A los principales actores de la industria cervecera todavía no les baja la espuma. Ayer, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, presentó el proyecto de reforma tributaria. Sin embargo, los productores de cerveza aseguran haber recibido como “un balde de agua fría” el aumento de la alícuota del impuesto interno a esta bebida de un 8 a un 17 por ciento. Desde la Cámara de la Industria Cervecera Argentina aseguran que esta medida podría incrementar un 6 por ciento los precios, mientras que desde las organizaciones que se dedican a la producción artesanal piden que se los diferencie de los industriales a la hora de tributar.
“La industria está estancada en los últimos años. A pesar de esto hay un compromiso 2016-2020 de US$ 1800 millones en inversiones. Sin embargo, con estas medidas, las empresas socias están revisando sus planes”, afirmó Alejandro Berlingeri, director Ejecutivo de Cerveceros Argentinos. Durante 2016, el consumo per cápita fue de 41 litros, uno de los números más bajos en 10 años. Para el representante del sector de cervecerías industriales, este impuesto “es una discriminación, ya que entendemos que en otras bebidas que tienen mayor graduación alcohólica el aumento de la alícuota será gradual, a diferencia de nuestro caso”. Y detalló: "Hoy estamos cerca del 52 por ciento de impuestos y con esto llegaríamos a casi el 58 por ciento.Tanto la cámara industrial como la de artesanales coinciden en que no fueron consultados previo anuncio de este proyecto. “La Argentina siempre se caracterizó por meter impuestos a todo aquello que se empieza a consumir mucho”, apuntó Aníbal Loggia, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Cerveza Artesanal. “Este aumento nos pega muy feo. El cervecero artesanal necesita ingresar al sistema y abandonar la informalidad, pero esto no solo no ayuda sino que frena el desarrollo y el crecimiento del sector”, agregó. Para Loggia, al haber muchos actores que no tributan por estar fuera del sistema, lo que el Gobierno Nacional puede recaudar con este impuesto es una cifra muy baja.
Con una producción de 1200 hectolitros mensuales, Otro Mundo es una de las principales cervecerías artesanales del país y para su fundador, Pablo Fazio, esta medida colaborará al aumento de la informalidad. “El impacto fiscal que podemos generar es marginal para el Gobierno y a nosotros nos liquida. Es completamente regresivo e inentendible, solo les pido que tengan creatividad y sensibilidad y miren cómo está conformado el mercado”, analizó. En tanto, Fazio asevera haber quedado estupefacto por el anuncio dado que el sector “mantiene un diálogo permanente con la Secretaría de Comercio y Mariano Mayer (secretario de Emprendedores y Pymes de La Nación)”.
Por su parte, Nicolás Sánchez, fundador de Baronesa, asegura que esperarán a ver cómo reaccionan las cerveceras más grandes antes de establecer un plan de acción. “Es preocupante porque estamos en un rubro difícil”, expresó. Leonardo Ferrari, uno de los fundadores de Antares, reclamó también por la revisión de la alícuota de Ingresos Brutos en la Provincia de Buenos Aires. "Este pedido no fue tenido en cuenta porque ya está incluida en el presupuesto del año que viene y encima nos desayunamos con esta otra noticia", exclamó.
Mientras que Fazio y Loggia concuerdan en que el impuesto no debería aplicarse de la misma manera a los industriales que a los artesanales, del otro lado reconocen que las pequeñas cerveceras serían las más afectadas. “Necesitamos que se nos diferencie y no porque ellos sean colosos sino porque el sector está creciendo y nosotros creamos nuestra propia fuente de trabajo. El Gobierno abogó por ‘pobreza cero’ y esto es un palo en la nuca”, señaló el directivo. “Esto afecta a toda la categoría, también a los grandes, aunque les pega mucho más a los chicos que quieren comenzar y blanquearse”, destacó Berlingeri.Mientras que, para Ferrari, las pymes deberían directamente estar exentas del aumento.
Los productores industriales de cerveza decidieron unificar su reclamo en la Cámara de la Industria Cervecera que, en el día de ayer, se reunió con su par de productores artesanales para debatir las medidas a tomar. Según los análisis realizados por la organización, las ventas podrían caer un 9 por ciento y serían alrededor de 9000 los puestos de trabajo que se verían afectados. “Es una industria que se empezaba a recuperar en 2017, pero esto nos va a limitar”, describió Berlingeri.
El próximo paso, según los principales players del sector, es agotar los mecanismos de diálogo tanto con el Poder Ejecutivo como con el Legislativo para que se revea esta decisión.
Fuente: apertura.com