100 estampas de Salamanca
💨 Es un pueblo típicamente serrano, de arquitectura tradicional serrana con sus casas típicas de piedra de tres plantas con sobraos para guardar herramientas agrícolas y balcones llenos de tiestos, calles y plazas empedradas...
Las Casas del Conde es una pequeña aldea en el corazón de la sierra de Francia localizado en una ladera del valle del río Francia, hasta el punto de que es el municipio con el término municipal más pequeño de la provincia de Salamanca y al igual que la mayoría de los pueblos de la comarca, Las Casas del Conde tiene su origen histórico durante la repoblación cristiana, su nombre se debe a que el municipio formaba parte de la jurisdicción del Conde de Miranda del Castañar.
Por su situación geográfica Las Casas del Conde goza de un microclima privilegiado que permite que sus tierras sean fértiles huertas y se pueda cultivar gran variedad de árboles frutales: cerezos, manzanos, perales, naranjos y limoneros, incluyendo el olivo y la vid, de donde sale su vino, incluido en la D.O. Sierra de Salamanca.
Es un pueblo típicamente serrano, de arquitectura tradicional serrana con sus casas típicas de piedra de tres plantas con sobraos para guardar herramientas agrícolas y balcones llenos de tiestos, calles y plazas empedradas con grandes piedras de granito, fuentes , caños y cruceros de piedra en varios puntos y rincones del pueblo que forman parte de un viacrucis que sale desde el centro del pueblo hasta las afueras, y culmina en una representación del Calvario con tres cruces, donde la central lleva grabados los instrumentos de la pasión de Cristo: los clavos, las tenazas y el látigo. Este impresionante y único calvario pétreo queda enclavado en un paraje privilegiado, en pleno monte y rodeado de castaños, robles y olivos.
En cuanto a sus edificios, destacan la iglesia de Santa Catalina, de 1705 y la ermita del Humilladero, un pequeño edificio de piedra. Ambas tienen cruces de piedra que forman parte del "Camino del Calvario".
Las calles presentan una alineación horizontal, paralela al río Francia y está dividido en dos barrios, el Viejo y el Nuevo, separados por un arroyo que salva un puente.
El pueblo tiene una gran riqueza paisajística natural con bancales de viñedos y frondosos bosques, pero también posee una gran riqueza de fauna y flora, entra dentro del área de protección de aves y de la Reserva de la Biosfera. Por este pueblo pasa la famosa Ruta de los Espejos, un camino circular en el que, además de la belleza del paisaje, se pueden admirar obras escultóricas integradas en el ambiente. En definitiva, Las Casas del Conde es un lugar ideal para disfrutar, tanto de su entorno natural como del mismo pueblo, paseando por sus calles o hablando con sus gentes, para descubrir el taller del artesano local Amador Hernández que guarda una gran colección de utensilios de madera creada por él mismo, digna de ver, posee cerca de 10.000 cucharas de madera labradas, una verdadera joya.
CIEN ESTAMPAS DE MI TIERRA
Una idea de Paqui para Curiosón