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"LAS CHICAS" de Emma Cline

Publicado el 19 octubre 2019 por Marianleemaslibros

“Volví la mirada por las risas, y seguí mirando por las chicas. Lo primero en lo que me fijé fue en su pelo, largo y despeinado. Luego en las joyas, que relucían al sol.
Estaban las tres tan lejos que sólo alcanzaba a ver la periferia de sus rasgos, pero daba igual: sabía que eran distintas al resto de la gente del parque. Aquellas chicas de pelo largo parecían deslizarse por encima de todo lo que sucedía a su alrededor, trágicas y distantes. Como realeza en el exilio.
Jugaban con una línea muy frágil, belleza y fealdad al mismo tiempo; una oleada de atención las siguió por el parque.”
California. Verano de 1969. Evie, una adolescente insegura y solitaria a punto de adentrarse en el incierto mundo de los adultos, se fija en un grupo de chicas en un parque: visten de un modo descuidado, van descalzas y parecen vivir felices y despreocupadas, al margen de las normas.
Días después, un encuentro fortuito propiciará que una de esas chicas –Suzanne, unos años mayor que ella– la invite a acompañarlas. Viven en un rancho solitario y forman parte de una comuna que gira alrededor de Russell, músico frustrado, carismático, manipulador, líder, gurú. Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas y amor libre, de manipulación mental y sexual, que le hará perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. Y la deriva de esa comuna que deviene secta dominada por una creciente paranoia desembocará en un acto de violencia bestial, extremo…
Emma Cline (Sonoma, 1989) es licenciada en Bellas Artes, y cursó un máster en escritura creativa en la Universidad de Columbia. Ha trabajado como lectora para The New Yorker y ha publicado textos de ficción en revistas como Tin House o The Paris Review, que en 2014 la consideró merecedora de su Plimpton Prize.
"Las chicas"(2016), su primera novela, llega precedida de un murmullo de expectación internacional: los derechos de traducción se han vendido en treinta y cinco países, y el reputado productor Scott Rudin planea adaptarla a la gran pantalla.
Emma Cline no tiene página web, ni Twitter, ni Instagram, vendría a ser la antimillenial de nuestro tiempo. La excepción a esa generación que dicen que está empeñada en compartirlo todo.
¿De qué va la novela?
La novela trata sobre la secta hippie liderada por Charles Manson en los sesenta, un tiempo antes de que ordenase sus fatídicos crímenes. Pero más que en los brutales asesinatos cometidos por algunos de sus integrantes, se centra en su tribu de chicas, "Las chicas" de Russell (Charles Manson en la realidad ) las más cercanas a él. Y en cómo Evie Boyd, una adolescente de catorce años desesperada por las típicas inseguridades que suelen asolar esa complicada etapa de la vida (falta de autoestima, el convencimiento absoluto de que nadie te quiere y que ningún adulto  te comprende) y una notable carencia de afecto y atenciones por parte de sus padres divorciados, se fija en ellas. Unas chicas algunas de su edad, otras un poco mayores que pasean felices por el parque, descalzas y vestidas con ropas viejas.
Y el día en el que Suzzanne, la que parece ser la líder del grupo, le habla y le invita a unirse a la comuna en la que viven, a una supuesta sociedad sin racismo, sin exclusiones ni jerarquías, convirtiéndose así en una de “las chicas”, Evie se siente muy feliz creyendo haber encontrado por fin su lugar en el mundo. Un mundo ideal donde todo se comparte porque todo es de todos, incluso los niños, donde solo importan las atenciones, el amor, el buen rollo y  la amistad.
Russell no quiere que les cojamos mucho apego a los niños. Especialmente si son los nuestros. —Soltó una risa seca—. No son propiedad nuestra, ¿sabes? No podemos joderles la vida sólo porque queramos algo que achuchar. Me llevó un momento procesar esta idea de que los padres no tenían derecho. De repente me pareció una verdad clamorosa. Mi madre no era mi dueña sólo porque me hubiese parido.
Pero está ciega, demasiado ciega para darse cuenta de donde se ha metido y casi sin ser consciente de ello, se encuentra inmiscuida en un encargo de Russell a “sus chicas”, un acto de extrema violencia y brutalidad.
Ella es la narradora de esta historia que se divide en dos partes: capítulos con los recuerdos de todo lo que ocurrió aquel verano de 1969 y capítulos que narran la actualidad muchos años después de aquello, siendo ahora nuestra protagonista una mujer de mediana edad que vive intentando pasar desapercibida e intentando olvidar el pasado.
¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Esta novela se publicó en el 2016 y  supuso el debut literario de la autora. Recuerdo que en la biblioteca se hablaba mucho de ella por esa época, todo el mundo la comentaba. Estuve tentada de llevármela prestada en varias ocasiones, pero al final nunca lo hice y el otro día, después de ver la última peli de Tarantino “Erase una vez. . . en Hollywood”, me vino a la cabeza por el tema de fondo que inspira a ambas: la matanza por la secta de Charles Manson en los años 60. Y me dije, ¿porqué no ahora? Quizás sea el momento. . .
En general sí me ha gustado, aunque tiene desde mi punto de vista sus cosas buenas y sus cosas malas. A favor: me ha gustado la forma de escribir de Emma Cline, no escribe mal la mujer y como consigue plasmar esos sentimientos tan habituales y catastróficos que suelen tener los adolescentes.
También me ha parecido acertado que la autora no se cebe demasiado en las truculencias de los asesinatos (aunque no me hubiera importado, ya conocéis mi lado macabro) y que nos muestre sobre todo el punto de vista de ”las chicas Manson” y de lo que se cocía dentro de la comuna, el estilo de vida que se llevaba allí dentro. Me ha resultado interesante, pero aunque el comienzo me pareció bueno, creo que la historia podría haber dado mucho más de sí y al final se me ha quedado floja, le ha faltado algo.
Los personajes femeninos me han gustado, se ahonda bastante en la psicología y el punto de vista de esas chiquillas sometidas constantemente al influjo del alcohol y las drogas y totalmente aducidas por Russell. Pero me hubiera gustado conocer con más profundidad a ese curioso y peculiar líder que va de Dios por la vida y que la autora, al centrarse más en las chicas, deja un poco de lado. Podría haberlo exprimido mucho más.
El hombre levantó las manos y su voz retumbó con un saludo: el grupo se alzó y se sacudió como un coro griego. En momentos como ése, me creía que Russell ya fuera famoso. Parecía deslizarse por una atmósfera más densa que el resto de nosotros. Caminaba entre el grupo, repartiendo bendiciones: la mano en un hombro, una palabra susurrada al oído. La fiesta continuaba, pero ahora todo el mundo estaba centrado en él, las caras vueltas con expectación, como siguiendo el arco del sol.
Donna dijo que Russell era distinto de cualquier otro humano. Que era capaz de entender los mensajes de los animales. Que podía sanar a un hombre con las manos, arrancar la podredumbre que había en ti tan limpiamente como un tumor.

Resumiendo: “Las chicas” es una una novela que no está mal por el argumento y la historia que aborda, inspirada en un espeluznante hecho real acaecido en 1969 (los  asesinatos de Sharon Tate, la mujer de Roman Polanski y otras cuatro personas más, a manos de unas chicas miembros de la secta de Charles Manson), pero que en el fondo me ha defraudado un poco. “Las chicas”es además un fiel retrato sobre esa edad tan complicada que es la adolescencia, esa edad en la que sin una personalidad formada es tan fácil dejarse influenciar por las promesas de una vida mejor sin adultos tocando las narices, sin normas, ni reglas.

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