Los riñones humanos son una intrincada red de tubos que procesan aproximadamente 177 litros de sangre todos los días. Recubriendo estos conductos hay células epiteliales que transportan la sangre a través de los riñones y la hacen circular de regreso al cuerpo. No se comprendía completamente cómo estas células inmóviles generan la fuerza mecánica necesaria para hacer su trabajo.
Para descubrir los secretos de este proceso de transporte de fluidos, un ingeniero mecánico de Johns Hopkins ha creado un dispositivo que mide las fuerzas mecánicas generadas por células renales tanto sanas como enfermas.
Los investigadores notaron que las células epiteliales del riñón se comportan como bombas mecánicas de fluidos y generan activamente un gradiente de presión de fluidos. El comportamiento de bombeo de fluidos se caracteriza por una curva de rendimiento de la bomba, que es muy parecida a una bomba de agua en una casa. La mayoría de la gente cree que los riñones se comportan como un filtro convencional, que necesita presión externa para mover el líquido. Sin embargo, Sun y su equipo demostraron que las células en realidad pueden generar la presión necesaria por sí mismas, una idea con implicaciones importantes para comprender la función fisiológica del riñón.
Todo el mundo piensa que los riñones filtran la sangre, pero conceptualmente eso es incorrecto, ya que las células renales son bombas, no filtros, y generan fuerzas.
Estos hallazgos fueron publicados recientemente en la revista científica Nature Communications.