Hoy os dejo un interesante artículo de Merche Lacalle, maestra de ceremonias, licencida en Derecho y actriz, acerca de las ceremonias civiles y de su visión personal acerca de ellas:
Etimológicamente
el significado de la palabra ceremonia sería El término ceremonia refiere a un
acto solemne que se lleva a cabo según normas o ritos establecidos. En su
sentido más básico es un ritual. Proviene del bajo latín ceremonia y del latín
clásico caeremonia: rito religioso, veneración o reverencia. Deriva a su vez
del latín Caere (condición/nombre de antigua ciudad etrusca) y Monia / Munus
(estado del ser/espectáculo público).
El ser humano es un ser social que ha
necesitado siempre una dotar de una dimensión mística a la vida, de ahí que
hayamos creado ritos donde hemos
atribuido de animicidad objetos, hecho que sucede desde la prehistoria o
la edad antigua.
El rito, es el origen de todas las ceremonias tanto laicas
como religiosas, así como de las disciplinas artísticas, como por ejemplo el
teatro, cuyo primer motor de acción no era otro que el chamán de la tribu. Con
lo cual, al pensar en una ceremonia civil, pensamos automáticamente en un rito.
Un rito (del latín ritus) es un acto religioso o ceremonial repetido
invariablemente en cada comunidad cultural. Los ritos son las celebraciones de
los mitos; por tanto, no se pueden entender separadamente de ellos. Tienen un
carácter simbólico, expresión del contenido de los mitos. La celebración de los
ritos (ritual) puede consistir en fiestas y ceremonias, de carácter más o menos
solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa o de
la organización correspondiente.
Ahora ya sabemos que la celebración tiene una
dimensión social, propia de nuestra especie, un sentido místico o profundo, un
carácter simbólico y un sentido lúdico o festivo.
Con el paso del tiempo son
cada vez más las parejas que optan por una ceremonia de tipo civil, los motivos
son varios, vivimos una sociedad laica, muchas veces los novios ya han estado
casados, y en mi opinión en una ceremonia civil la libertad de decidir, el
libre albedrío de cómo será el evento más importante para la pareja pertenece
única y exclusivamente a los novios, muy distinto de una ceremonia religiosa en
la que el protocolo es más rígido y nos deja poco margen de maniobra.
Una
ceremonia civil puede realizarse en prácticamente cualquier lugar. La oficial
sería en el Juzgado o Ayuntamiento, la extraoficial puede
realizarse en cualquier restaurante, en la playa, en una casa de campo, en
nuestra propia casa. Podemos enmarcar nuestra boda en un marco incomparable de
belleza consiguiendo así un recuerdo irrepetible, con libertad para
que nuestros familiares o amigos participen con sus lecturas, eligiendo
nosotros la música; teniendo libertad de entrar juntos, si es nuestro deseo;
pudiendo crear nuestros propios votos para delicia de nuestros invitados y eligiendo
algunas de las ceremonias emblemáticas como la de la rosa, vela, luz; o bien
creando una para la ocasión dependiendo de nuestra creatividad y de la de
nuestro Wedding Planner o Maestro de Ceremonias; escuchar un concierto en vivo
de nuestro grupo favorito, poder agradecer al final de la ceremonia a aquel o
aquella cómplice vital de nuestra historia de amor.
En definitiva, desde mi
experiencia el día de la boda tiene que ser el día de los novios.La ceremonia
tiene que ser a la carta y contar con el asesoramiento de un buen profesional
que les guie y tutorice durante todos los preparativos, aportándoles la
serenidad, confianza y creatividad imprescindibles para que ese día todo sea
una fiesta emocionante y plena de felicidad.
Una ceremonia aderezada con el arte que se desprende de autores como
Neruda o Borges, enriquece el alma con la musicalidad que la narración oral del
cuento o la poesía aportan en ese mágico momento.
Sustituir
nuestras típicas arras, herencia del derecho romano, con símbolos ancestrales
como la luz de una vela que será el faro que guiará el futuro camino de la
pareja. Intercambiar una rosa en representación de los muchos regalos que
tendrá la vida en común de la pareja. El reloj de arena, símbolo que encierra
todo el tiempo del universo todo lo que a partir del enlace vivirá la pareja,
el pasado, el presente y el futuro dentro de ese reloj, o plantar la semilla de
nuestro amor en la fértil tierra de nuestro jardín e ir viendo que día a día
crece, a medida que nosotros crecemos.
Para mí la receta de una boda mágica, sin duda
sería personalizarla todo lo posible, ya que no hay dos personas iguales, no hay
dos bodas iguales. Y a todos los novios que leáis este blog, os deseo felicidad
siempre y os regalo esta frase.
“Aprendemos
a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver
de manera perfecta a una persona imperfecta”.
Sam Keen
Merche
Lacalle Lozano
Oficiante
Si os ha cautivado la forma de ver y de enfocar las ceremonias civiles de Merche Lacalle tanto como a mí, podéis contactar con ella a través de nuestro formulario.