspectiva, podemos valorar a la pasión como el motor que nos empuja, y a la disciplina como la brújula que nos orienta hacia el logro.

El coach y su disciplina.

gestion
La constancia y orden en cualquier ámbito de la vida favorecen a una persona en diferentes niveles, y en el caso de un coach que es ordenado y constante, eso le permitirá aumentar sus niveles de productividad.

Para lograr elevados niveles productividad profesional en el coaching es necesario establecer prioridades, y también ejecutar acciones específicas orientadas al logro.

Ciertos hábitos, como una dieta equilibrada y realizar ejercicio de forma regular, benefician el coach desde su propia fisiología. No es un eslogan lo de practicar hábitos saludables, es una realidad.

Si pretendemos estar a la altura de las exigencias y del alto rendimiento tanto mental como físico, uno debe preparase y mantenerse en condiciones. La trilogía cuerpo-mente-entorno es casi un axioma; y si alguno de los factores se debilita, el todo se verá perjudicado.

Una buena gestión del tiempo, alimentarse de forma saludable, dormir las horas necesarias, practicar ejercicio, rodearse de personas positivas, realizar actividades de ocio orientadas al beneficio personal, y muchas otras cuestiones, deben ser tenidas en cuenta por un coach.

No es una exageración en modo alguno, aunque parezca que estuviera planteando un esquema básico para una atleta, en realidad es la base para desarrollo personal de cualquier persona. Son factores mínimos para conseguir una calidad de vida aceptable.

Un coach profesional, como toda persona, debe cuidar su salud física y mental; manteniendo hábitos saludables, los cuales también le permitirán proyectar hacia sus clientes.

El coaching en ámbitos de alta exigencia, implica gestionar satisfactoriamente el estrés, como también gozar de una buena salud física.

El coach debe sentir pasión por su profesión.

trabajo y empleo
Es fácil detectar a un profesional al que le apasiona su trabajo. La pasión del profesional que ejerce su actividad se siente y, al mismo tiempo, si el coach no disfruta con el ejercicio de su profesión también se nota. Un coach no es la excepción a la regla.

Soy un convencido de muy pocas cosas, aunque estoy muy firme en mi convicción de que si una persona no siente pasión por lo que hace, cuando menos su profesión o actividad laboral le resultará bastante dificultosa de sobrellevar.

Hacer lo que uno realmente quiere o siente no es tarea sencilla, sin embargo no es imposible.

El compromiso profesional de un coach comienza consigo mismo, y se proyecta a sus clientes a través de su comportamiento.

No me refiero a caer de forma negligente en las denominadas “locas pasiones”, como tampoco sucumbir ante ineficaces modelos de gestión de las emociones. Si lo definiera como “amor a la profesión”, considero entraría en un terreno nada saludable, aunque también tendría cierto grado de validez.

No obstante, cuando me refiero a la pasión que debe sentir un coach por su profesión, intento definir el estado representativo interno que le provoca el coaching. Es decir, que su trabajo no le provoca esfuerzo, y que el mismo le divierte.

Es muy importante que el profesional del coaching disfrute de cada una de las sesiones con sus clientes, y que aunque en algunas oportunidades debe enfrentar situaciones muy complejas o muy dificultosas, igualmente logre disfrutar de la experiencia.

Nota final sobre las características de un coach.

proactivo
A modo de cierre de la entrega de cinco artículos vinculados a las características de un coach, considero oportuno citar los puntos que mencioné y analicé:

  • La importancia de las sinergias positivas para el coach.
  • La autogestión como factor de desarrollo profesional.
  • La ética del coaching con sus principios básicos.
  • La imagen personal del coach en los diferentes ámbitos.
  • Las habilidades sociales y la asertividad del profesional en coaching.
  • La actitud proactiva del coach y sus relaciones interpersonales en diferentes escenarios.
  • La relevancia de estar al tanto de las novedades del sector y de las metodologías que surgen.
  • El proceso de mejora continua vinculada al coaching profesional.
  • La comunicación y la negociación en el marco de trabajo del coach.
  • La especialización del coach en áreas específicas del coaching.
  • La relación del coach con las nuevas tecnologías y herramientas.
  • El nivel de adaptación al cambio del coach y su grado de resiliencia.
  • La adquisición de habilidades y el perfeccionamiento de las mismas.
  • La disciplina y la pasión como ingredientes del coaching profesional.

Todos los puntos anteriormente mencionados son orientativos, y no limitativos del perfil de un coach profesional. No deben tomarse como verdades absolutas, y mucho menos como características que indefectiblemente deben reflejarse por parte de un profesional del coaching.


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