Las Merindades burgalesas acogen algunos de los parajes naturales más bellos de Castilla y León. El precioso Valle de Mena es uno de esos lugares donde la naturaleza ha sido generosa, rodeando sus peculiares pueblos de montañas, bosques, prados y ríos.
El pueblo de Irús, en el Valle de Mena (Burgos). Foto: Belén Valdehita
Una de esas privilegiadas poblaciones es Irús, un pequeño pueblo con mucho encanto y con un gran valor añadido, sus cascadas. A ellas se accede por una calzada romana a la que la vegetación parece querer ganar terreno, pero que todavía resiste visible ante tanto verdor.
Cazada romana de Irús. Foto: Belén Valdehita
No esperes encontrar grandes carteles que anuncien la existencia de las cascadas, y casi mejor. Así, fuera de los circuitos más turísticos, se podrá conservar en perfecto estado este magnífico paraje burgalés.Irús y sus cascadas
A Irús se accede por la N-629 desde la localidad de Medina de Pomar, en dirección Laredo. Dejando atrás Villasante, y tomando el desvío hacia Villasana de Mena, enseguida veremos las indicaciones del pueblo.
El único ser vivo que nos recibió en Irús. Foto: Belén Valdehita
Irús es un tranquilísimo pueblo. “Viajes para toda una vida” visitó esta localidad en verano, en el mes de julio, y el único ser vivo que vimos fue un simpático perro. En esta época las cascadas apenas llevan agua, pero a partir de otoño, y hasta primavera, la cosa cambia.
Cementerio de Irús. Foto: Belén Valdehita
Para acceder a la calzada romana hay que dirigirse a la iglesia del pueblo. Junto a su cementerio empezaremos a ver los primeros postes que señalan la existencia de la calzada romana. Contienen un dibujo con varias piedras y flechas para indicar la dirección.Señales que indican la calzada romana. Foto: Belén Valdehita
Comienza aquí un precioso recorrido por la calzada, rodeados de hayas y abedules, con el río Hijuela siempre acompañándonos por el lado derecho. Es este río el que da lugar a las dos cascadas, que caen desde plataformas de piedra rodeadas de vegetación. En algunos momentos la calzada es menos visible, pero siempre reaparece. En otros tramos su conservación es magnífica. Hay que tener cuidado si llueve, porque las piedras resbalan bastante.
Inicio del camino por la calzada romana. Foto: Belén Valdehita
Tras llegar a un gran claro, poco antes del municipio de Arceo, podemos seguir el camino e internarnos en otro bosque, que trascurre junto al río Ordunte. Accediendo por un pequeño sendero lateral llegaremos al salto del Aguasal, que queda a la izquierda del camino. De regreso al camino principal, también conseguiremos buenas vistas de la cascada.
Cascada de Irús, casi sin caída de agua en verano. Foto : Belén Valdehita
Se trata de un recorrido de dos kilómetros y medio que se realiza en una hora escasa. Al final de camino se encuentra la localidad de Arceo. En el trayecto nos toparemos con algunas alambradas, que deberemos dejar cerradas una vez hayamos cruzado.
Explanada de acceso a Arceo. Foto: Belén Valdehita
El pueblo de IrúsIrús es un remanso de paz. Paseando por sus pocas calles veremos varias casas de arquitectura tradicional, algunas originales del siglo XVIII. La Iglesia Parroquial del pueblo está dedicada a San Millán, y es de finales del siglo XV. Se edificó siguiendo un estilo gótico- isabelino.
Edificios de Irús. Foto: Belén Valdehita
No existe ningún alojamiento ni establecimiento de restauración en Irús. Los lugares más cercanos son el Hotel La Cochera, en Villasana de Mena, o el Hotel Ciudad De Medina, en Medina de Pomar.
Cáscada de Irús, en Burgos. Foto: Belén Valdehita
Irús y sus cascadas son uno de los maravillosos lugares que podemos encontrar en el Valle de Mena, en las Merindades burgalesas. En próximos post os contaremos otros preciosos destinos de estas tierras castellanas.