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Las causas y los efectos

Por Clochard
Las causas y los efectos Sus revolucionarias teorías se habían hecho muy famosas pese al rechazo en masa del resto de sus colegas de profesión. Psicología forense, era el nombre que daba a esa extraña manera de certificar las causas de un deceso que el mismo había inventado y no dudaba en aplicar basándose en dudosas investigaciones y estudios que publicó en varios libros de enorme éxito.
De modo que cuando aquel joven, laureado, y prometedor poeta apareció muerto con las venas seccionadas en su bañera, él certificó sin pestañear como causa de la muerte Melancolía en grado letal.
Del conocido empresario y poderoso hombre de negocios cuya cabeza amaneció un buen día con un agujero de bala a modo de bizarro adorno, dijo que había muerto debido a Una alarmante avaricia propia con dosis de envidia ajena.
La actriz madura y ya olvidada que murió al resbalarse en la ducha y ser devorada por sus 42 gatos, falleció según nuestro protagonista por Una mezcla mortal de soledad, olvido y  mal  entendido amor animal.
El futbolista que comprobó la imposibilidad de ocupar el mismo espacio  físico con su Ferrari que un Camión de ochenta toneladas pasó a mejor vida debido a Un espíritu competitivo demasiado arraigado.
Estos eran los casos más mediáticos, los que le valieron numerosas apariciones en Radios, Televisiones y prensa y le llevaron a impartir conferencias en distintas Universidades frente a nutridos auditorios de expectantes estudiantes de Medicina, Filosofía o incluso Bellas Artes.
Por supuesto también diagnosticaba causas de muertes anónimas, la gente se moría de Pobreza galopante,Grave tendencia a discutir, Despiste en fase avanzada, Aburrimiento en grado 10, Despecho, Escarnio, Egoísmo, Lujuria inoperable,Ridiculez congénita, Acumulación de mal carácter,Nula asimilación de la mediocridad, o incluso de Estúpidez irremediable o Idiotez hereditaria sin posibilidad de cura, según los casos.
La fama de nuestro hombre no paraba de crecer en progresión con el odio más profundo que cada día le profesaban el resto de profesionales del mundo entero, quienes consideraban esa forma de certificar una muerte cómo un compendio de paparruchas sin sentido.
Por eso cuándo nuestro protagonista cayó fulminado sin previo aviso en mitad de una conferencia para la Asociación de Amas de Casa Católicas y Armadas de Northomb, todos ellos firmaron de manera unánime un documento que certificaba la causa de la muerte como:
Exceso de vanidad en grado avanzado mezclado en dosis letal con un gusto alarmante por la charlatanería.


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